Página:Azabache (1909).pdf/114

Esta página no ha sido corregida
— 110 —

ba, y que dice usted le mató una porción de plantas.

L

-Una porción?-dijo Tomás ;-ni una siquiera, de las tiernas, quedó viva, y tengo que replantarlo todo, siendo lo peor del caso que no sé donde voy á poder encontrar semillero de ellas. Por poco me vuelvo loco, cuando vi lo que había ocurrido.

-Y sin embargo-añadió Juan ;-estoy seguro de que aquellas señoritas lo hicieron sin intención, y sólo por ignorancia.

No of más de aquella conversación, porque la medicina me produjo muy buen efecto y me hizo dormir, sintiéndome mucho mejor por la mañana; pero con frecuencia he pensado en las palabras de Juan, cuando fuí conociendo algo más el mundo.

Desde aquel día empezó mi convalecencia, continuando tan rápida, que antes de cumplirse un mes, y gracias á los incesantes cuidados de Juan, me hallaba completamente restablecido.

José Contreras continuó siendo un buen muchacho; aprendía todo con prontitud, y era tan atento y cuidadoso, que Juan empezó á confiar en él para muchas cosas, si bien, como he dicho, era pequeño para su edad, y rara vez le permitía ejercitarse en Jengibre ó en mí; pero sucedió un día que, habiendo salido Juan con Justicia,