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daciones), encontrando de este modo el verdadero fundamento de lo que se llama segunda desigualdad de los planetas. En cuanto á la primera desigualdad, es decir, al movimiento nouniforme con que describen su órbita los planetas, Copérnico dejó sin esclarecer este punto. Fiel al antiguo principio pitagórico de la perfeccion inherente á los movimientos circulares, sentia tambien la necesidad de hacer entrar en la composicion del Mundo círculos escéntricos, cuyo centro no ocupaba ningun cuerpo, y algunos de los epiciclos de Apolonio de Perga. Por atrevida que fuese la senda que se comenzaba, no era posible desprenderse de una vez de todos los antiguos errores.
La distancia siempre igual á que unas respecto de otras quedan las estrellas, mientras que toda la bóveda celeste se mueve de Oriente á Occidente, habia originado la hipótesis: de un frmamento, de una esfera trasparente y sólida, en la cual, segun Anaximenes, que no parece haber sido mu y posterior á Pitágoras, las estrellas estaban como enclavadas (38). Gemino de Rodas, contemporáneo de Ciceron,, suponia á los astros jos en una superficie plana, unos mas altos y otros mas bajos. Estendióse á los planetas lo que sehabia imaginado para las estrellas hijas, y así nació la tecría de las esferas escéntricas enlazadas entre sí, teoría defendida por Eudoxio, Menechmo y Aristóteles, que inventó. las esferas resistentes. La teoría de los epiciclos, cuyo mecanismo se aplicaba mas fácilmente á la representacion y al cálculo de los movimientos planetarios, echó por tierra un siglo despues, y merced á la penetracion de Apolonio, la: hipótesis de las esferas sólidas. En cuanto á saber sl es clerto, como crela Ideler, que solo desde la fundacion del Museo de Alejandría se empezó á admitir como posible el libre movimiento de los planetas en el espacio; ó sí ya antes de esta época, se representaban en general les esferas trasparentes y entrelazadas, y que Eudoxio admitia en número de 27,
