Nota: En esta transcripción se ha respetado la ortografía original.


Los toros.

Era en Guadix, en Ronda ó Antequera, Un D. Cornelio Marcos Talavera,

Hombre muy buen cristiano y concienzudo,
De cerebro atestado, pero agudo;
Y entre sus agudezas,
Tenia sus manías y rarezas.

Dióle el cielo tres hijas, y eran ellas,
Asi como una especie de doncellas,
Recatadas, honestas, recogidas,
Pero también un poco divertidas,
Y en fin, aficionadas
A mirar, ya se vé, y á ser miradas.

Ya la Virgen de Agosto se acercaba
Y en aquella ciudad se celebraba
Con toros y otras varias diversiones;
Pero dejando á un lado digresiones.
Voy á lo que interesa:

Una de las tres chicas, (la Teresa)
Dijo á su padre: ¿si las llevaria
A que viesen los toros aquel dia?...
¡Toros! esclamó el padre alborotado;
¡Toros!.... la voz de toros me ha alarmado:
Yo sé bien lo que pasa;
No hay mas toros, que cada uno en su casa.