Luna de marzo sobre el mar

LUNA DE MARZO SOBRE EL MAR

Pequeña,
recién nacido polluelo,
tibia de vellón dorado,
no, no corras.

De tu pequeñez amarilla,
desteñida sobre el mar,
se alegra la carne
azul del cielo.

Te lastimas, marchando
detrás de una estrella,
entre bosques de nubes albas,
y no miras mi cuerpo
parado sobre un buque
negro,
que busca
la raya negra de la tierra.


Me cabrías en las manos,
luminoso polluelo;
en las manos
ya muertas
para las caricias humanas.

Sólo para tí
mis dedos se abrirían,
suaves,
sobre tu vellón tiblo,
luna amarilla..

¡No, no corras!
Sarmiento es mi cuerpo,
pardo y seco,
clavado en la fría
flor del mar
cuyo fondo de hielo
esmeralda,
desea.

No, no corras...
Sobre mi corazón
podrías bailar
la última danza
y apagarte conmigo,
luna de marzo...