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Y Dapperwit gritando se ocultaba
Tras de su silla, que le cubre entero;
Triste mirada al cielo levantando
Sir Foplin exclamaba sollozando;
¡Para matar naceis, ojos hermosos ! »
Y al momento espiró, como en la orilla
Del florido Meandro el cisne brilla
Derramando sus ecos sonorosos;
Y si el momento de su muerte siente
Su cantar resonó mas dulcemente.
Cuando Sir Plume el atrevido embiste,
Y Clarisa postrada no resiste,
Parale Cloe y dale muerte fiera,
Mirandole con ceño muy severa;
Pero ella se sonrie al verle yerto,
Y la sonrisa resucita al muerto.
De oro suspende Jove la balanza
Y del ingenio el peso ha comparado
Con el costoso rizo tan preciado,
Y aun que, al pronto, equilibrio no se alcanza,
Sube, al fin, el cabello venturoso
Y el plato descendió del ingenioso.
Mira á Belinda como fiera salta
Sobre el Baron, la vista echando fuego;
Ni teme al gefe en desigual batalla,
Que á matar solo á su enemigo asalta.
Mas el Lord atrevido, en fuerzas bravo,
El indice y pulgar ella oprimiendo,
Bien pronto lo avasalla,
Que cuando respiró vital aliento
La astuta virgen la nariz rellena
De oloroso rapé con racion plena.
Los genios al instante
Se apoderan del polvo titilante,