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MARÍA ELENA FERNÁNDEZ MADERO
Al buscar esposa elija entre miles la que usted conozca de hace treinta abriles.
¿Una mujer joven? ¡Ca!..., ¡no le conviene!... Recuerde, don Pío,
que ya no es un nene..., pues la jovencita
lo tendría a usté
de baile, concierto,
comida y soirée...
Pasará unas horas
juntito a la estufa;
pero en sus adentros bufa que te bufa...,
y allá en los achaques
de su reumatismo,
va a tener que darse
la friega usted mismo.
En cambio, la niña
de edad avanzada,
¿qué busca? ¿qué espera? ¿qué pide?... Pues, ¡nada! Sólo se contenta
con su hogar tranquilo sirviendo al esposo
la taza de tilo.
Debe usted cuanto antes seguir mis consejos... Convénzase, amigo, vamos para viejos.