Estas prácticas se conocen internacionalmente con el nombre de shamanismo.
En contradicción con una afirmación frecuentemente propagada, la actividad de los machis, era y es considerada como altamente beneficiosa, pues la magia que ellos practican es la blanca. En sus procedimientos, ellos solicitan su cooperación al Ser Supremo, que llaman siempre Pillán y al que dirigen diariamente, de madrugada, sus oraciones. En las fiestas religiosas actuales de los araucanos (nguillatunes: véase), el Ser Supremo ya no recibe ese nombre, aúnque se alude constantemente a él al referirse a detalles de esa fiesta, la que se realiza en un Pillán-lelbún (pampa de Pillán); se emplea un "cuchillo de Pillán" para el sacrificio de los animales; éstos son quemados en un "fuego de Pillán"; el oficiante (nguen-pin) es secundado por un Pillán-cushe (anciana de Pillán), habiendo otras alusiones más, que revelan claramente que en la antigüedad también en el nguillatún las ofrendas y rogativas estban dirigidas a Pillán. Debido a la influencia de los sacerdotes católicos, que identificaron