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¿Alucinacion etc.

—No me dejes, le supliqué, —Ya es tarde, me voy, me llaman, mira, voy vestida de blanco y allá... allá... arriba me dan lirios, rosas y azahar...

El delirio comenzaba, Eugenia se moría... ¡Yo era su asesino!

Tuvo un momento de lucidez, me miró y dijo: —¡Pobre, Emilio, perdóname que te abandone!... Dame un beso, uno sólo y volviendo al delirio contitinuó.—No me quitéis mi velo y mi corona, puedo besarlo, es mi esposo.

El delirio continuó toda la noche; al amanecer pareció mejorarse y me dijo: —Emilio, bésame, pero si me be sas serás mi esposo y me interpondré entre tú y todas las mujeres, serás mío, mío solo, á despecho de la muerte...