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de Sherlock Holmes

14 con él y además, según la niña cuyo testimonio es tan importante, hasta levantar la mano como para golpearle. El reproche á sí mismo y la contrición que caracterizan esa respuesta, me parecen más los signos de un espíritu sano que de una conciencia culpable." 1 Yo moví la cabeza.

—Muchos hombres han sido ahorcados con menores pruebas—observé.

—Así ha sido; y muchos hombres han sido ahorcados erróneamente.

—¿Cuál es la versión que el joven da del asunto?

—Una que temo no sea muy alentadora para los que lo defienden, aunque hay en ella uno ó dos puntos sugerentes. Aquí los encontrará usted: lea usted.

Tomó un ejemplar del periódico de Herefordshire, y, volviendo la hoja, me enseñó la columna en que estaba reproducida la declaración del desventurado joven. Me acomodé en el rincón del coche, y lei atentamente. Decía así:

—«El señor Santiago Mc. Carthy, hijo único del muerto, fué llamado y prestó la declaración siguiente: Había estado fuera de casa, en Bristol, durante tres días, y había vuelto solo el lunes último, día 3, por la mañana. Cuando llegué, mi padre estaba ausente, y la criada me dijo que había salido en carruaje en dirección á Ross, con Juan Cobb, el groom. Poco después of las ruedas de su coche en el camino, y mirando