ACTO ÚNICO' Sala comedor de un hotel en el campo. Vestíbulo al fondo, con per- sianas, y más al fondo camino y paisaje. A cada lado de la puerta del centro, que da al vestíbulo, una ventana con rejas y persia- nas. Puertas laterales.
ESCENA PRIMERA
PAULINA, bordando; ISABEL, dormitando
Paul. Tía... ¡Tía!
Isab. ¿Eh?... ¿Qué quieres?
Paul. ¿Descabezaba usted otro sueñecito?
Isab. A alguna hora he de dormir. Las noches me las paso en claro...
Paul. ¿Todavía dura eso?
Isab. ¡Anda!... Y lo que te rondaré.
Paul. Pues hay que curar ese insomnio.
Isab. No, si no es insomnio; es miedo. Te ha dado la ocurrencia de venir á veranear al de- sierto...
Paul. A media legua está el pueblo.
Isab. ¡Sí! La kabila de Mazuza.
Paul. Un Ayuntamiento con seis concejales.
Isab. Y ningún alguacil.
Paul. ¿Qué falta hace, ni quién se ha de acordar de este rincón del planeta para venir á ro- barnos?
Isab. No, que la tentación es floja. Dos mujeres solas, y viudas, para mejor adobo. ¡Si esta- mos diciendo, comedmel
Paul. Solas, no. ¿Y el criado?
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