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LA MUJER



al terror de bombardeos alevosos y mortíferos, — exaltándose en forma magnífica la mujer, como factor económico, discipli- nado y fecundo, con la más firme resolución, al nivel o su- perior del hombre.

Después de esta prueba decisiva del explosivo, del fierro, del fuego, de la muerte, del hambre y de sufrimientos indecibles, que diezmaban las familias y mantenían a las sociedades en horribles zozobras, desgarrando las fibras y los sentimientos más delicados, ¿cómo no proclamar el mundo civilizado ven- cedor, en gran parte, la valiente divisa feminista de Girardin: “La igual al hombre”?

Es de esperar que esta influencia colectiva enorme, pacífica, eon disciplina, y noblemente inspirada de la mujer que se emancipa, produzca beneficios incaleulables a la humanidad, para solucionar con orden, con justicia y con bienestar, los grandes problemas sociales, económicos y aun internaciona- les de las naciones, en plena renovación, al salir del caos, de las matanzas, de la asfixia, de la destrucción guerrera. Es de esperar que la seducción, que los sentimientos humanitarios, fraternos, maternales y justos de la mujer, suavicen y orien- ten a mejores rumbos las luchas ásperas, rencorosas y vengati- vas de las agrupaciones sectarias de los hombres, — ella, la mujer dignificada por la emancipación, que en los años de ma- yor peligro para la civilización, para el derecho y para la hú- manidad, — ha desempeñado energías y criterio disciplinado magníficos en todas las raciones de la alianza al nivel de los mejores hombres, — más consciente aun de la solemnidad de los peligros, pues ahogaba el dolor de sus muertos queridos, y trabajaba con hercico denuedo (sin perturbaciones de huelgas ni exigencias exageradas de salarios) moviendo eficazmente to- das las industrias para la guerra defensiva y de la riqueza económica, — sin cuyos esfuerzos habría sido imposible la vie- toria. La mujer firme, valiente, infatigable, sin distinción de clases sociales, — ya en los campos de batalla como enfermera, en hospitales y ambulancias, ya en las fábricas de armas y mu- niciones, ya en las industrias de las ciudades y campañas, ha desempeñado rol magnífico, revelando energías morales, vi- gor físico y elevación de espíritu, de que no se le ereía Capaz: Su norte ha sido la defensa de la justicia, del derecho, de la libertad, del bienestar y de la civilización: por eso la Victoria la premia eon gu manumisión!

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