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La flor de brezo

tes nunca á nadie aquellas... bromas sin importancia.

—Sí, señorita, esté usted tranqui la, nadie la molesta rá—acertó sólo á decir Manolillo saliendo bruscamente de la habitación.

Mercedes, sorprendida por aquella expresión de sufrimiento, murmuró pesarosa.

—¡Qué en serio lo había tomado!

—y añadió con el eterno egoismo y vanidad femenina—: Me ama aún y Luis no sabrá nada.

—Sí, querido Luis—decía Mercedes á su prometido dos días después ; he tenido un sentimiento grande, el administrador de Alcira ha sido atropellado por un tranvía..una torpeza sin nombre... embobado en medio de la calle.

—Es un accidente lamentable y