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NUÑEZ DE PINEDA Y BASCUÑAN.

tinieblas, como les ha sucedido a algunos que son amigos de admitir lisonjeros y escuchar a chismosos; con que sus gobiernos no han sido otra cosa que un cáos de confusiones y inquietud de repúblicas y menoscabos de reinos. Y los que quisieren imitar a este divino Maestro, siempre tendrán la justicia en su lugar y asiento, y con ella se hallará la paz que se busca, y el descanso y sosiego que se solicita.

CAPITULO XIV.

En que se trata de lo que hicimos aquel dia siguiente, que nos detuvimos en aquel rancho. Discursos varios hace en el reposo un aflijido, y mal alivio halla en el sosiego el desdichado. Recojíme a dar algun descanso al cuerpo en un rincon del rancho, despues de haber gozado el alma tanto cuanto de consuelo con el agasajo y cariñoso trato que hallé en aquel indio mi amigo, y el que me manifestaba mi amo; y tasadamente quebranté el sueño, cuando recordé sobresaltado de uno que me aflijió el corazon y perturbó el ánimo: y fué que veia venir para mí aquellos caciques y soldados (que en el alojamiento pasado dejaron efetuado el trato de mi venta), armados con diversos jéneros de armas, y que acometiendo unos por una parte y otros por otra, solicitaban rabiosos hallar al hijo de Alvaro; y que en breves lances dieron conmigo, y entre dos alguaciles de aquellos me sacaban arrastrando a la campaña, y que al ruido y voces que yo daba, salió a defenderme y a quitarme Maulican mi amo de las uñas y garras de aquellos fariseos. Y estando en esta contienda, lo habian muerto sobre mí, y caido revolcándose en su sangre y a mis piés. Con esto recordé despavorido y bañado en el sudor de la congoja y afliccion que me oprimia, y dí infinitas gracias a nuestro Dios y Señor de que pasase en sueño mi tribulacion y pena. Verdaderamente que es gran misericordia del Señor doblar al aflijido el desconsuelo y repetirle cuidadoso infelicidades, para que vijilante vele en lo que importa y despierte del profundo sueño en que el amor propio y el deleite le sepulta. Díjolo así con elegancia nuestro gran arzobispo Villarroel en sus morales aforismos. Recordé, como he dicho, atribulado y quedé sin la carga con alivio y seguro del tormento que padecí entre sueños, y mas consolado y gustoso que de ántes, porque tiene mejor lugar la bonanza despues de la tempestad, y despues de un peligroso achaque la salud. Y como dijo San Gerónimo, no resplandece tanto la virtud si con el torpe vicio no se hombrea, ni la luz parece tan hermosa y clara si no se compara a las tinieblas. Estas corrido habian sus cortinas, cuando me hallé ya libre y sosegado de la pesadilla que me tuvo preso, aunque los tamboriles en su punto, las cornetas y las flautas acompañados con mayores voces y gritos. Levantéme a dar gracias a nuestro Señor y a ver el semblante que nos mostraba el dia, que aunque entre nublados algo densos,