Reitero entonces mi reconocimiento, tanto al fondo como a la forma del acuerdo adoptado por Uds. Sé que interpreto a los campesinos, maestros y universitarios; a los soldados y obreros; a los trabajadores de la usina, del arado y del riel; a los que visten o no uniforme, para poder manifestarles nuestro reconocimiento y decirles cuánto agradecemos la comprensión de Uds. y el apoyo moral que en esta hora difícil nos entregan.
Sé perfectamente bien la importancia de este Seminario, los temas por Uds. abordados, la profundidad que han puesto en el estudio y en el debate de los tópicos del temario; y tengo la certeza de que será un necesario y serio aporte -el que Uds. entregarán con las conclusiones adoptadas, con la difusión de los trabajos presentados no sólo a la mujer de América Latina sino a las mujeres del mundo.
En este mismo recinto, hace ya largos días, voceros venidos también de todos los Continentes, se reunieron en la UNCTAD III, para estudiar el comercio y el desarrollo, fundamentalmente de los países en vías de desarrollo pero encajados en el proceso general del comercio y del desarrollo de todos los países.
En este edificio, levantado con el esfuerzo extraordinario de nuestros obreros, técnicos y profesionales, construido, precisamente, para que pudieran realizarse las sesiones a que he hecho referencia, levantaron las voces especialmente los pueblos dependientes, para señalar la injusticia, que más que centenariamente marca y sella su vida sometida, esclavizada, limitada en sus horizontes, con contenido de dolor y sufrimientos para las masas que viven en estos países.
Y América Latina sabe perfectamente bien, que la mujer nuestra participó en la gesta de la independencia. Los hombres sabemos perfectamente bien de la actitud individual de heroicas mujeres, que levantaron orgullosas su protesta, que la hicieron en forma verbal y escrita, que dieron su vida para contribuir a hacer posible que nuestras naciones alcanzaran el nivel de independencia política que era necesario. Nombrarlas una por una, seria tarea difícil y además en una improvisación podría cometer la injusticia de omitir algunos nombres incorporados en el recuerdo agradecido de la mujer y del hombre de Latinoamérica.
lvr.mtzg.