Página:Alucinación - Carmen de Burgos.pdf/80

Esta página no ha sido corregida
78
¡Imposible!

suprema que había despertado su vocación de artista.

Una mañana bajó de un lujoso departamento de primera, en la estación de su tierra natal, aquel pobre muchacho que partiera diez años antes en la pesada diligencia.

Nadie lo conoció; aquellas calles y aquellos rostros no eran ya como él los había dejado. Cuando partió llevaba juventud, fe y esperanza en el triunfo; hoy traía el miedo de la decepción.

Porque Ramón veía con terror que no era bastante el Arte para sa tisfacer todo el impetuoso desbordamiento de vida que rebosaba en su alma insaciable, aun después de terminada la obra artística.

La noche oprime la tierra con su