Libro de Buen Amor: 087

Libro de Buen Amor
de Arcipreste de Hita
Enxiemplo de las liebres

Enxiemplo de las liebres


Andávanse las liebres en las selvas llegadas,
sonó un poco la selva e fueron espantadas,
fue sueno de laguna, ondas arrebatadas,
las liebres temerosas en uno son juntadas.

Andavan a todas partes, non podían quedas ser,
desían con el grand' miedo, que se fuesen a esconder
ellas esto fablando ovieron de ver
las ranas con su miedo so el agua meter.

Dixo la una liebre: 'Conviene que esperemos,
non somos nos señeras, que miedo vano tenemos;
las ranas se esconden de balde, ya lo vemos,
las liebres et las ranas vano miedo tenemos.

A la buena esperança nos conviene atener,
fase tener grand' miedo lo que non es de temer,
somos de corazón fraco, ligeras en correr,
non deve temor vano en sí ome traer.'

Acabada ya su fabla començaron de foír,
esto les puso miedo e fiso a todos ir,
en tal manera tema el que bien quiere vevir,
que non pierda el esfuerço por miedo de morir.

El miedo es muy malo sin esfuerzo ardid,
esperança e esfuerço vençen en toda lid,
los cobardes fuyendo mueren desiendo: '¡Foíd!'
«vivien los esforçados disiendo: '¡Daldes, ferid!'

Aquesto acaesçe a vos, señora mía,
et a todas las monjas que tenedes freylía,
por una sin ventura muger que ande radía
temedes vos que todas irés por esa vía.

Tener buena esperança, dexad vano temor,
amad al buen amigo, quered su buen amor,
si más ya non fabladle como Achate pastor,
desidle: '¡Dios vos salve! Dexemos el pavor.'»

«Tal eres», dis' la dueña, «vieja como el diablo,
que dio a su amigo mal consejo e mal cabo,
púsolo en la forca, dexólo y en su cabo,
oye buena fabla, non quieras mi menoscabo: