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José Ingenieros

preguntas. Sin embargo, ellas son insinuadas por catequistas que adulan a los tontos, buscando el éxito ante su número infinito. El sofisma es sencillo. De muchos grandes hombres se cuentan anomalías morales o de carácter, que no suelen contarse del mediocre o del imbécil; luego, aquéllos son inmorales y éstos son virtuoses.

Aunque las premisas fuesen exactas, la conclusión sería ilegítima. Si se concediera—y es mentira—que los grandes ingenios son forzosamente inmorales, no habría por qué otargar a los imbéciles el privilegio de la virtud, reservado al talento moral.

112 Pero la premisa es falsa. Si se cuentan desequilibrios de los genios y no de los papanatas, no es porque éstos sean faros de virtud, sino por una razón muy sencilla: la historia solamente se ocupa de los primeros, ignorando a los segandos. Por un poeta alcoholista hay diez millones de lechuguinos que beben como él; por un filosofo uxoricida hay cien mil uxoricidas que no sen filósofos; por un sabio experimentador, cruel con un perro o una rana, hay una incontable cohorte de cazadores y toreros que le aventajan en impiedad. ¿Y qué dirá la historia? Hubo un poeta aleoholista, un filósofo uxoricida y un sabio cruel: los miliones de anónimos no tienen biografía. Moreau de Tours equivocó el rumbo; Lembroso se extravió; Nordau hiso de la cuestién una siraple polémica literaria. No comulguemos con ruedas de molino; la premisa es falsa. Los que hemos visitado cien cárceles podemos asegurar que habia en ellas eincuenta mil hombres de inteligencia inferior, junto a cinco o veinte hombres de talento. No hemos visto a un solo hombre de genio.

Volvamos al sano concepto socrático, hermanando la virtud y ed ingenio, aliados antes que adversarios. Una elevada inteligencia es siempre propicia al talento moral y ésta es la condición misma de la virtud. Sólo hay una cosa más vasta, ejemplar, magnífica, el golpe de ala que eleva hacia lo desconocido hasta entonces, remontándonos a las eimas eternas de esta aristocracia moral: son los genios que enseñan virtudes no practicadas hasta la hora de sus pre-