Ofreciendo a una belleza

Ofreciendo a una belleza una guirnalda hecha toda de mariscos
de Juan Bautista Arriaza


Cuando del mar las ondas cristalinas   
vieron nacer de Venus la hermosura,   
no adornaban su frente o su cintura   
mirtos de amor ni rosas purpurinas;   
 

pero el agua le dio galas marinas,
perlas de su garganta a la blancura,   
y, por guirnaldas, a su frente pura   
caracoles y conchas peregrinas;   
 

esa gracia y beldad que en ti descuella   
junto a la mar nació, pues no repares 
en dar marino adorno a tu sien bella,   
 

para que en todo a Venus te compares,   
y todos digan al mirarte: «Es ella,   
en el momento en que nació en los mares.»