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DE DIÓGENES LAERCIO.

turbia o en un espejo inverso. Y que a la corona forense aspiraban muchos; pero a la olímpica pocos o ninguno».

2. Sus consejos fueron en varias ocasiones muy importantes a los atenienses. En su vestir era sumamente curioso y aseado, como dice Hermipo. Hacía también mucho ejercicio, y disfrutaba perfecta salud corporal; y aun mostraba una habitud todavía atlética, con las orejas maltratadas y el cuerpo lustroso, como dice Antígono Caristio. Y se dice que ejerció la lucha en los juegos Ilíacos que celebró su patria, como también el juego de pelota. Era muy estimado de Éumenes y de Átalo, los cuales le hicieron varios donativos y agasajos. Procuró también Antíoco tenerlo consigo, mas no lo consiguió. Era tan contrario de Jerónimo Peripatético, que sólo él no lo visitaba en el día de su cumpleaños, de lo cual ya dijimos algo en la Vida de Arcesilao[1]. Regentó la escuela por espacio de cuarenta y cuatro años, habiéndolo Estratón dejado sucesor suyo en su testamento en la Olimpíada CXXVII. Oyó también a Pantedo Dialéctico; y murió de edad de setenta y cuatro años, de enfermedad de gota. Hay unos versos míos a él, que son:

De Licón referir no omitiremos
que murió de podagra;
  1. Algo dice de ello allí, pár. 8.