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Crónica del moro Rasis
de Ahmad ibn Muhammad al-Razi
Historia de la España árabe
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34. Después deste alçaron por rey á un fijo de Abdelmelic, que auia nombre Abderrahaman. Et ante que su padre moriesse, llamóle ante si, et dijole. «Fijo, que tu ayas la mi bendición, para mientes en tu façienda et conoçe tu Dios, et non juzgues á ninguno sin derecho por amor que le ayas, ó por amigo que sea; et para mientes en como España sea asonsegada; et fijo, non sufras que el rico faga fuerça al pobre». Et el fijo tomó bien el consejo de su padre, et fiço mui bien su façienda, et havia mui grant sabor de traher muchos escuderos, et fiço los caualleros, et dáualos mui buenos cauallos et mui buenas armas. Et este fiço los buenos alcaçares en las villas de España, et este fiço traher las aguas de las sierras á las villas, et este fiço las nobles mezquitas de España. Este fué el primero que en su moneda fiço escribir su nombre[1], et desque la él mandó façer, fiçieronlo los otros reyes de España; et dejó á los moros la diezma en quanto la non habia menester. A este embió el señor de Constantinopla su mensajería[2], et embióle sus cartas por la su grant nombradía ante los leales caualleros. Et quando este reinaua, vinieron á España los herejes por mar, et la primera villa en que aportaron fué en Lisbona, et tubieronla cercada, et ficieron mucho daño en su termino. Et estos herejes rompieron el muro sobre la mar, porque les tiraron el agua que tomauan de las fuentes de par del muro; et ellos alçáronla por engeño por cima del muro, et lleuaronla por caños por el muro, en muchos logares dentro de la villa. Et estos fiçieron hi todo el daño que ellos pudieron, el llegaron hi en el mes de março, quando andaua la era de los moros en docientos et veinte siete años[3]. Et quando vieron que non podían tomar á Lisbona, fueronse á Cadis, et tomáronla. Desi llegaron otras barcas en que andauan otros herejes, et fueron con estos otros, et çercaron á Seuilla, et tomáronla por fuerça. Et desi fueron luego á çercar á Xerez, et ellos yaziendo sobre ella, guisó su poder el rey de España et sus gentes, et vino sobre ellos, ca Dios le mostró su verdat, como quier que los de España eran mas pocos que los herejes, et asignaron su batalla para en el campo, et lidiaron con ellos et venciéronlos et matáronlos. Et el rey nunca tantos pudo aver á las manos que los non mandasse quemar, que otra gracia del non avian. Et mandó quemar todas las barcas, et tomarlos á marauilla mui grant algo. Et después que todo esto ouo acabado, murió Abderrahame, et andaua la era de los moros quando murió en docientos et treinta et dos años, et auia que nasciera sesenta et dos años et seis messes[4].



  1. No fué este Abdo-r-rahmán el que introdujo dicha novedad en la moneda de sus reinos, sino otro Abdo-r-rahmán llamado el III y An-násir-lidinillah (el amparador de la fé).
  2. Esto sucedió en la hégira de 223 (839, 40 de C). El emperador de Constantinopla Theophilo, en guerra abierla con los Abbasidas de Oriente, solicitó y obtuvo la amistad de Abdo-r-rahmán, á cuyo fin le despachó dos embajadas, una en el año arriba indicado, y otra mas tarde. El rey de Córdoba le envió á un personaje de su corte, llamado Yahya Algazzál.
  3. Los normandos aparecieron sobre las costas de Galicia á fines del año 843, es decir, en los primeros meses del año 229 de la hégira. Después de tocar en Lisboa y otros puertos de Portugal, se dirigieron á Cádiz y á Sevilla.
  4. Debió decir en 238, en la luna de Rabí postrera, ó sea Junio de 822. Tenia á la sazón los sesenta y dos años que aquí se le señalan, pues nació en Toledo, en Xaában de 170.