tar algo. Santiago y su padre disputaban mucho con respecto á mí. El señor Mc Carthy deseaba con gran ansiedad que nos casáramos. Santiago y yo nos habíamos querido siempre como hermano y hermana, pero, naturalmente, él es joven y todavía conoce muy poco de la vida, y..pues, naturalmente, no deseaba casarse todavia. Así, había discusiones entre ellos, y estoy segura de que la última fué por la misma causa.
—¿Y el padre de usted—preguntó Holmes—era favorable á esa unión?
—No, también él se oponía. El único que laquería era el señor Mc Carthy.
Un rápido y vivo rubor pasó por el fresco rostro de la joven, al dirigirla Holmes una de susinterrogadoras miradas.
—Gracias por su información—dijo.—Podréver al padre de usted si voy á su casa mañana?:
—Temo que el médico no lo permita.
—¿El médico?
—Sí. No ha oído usted decir nada? Mi pobre padre ha estado bastante débil en los últimos años, y esto lo ha anonadado completamente.
Ha tenido que acostarse, y el doctor Willows dice que está destruído, que su sistema nervioso está en pedazos, El señor Mc Carthy era el único que había conocido á papá en Victoria.
—1Ah! ¡En Victorial Eso es importante.
—Sí, en las minas.
—Eso es. En las minas de oro, donde el señor Turner, según entiendo, hizo su fortuna?
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