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Inervacion, en la que lució este aplicado jóven su ingenio y conocimientos.»

―¿Y qué es Inervacion? preguntó D.ª Leonor, en quien pudo mas en aquel momento la curiosidad que la sorpresa.

―Muger, y yo qué sé de eso? dijo él y continuó: ya veis: ¿qué os parece del Señorito de Cádiz? Es ese el modo de pagar la buena acogida que halló en nuestra casa y corresponder al cariño de Anita, que de ningun modo merecia? Pero yo os aseguro que se ha de arrepentir de su comportamiento, ó no me llamo Diego Espiel.

Apenas oyó Anita el nombre de su aun no olvidado Luis, y los elogios que de él se hacian, se conmovió apesar suyo, brillando sus ojos con espresion de momentánea alegría; pero pronto vinieron á su imaginacion las dulces horas de felicidad que junto á su amante habia pasado y el abandono total en que la tenia, y aquella llama oculta, pero no estinguida, se avivó con estos recuerdos, y la espresion de su semblante se disipó dando lugar á un copioso llanto, interrumpido por esclamaciones tan tiernas de profundo sentimiento, que sus padres conmovidos tuvieron mucho trabajo para consolarla.

Esto aumentó la cólera de D. Diego contra D. Luis, por lo que sin dar parte de sus proyectos á su muger é hija, díó órden á un criado de que en cuanto llegase su sobrino, que estaba haciendo sus preparativos de viage, le dijese que le esperaba en su despacho, y que no dejase que les interrumpiesen.