Página:Aventuras de Sherlock Holmes - Tomo I (1909).pdf/164

Esta página no ha sido corregida
162
Aventuras

esa mujercita dentro de un momento cuando me reciba en la puerta.

Olvida usted que yo nada sé del asunto.

—Tengo tiempo suficiente para contar á usted todos los hechos que forman este caso, antes de que lleguemos á Lee. Parece que fuera absurdamente sencillo, y sin embargo, hay algo que me impide conseguir lo que deseo. El hilo es abundante, sin duda, pero no puedo empuñar la punta. Voy á presentar á usted el asunto con claridad y concisión, Watson, y quizás usted alcance á ver una chispa donde para mí es todo obscuro.

—Continúe usted.

—Hace vari os años en Mayo de 1884, para precisar, vino á Lee un caballero llamado Neville Saint Clair, que parecía tener mucho dinero. Alquiló una vasta villa, arregló los terrenos muy bien, y vivía, en resumen, en buenas condiciones. Poco a poco se hizo de amigos en la vecindad, y en 1887 se casó con la hija de un cervecero del barrio, de la cual tiene ahora dos hijos. No tenía ocupación, pero poseía intereses en varias compañías, é iba á la ciudad por regla general en la mañana y volvía bastante tarde en el tren que sale de la calle Cannon á las 5.14.

El señor Saint Clair tiene ahora treinta y siete años, es hombre de costumbres moderadas, buen esposo, padre afectuoso y hombre muy simpático para todos los que lo conocen. Debo añadir que el total de sus deudas en este momento, se-