Página:Antologia Poesia Femenina Argentina.djvu/46

Esta página no ha sido corregida

46 ANTOLOGÍA DE LA POESÍA FEMENINA ARGENTINA

¡Ah! Con nada en el mundo, con ninguna riqueza Podríais desquitaros al robarme la calma,

El sosiego intenso que mecía mi alma.

¡Ah, ni triunfos, ni gloria aplacan mi zozobra, Pues cuanto más adquiero del Todo la certeza, Mi mal sigue creciendo y más impulsos cobra!

¡Oh, Señor! Yo que en Ti depuse mi destino,

Y mi esperanza un día.

Yo que en Ti he gozado la gran sabiduría;

Yo que en Ti he vivido; yo que en Ti he amado; Y en Ti he sumergido mi tan sediento sino, Para que me guiaras hacia un país soñado.

Y ahora que ya el mundo me ha robado la calma, A mi tu criatura,

Exenta de una mancha, dulce, sencilla y pura. ¡Dame, Señor, ahora que sufro este dolor,

Con tu gracia infinita un bálsamo a mi alma,

Y, en cambio de la calma, ¡ofréceme un amor!

DESPERTAR

¡Tocad a fiesta! Que ya mi corazón ha despertado de aquel letargo en que se hundiera otrora. Mi corazón, que se esquivaba tanto, y dudaba, dudaba, ríe y se expande todo alborozado. Dice su suerte al que a su vera pasa, y de su dicha ufano, quisiera confundir cielos y tierras en un común abrazo. De austero y solitario que fué entonces, el corazón ya se me ha vuelto humano...