Página:El ciclo hidrosocial.pdf/22

Esta página ha sido corregida

Otro rasgo importante del período industrial es que, por efecto de la división del trabajo, la concentración urbana y la excesiva confianza en el desarrollo tecnológico e industrial, se produjo un distanciamiento entre el ser humano y la naturaleza –lo que, con el tiempo, lo hizo más vulnerable a los fenómenos naturales– y entre el ser humano y el ciclo del agua. Quizás la manifestación más clara de esta separación sea el proceso de modernización del sistema de abastecimiento del agua a los hogares por medio de una red central. Aunque el abastecimiento en red fue un sistema que tardó décadas en instalarse, logró transformar un recurso vital en una commodity y establecer mecánicamente que su accesibilidad dependiera del poder adquisitivo y no de la oferta real generada a partir del ciclo natural del agua.

Commodity: un bien tangible que puede comprarse, venderse o intercambiarse.

En el caso de Chile, este cambio de mentalidad se visualiza en el discurso de uno de los personajes más influyentes del siglo XIX en el país, el intendente de Santiago Benjamín Vicuña Mackenna. En la década de 1870, él señalaba que se habían acabado los años de mirar al cielo en espera de que lloviera. Para él, la nueva etapa en la que estaba entrando la humanidad –y Chile con ella– exigía la dominación de la naturaleza en aras de la modernidad y el desarrollo. Para ello, hacía falta emprender grandes obras hidráulicas destinadas a almacenar agua con el fin de poder contar con ella todo el año, sin depender de la climatología y de las condiciones geográficas. Su propuesta de construir embalses con este propósito solo fue superada, en cuanto a intervencionismo en el ciclo del agua, por la irrupción de la electricidad y la construcción de grandes represas para la generación de energía.

Con la electricidad entramos en otra era tecnológica, pero esta, como la energía hidráulica y la generada por la máquina de vapor, necesita de un recurso fundamental: el agua.

De hecho, la energía hidroeléctrica fue muy bien recibida porque era menos contaminante y además dependía de un recurso renovable. Sin embargo, consideramos que esta última afirmación debe ser revisada. En primer lugar, hay que señalar que su

30