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CRÓNICAS
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den observarse en este castillo las numerosas cicatrices de aquella jornada, aunque un celo mal entendido del Alto Mando hizo que los ingenieros militares arreglasen casi todos los desperfectos, que debieron conservarse como recuerdo histórico. San Cristóbal también recibió numerosos proyectiles que removieron varios metros cúbicos de mampostería, inutilizando, como he relatado, temporalmente, dos de las mejores piezas allí emplazadas.

Ambos fuertes fueron los más castigados por el cañón enemigo, aunque el Morro

Iglesia de San José, mostrando los efectos del bombardeo.

recibió mayor volumen de fuego, pues se intentó demolerlo, derrumbando sus escarpas al mar; pero en San Cristóbal fué donde únicamente hubo artilleros muertos y piezas inutilizadas.

En el Hospital Militar.—Como este edificio ofreciera poca seguridad para los enfermos y fuese alcanzado por el fuego enemigo, sus salas de emergencia fueron trasladadas, a mediodía, al edificio del Seminario Conciliar. En dicho hospital trabajaron toda la mañana médicos, practicantes, sanitarios y hermanas de la Caridad.

En el caserío.—Uno de los primeros disparos tronchó el asta de bandera de la Casa Ayuntamiento, lanzándola a la calle de San Francisco. La Intendencia fué alcanzada en la cornisa alta, y los cascotes hirieron a un oficial y a tres voluntarios. El cuartel de Ballajá fué acribillado por proyectiles de tiro rápido, y un muro de la parte Norte vino a tierra, quedando todo el edificio en estado ruinoso.