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LIBRO II.

el escondido[1], el electra[2], el encubierto[3], el sorites[4], el cornuto[5], y el calvo[6]. De Eubúlides dice

  1. El Escondido, διαλθάνων, latens, viene a ser la misma cosa que el Encubierto, έγχεχαλυμμένος, que explicaremos luego.
  2. El Electra es un argumento así nombrado de Electra, hermana de Orestes, la cual, en la tragedia de Eurípides titulada Electra, conoció y no conoció a un mismo tiempo a dicho su hermano Orestes; pues preguntada si lo conocía, dijo que sí; pero no conoció que era Orestes el mismo que se lo preguntaba. Luciano. τ ερί Βιών πράσις.
  3. El Encubierto, έγχεχαλυμμένος, se llamó así por el ejemplo que de él suele darse de un hombre encubierto, y preguntando a uno así: - ¿Conoces a tu padre? - Si. - ¿Conoces a éste que está aquí encubierto? - No - Pues éste es tu padre; y así, no conoces a tu padre. Luciano.
  4. Sorites es el argumento llamado montón, derivado de υωρός, montón, también por el ejemplo que suele ponerse así: - ¿Dos granos de trigo son montón de trigo? - No. - ¿Y añadiendo otro grano? - Tampoco. - ¿Y añadiendo otro? - Tampoco. - Luego nunca habrá montón, por más granos que se añadan uno a otro; pues si añadiendo uno a los que no eran montón, no lo hace, nunca llegará el caso de hacerlo otro grano, que no tiene más fuerza que el primero que se puso.
  5. El argumento llamado cornuto también toma el nombre del ejemplo puesto; y es: Lo que no has perdido lo tienes; no has perdido los cuernos, luego los tienes.
  6. El Calvo, ψαλαχρός, parece asimismo proviene del ejemplo que suele ponerse, que es éste: Si a quien no es calvo se le arranca un pelo, no queda calvo: si se le quita otro, tampoco; porque si el quitarle un pelo no lo hace calvo, el segundo que se le quita tampoco es más que uno; y así nunca será calvo. Este argumento viene a ser en sustancia lo mismo que el sorites, éste por síntesis, digámoslo así, y aquél por análisis. También suele proponerse éste: Quien no tiene pelo es calvo; aquí el raído a navaja no tiene pelo; luego es calvo. Otros muchos argumentos hay de esta especie, que trata eruditamente el reverendísimo padre Feijoo.