La primera luz
de Manuel Murguía
Nota: 1859


Esta obra ha sido declarada de texto por Real orden de 26 de abril de 1860,
inserta en la Gaceta de Madrid de 28 del mismo mes y año. Habiendo
sido examinado de nuestra orden el librito titulado LA PRIMERA
LUZ, aprobado de texto para las escuelas de Galicia por Real orden,
y no hallándose en él cosa alguna contra los preceptos y doctri-
na de nuestra Santa Religión y sana moral, damos nuestro
permiso y licencia para su reimpresión en esta ciudad.

Lugo, 5 de marzo de 1868. - José, Obispo de Lugo.

Dos palabras del editor

Ocho años hace que se imprimió por primera vez este libro,
ocho años que se declaró de texto para las escuelas del reino,
ocho años que uno tras otro día no han cesado de recibir su au-
tor y su editor los más entusiastas plácemes por parte de las
personas amantes del país que opinaban se había llevado a cabo
con su publicación un pensamiento tan útil como patriótico.
Por desgracia, ocupaciones de otra índole aparte ya de las grandes di-
ficultades con que tropiezan en Galicia las empresas editoriales,
han hecho que su primer editor no pudiese poner a la venta una
segunda edición tan económica como se necesita para llenar el
objeto que se había propuesto.Este inconveniente dio por resultado
que, a pesar de haber transcurrido tanto tiempo desde su
aparición, y a pesar también de haber sido adoptado
ya por muchos maestros, no ha podido este libro prestar en las escue-
las el gran servicio a que está llamado.Poderosas razones nos
han inclinado a adquirir su propiedad y hacer en honor de Galicia
este esfuerzo.Todos sabemos cómo las primeras impresiones
quedan grabadas en el corazón del hombre: nosotros estamos
seguros de que más de un niño, que en sus primeros
años lea con ojo distraído estas páginas hallará en
ellas mañana la fuente oculta de donde brotaron en su corazón no
sólo el dulce y santo amor de la patria, sino también a su
glorioso pasado y cuanto con él se relaciona.

Al imprimir de nuevo La Primera Luz, no hallamos mejor modo de dar a
conocer su índole que copiando a continuación las
siguientes líneas con que su primer editor, nuestro amigo, el señor
Compafíel, explicó el pensamiento que le guiaba y el fin a que
tendía al dar a la estampa este libro, pequeño por su volu-
men, pero grande por sus tendencias y objeto a que se destina.
El solo objeto de este libro es la mejor de todas las reco-
mendaciones.Tiempo hace que pensábamos publicar tan
útil y necesario trabajo, el cual, como otros de igual naturaleza
(que para completar nuestra idea publicaremos en seguida), debe-
mos al infatigable celo de su autor, uno de nuestros mejores
escritores, quien, con una constancia digna de elogio, ha consa-
grado su juventud y su inteligencia al noble servicio del país
que le vio nacer.

Hemos procurado que este libro, además de las ventajas
que proporciona el nuevo y útil sistema que presidió a su for-
macíón, reúna las que todos los libros de su clase reúnen.Em-
pezamos, pues por emplear diferentes caracteres, yendo de más
a menos, para que los niños puedan acostumbrarse más fácil-
mente a la lectura, añadiendo algunas lecciones en letra bastar-
dilla, para que así se formen una idea de los caracteres que usa
diariamente la imprenta.

Con el fin de llenar cumplidamente el objeto que se propuso
el autor, se ha añadido al pie de la parte expositiva,
en casi todas las lecciones, una pequeña serie de preguntas y respuestas
que harán más palpable la utilidad de este libro. Nada efectivamen-
te más acomodado a la sencilla inteligencia de los niños
que el sistema adoptado; pues leyendo todas las lecciones, sin tomar
de memoria más que lo que de la simple lectura de las lecciones
expositivas sea susceptible, cada niño puede después
estudiar de memoria sin tanta dificultad dichas preguntas y respuestas, com-
pletando, digámoslo así, la instrucción que se desea. Si este pen-
samiento fuese aceptado como útil y provechoso para las escue-
las de primera enseñanza de Galicia, no vacilaríamos un momen-
to en agrandar este trabajo, y hacer en él todas aquellas correc-
ciones que la prudencia y la práctica de los maestros nos acon-
seje.

Nuestro objeto es que el niño, tan pronto empiece a leer,
empiece a la vez a conocer y amar a su patria, ninguna como
la nuestra necesita más de este santo amor de sus hijos.Este
sencillo método de interés al hombre es todo lo que concierne
a su patria, hace mucho tiempo que se usa con asombroso éxito
en las naciones más cultas y adelantadas de Europa. Al ofre-
cer, pues, semejante libro a Galicia, creemos llenar la más alta
misión del editor y del hijo amante de su país. Los nuestros
sabrán mejor que nosotros cuanto debe influir en sus futuros
destinos la lectura de esta pequeña obra.- J. Compañel.

M. SOTO FREIRE

Y tú, hija mía, venida ayer a este valle de lágrimas; tú, en
quien pienso al escribir este libro, aprende, hija de mi alma,
a amar a esta Galicia infortunada, en donde han nacido tus
padres y en donde has visto la primera luz. Para ti escribo
estas páginas; benditos sean tus dulces ojos, benditos sean
tus labios puros como la sonrisa de tu madre, cada vez que
leas y pronuncies estas palabras, que escribo pensando en ti;
¡oh tú, la hija más amada!...

A los niños

Blanqueaba en los cielos la aurora, y sus primeras y suaves
tintas bañaban dulcemente los montes vecinos, -El valle
dormía en paz, y las sombras de la noche, al levantar su vue-
lo, despertaban, en las dormidas ramas, los céfiros
matinales.

Cantaban los pájaros; la luz descendía como brillante globo
sobre las ondas que rizaban los primeros vientos, y en el cer-
cano caserío todo era animación y regocijo. Entraba
el'sol por las ventanas, movíanse los árboles que llamaban con sus ra-
mas a los hierros del largo balcón, y una madre -¡santo
nombre!- se acercó llevando de la mano un niño más her-
moso que la aurora.Besóle en la frente, para que su beso de
madre disipase en todo aquel día los malos pensamientos de
un alma llena de inocencia, hízole arrodillarse delante de ella,
y le mandó repetir estas palabras, que el pobrecillo balbuceaba,
levantando al cielo sus ojos de dulzura y sus manecitas rosadas.
-¡Dios mío! tú que creaste tantas bellezas como me rodean,
tú que encendiste en mi alma el noble fuego de la inteligencia
recibe mi primera oración, pura como la de los ángeles. Y
tú, pequeño pedazo de tierra en que he nacido, flores que
embalsamáis este viento que orea mi rostro, almas santas de mis
antepasados, recibid también mi pensamiento.Desde el cielo en
que vivís eternamente, no veréis sin regocijo cómo el pobre niño
aprende a honrar vuestro nombre, a imitar vuestras virtudes, a
amar esta tierra bendita y hermosa, donde reposan vuestras ce-
nizas y en que Dios, que todo lo ve y lo gobierna, quiso que
abriese mis ojos a la luz que anima tan espléndida naturaleza.

Levantóse el niño besóle su madre en los labios, para que
su beso santificase aquellas palabras, y le oprimió contra su
pecho, y le acarició porque era bueno como un ángel, y a los
ángeles se les ama siempre.

Oh! niños queridos, a quienes ama vuestra madre y de cuya
ancianidad seréis apoyo, repetid todas las mañanas la dulce ora-
ción de] niño amado de su madre.No os faltarán los dulces be-
sos de aquella, aunque algunos de vosotros -¡pobres inocen-
tes!- no hayáis conocido nunca la sonrisa materna].

Los hombres todos tenemos siempre una madre a quien
debemos amar y venerar: esta madre es la PATRIA.

LA PRIMERA LUZ DEL DIALECTO

LECCIóN I

Un niño entró en la escuela; era un pobre aldeanito, y no sa-
bía hablar castellano.El maestro le preguntó:

-¿No traes tus libros, hijo mio?

-Señor - respondió el pobrecillo, temblando esquecéronme.

Y todos los demás niños se echaron a reir de él, y se mofaron
de su ignorancia.

Pero el maestro, que era un hombre docto, y mejor que esto
todavía, un hombre justo, les impuso silencio y les dijo:

- Hijos míos, ¿cual es la falta de ese inocente para que os
burléis de él? No sabe castellano, y habla en el dulce lenguaje de
su tierra nativa, en el lenguaje en que hablaron sus abuelos! Sa-
bed, niños, que el dialecto gallego, cuyas armoniosas palabras
excitan vuestra risa, como si fuérais extraños, es la fuente de don-
de salió el idioma español; es un dialecto en que pueden expre-
sarse con más dulzura, con más suavidad, con más cariño que en
ningún otro, todos los pensamientos y todas las ideas; que en él
hablaron nuestros padres, y que nosotros no debemos, no digo ya
olvidarlo, sino amarlo, venerarlo, como a preciosa herencia que
nos han legado nuestros antepasados.Amad el lenguaje en que
hablamos todavía; ¡el pueblo que olvida y escarnece su idioma,
ese pueblo dice al resto del mundo que ha perdido su dignidad!
«El hombre - dice un sabio moderno - lo último que pier-
de es el acento natal». No os avergoncéis, pues, de ser como los
hombres, ni os cause risa oír hablar como hablaron vuestros
abuelos.Si algo hai aquí, que deba excitar vuestra hilaridad, no
es la santa ignorancia de este aldeanito, sino la imprudente car-
cajada del hijo de las ciudades, que no conoce que acaba de reirse
de sí mismo.

LECCIóN II

El dialecto gallego es uno de los que en Espafía conserva
más puro su origen latino, y en el cual se advierte a cada paso
las huellas poderosas de los antiguos idiomas célticos, que se
hablaban en Galicia antes y durante la dominación romana.
A poco que se observe, nótase que sus voces, en la mayor parte,
son débil corrupción del latín, sin que se vean en el gallego,
como sucede en el castellano, esas ásperas palabras que ha to-
mado del árabe, como un signo de su pasada servidumbre.

Formóse el gallego antes que el castellano, y llegó también a su
perfección antes que éste. Es su padre, como lo es del portu-
gués; ejemplo vivo de lo que podía llegar a ser el gallego, si en
vez de corromperse y viciarse con voces y giros castellanos,
hubiese aspirado a su perfección y sido un idioma nacional.

En gallego escribió sus Cántigas el inmortal monarca castellano,
Don Alfonso X, llamado el Sabio, y muchos otros poetas de
aquellos tiempos en que el gallego era un idioma formado, mien-
tras el castellano estaba todavía en su infancia.



P.-¿Cuál es el origen del dialecto gallego?

R.-El latín, modificado según el genio de las lenguas célti-
cas que se hablaron en Galicia.

R-¿Cuándo se halló formado ya como idioma literario?

R.-Mucho antes que el castellano, pudiendo asegurarse que
lo estaba ya a fines del siglo XII.

P.-¿Se han escrito algunas obras en este dialecto?

R.-Algunas, y entre ellas las Cántigas del Rey Don Alfonso X,
llamado el Sabio.

DE LA RELIGION

LECCIóN III

¿Cuál es el pueblo antiguo y moderno que no ha
sentido en su conciencia la inferioridad de su naturaleza? ¿Cuál
el que no ha levantado altares al Creador del mundo?El hombre, al nacer
a la vida, fué puesto en el Paraíso; entró
en él lleno de gracia, y salió pecador; desde entonces, ángeles de flameantes
espadas guardan sus puertas, y el hombre gime en la tierra su desventu-
ra. Dios le colmó de beneficios, y él le fue
ingrato.Dios le hizo sentir el peso de la desgracia en que se había sumido
por su propia voluntad; pero en medio de su desgracia no le abando-
nó. Para el cuerpo le dió vestido con que cubrir
su desnudez.

Para el alma, una consoladora esperanza de su remedio, y el
hombre levantó altares para adorarle por sus beneficios
y para implorar sus misericordias.El indio en sus pagodas, el árabe
en sus mezquitas, el celta en medio de los bosques, todos alzaron
sus plegarias al Señor de lo creado. ¿Y hemos
de ser nosotros menos que ellos, nosotros los que hemos nacido en el nuevo
Paraíso?Nos ha enviado la redención; el Verbo
hecho carne vino a salvarnos; la religión cristiana, que nació
pobre, vive y prospera hace diecinueve siglos ¡Dichosos nosotros, que he-
mos nacido de padres cristianos y recibidos en el seno de la
Santa Iglesia adoramos al Dios verdadero!Adoremos a ese Dios
de dulzura y de perdones; que no nos ha abandonado; amemos
al Apóstol santo que, apenas la palabra del Crucificado empezó
a fructificar en torno del Gólgotha, cuando abandonó su patria,
cruzó los mares, y se detuvo en nuestra hermosa Galicia, en
donde dejó oír su doctrina de redención.

LECCIóN IV

Todos los historiadores están conformes en que Santiago,

hijo del Zebedeo, abandonó la Judea y vino a España
a predicar

el Evangelio.Muchas son las ciudades que se disputan el ho-

nor de haber sido las primeras en oír de sus labios
la divina palabra; pero ninguna tiene el envidiable privilegio de que hu-
biese residido en ella tanto tiempo el Apóstol como en el Pa-
drón.Aquí escogió sus discípulos,
aquí fue amado como en ningún sitio y aquí, por fin, quiso fuese transportado y descan-
sase su santo cuerpo.

Nadie puede negar que Galicia fue de las primeras ras pro-
vincias de España en donde el Cristianismo echó más profun-
das raíces, siendo desde entonces un reino religioso por exce-
lencia.Parece que Dios miró siempre con ojos benignos este
país y le concedió el envidiable privilegio de ser la cuna del
Cristianismo español.Antes que un rey godo hubiese abjurado
sus errores y se convirtiese a la religión del Crucificado, ya un
rey de Galicia lo había hecho más de cien años hacia.Pero ¿qué
de victorias no deben las armas cristianas a la ayuda del Após-
tol, a quien su divino Maestro apellidó Hijo del Trueno? ¿Quién
venció en Clavijo sino Santiago? ¿Quién en las Navas de Tolosa?
¿Quién en Granada, en Nápoles, en Méjico, allí donde se grita-
ba en son de guerra: Santiago y cierra España?Por eso todos
los españoles y todos los cristianos corrieron en santa romería
a visitar en la antigua Compostela el milagroso sepulcro, por
eso las ofrendas y los votos del pueblo español vinieron ofre-
ciéndose durante siglos al pie del altar, en donde recibe
justa y diaria adoración el Apóstol que ha querido vivir
entre nosotros.

P. - ¿En dónde residió el Santo Apóstol
en Galicia?

R.- La recorrió toda; pero en especial vivió
en Iria, hoy Padrón.

R -¿Cuántos fueron los discípulos que
salieron con él de Galicia?

R.- Nueve; llamados Atanasio, Teodoro, Teos'lfón, Segun-
do, Indalecio, Cecilio, Insichio, Torcuato y Eufrasio.

P.-¿Cuáles los que quedaron en Galicia?

R.- Dos; Teodoro y Atanasio, que fue el primer obispo de Iria Flavia.

P.- ¿En dónde se halló el cuerpo del Apóstol?

R.-En el lugar que hoy ocupa Santiago, llamado entonces

Burgo de Tamaricos.

P.-¿En qué año?

R.-En el de 813, en que le descubrió el obispo de Iria,

Teodomiro.

R-¿Quién fue el primer rey de Galicia que se
convirtió al cristianismo

R.-Richiario.

GEOGRAFIA

LECCIóN V

Muchas son las descripciones que han hecho los escritores
de esta hermosa y fértil Galicia; pero la imaginación del hom-
bre será siempre impotente para prestar a la naturaleza un áto-
mo más de hermosura.Nadie, nadie ha podido describirnos a
Galicia tan llena de belleza como a cada momento se nos pre-
senta. Frescos valles, solitarias cañadas, comarcas pintorescas,
montañas cubiertas de nieve, verdes quebradas, lagos,
ríos de ondas azules y un mar inmenso, bañándola amoroso,
he aquí lo que es tan vario como encantador país.Una costa de doscientas
cuarenta millas, cubierta de innumerables puertos, entre los que
se cuentan algunos envidia de las demás naciones; unas risue-
ñas aldeas, medio ocultas entre los innumerables árboles que
crecen bajo su suelo, le dan un aspecto cada vez más pintores-
co. El mar Cántabro y el Atlántico le rodean y se mezclan entre
un rumor de tempestades, enfrente de su quebrada y salvaje
costa.Confina por el E. con los antiguos reinos de Asturias y
León de los que le separan el río Eo y la cordillera
de montañas de Ancares, Cebrero y otras que le siguen, entre ellas, y al
S. E. la sierra de Segundera, que marca los límites entre
Galicia y Zamora, separándola de Portugal en la línea S.
las montañas de la Mezquita y otras que se extienden hasta la feligresía
de Padrenda, en donde el Miño empieza a servir de línea
divisoria entre Portugal y Galicia.

P.-¿Cuál es la situación de Galicia respecto
a lo restante de España?

R.-Se halla situada en su parte más septentrional y
al N. O. de la península.

P.-¿Cuáles son sus límites?

R.-Al N. y al 0. el mar Cantábrico y Atlántico;
al E. Asturias y León; Al S. E. la provincia de Zamora, y al S. Portugal.

P.-¿Cuál es la extensión de su costa?

R.-De doscientas cuarenta millas.

P.-¿En dónde empieza y en dónde concluye?

R.-Empieza en el monte de Santa Tecla, inmediato a la villa
de la Guardia, y termina en Rivadeo.

LECCIóN VI

La antigua división de Galicia era harto defectuosa, pero hoy,
y acertadamente, se halla dividida en cuatro provincias, que
son las de La Coruña, Lugo, Pontevedra y Orense, que ocupan
1.032 leguas cuadradas, cuya población llega a cerca de dos
millones de habitantes.Sus montañas son numerosas, aunque
por lo regular no muy elevadas, ramificación de los Pirineos
que avanzan hasta Finisterre, y entre las cuales pueden contarse
como de más altura las de Cervantes, Cebrero, Courel,
Segundera, Armonda, la Loba y el Bocelo.Corren por sus fron-
dosas cañadas y por sus valles fertilísimos, multitud de ríos,
entre los que sobresale el Miño, que naciendo en la provincia
de Lugo, cerca del monasterio de Meira, pasa a un lado de la
ciudad de Lugo, se adelanta hacia Orense, en donde viene uni-
do al Sil, otro gran río, los cuales, después de recoger el Avia y
otros, entre ellos el Arnoya, pasa por delante de Tuy y va a
desembocar en el océano, siendo por eso uno de los más cauda-
losos de España, el de más crecido caudal en Galicia y el que
naciendo y muriendo en ella parece querer simbolizar este rei-
no, cuyos valles fecundiza.Cuenta nuestro país con otros ríos,
cuyo precioso caudal de aguas forman parte de su riqueza agrí-
cola, tales son el Tambre, el Ulla y el Limia, que forma el céle-
bre lago de este nombre.

P.-¿En cuántas provincias se divide Galicia?

R.-En cuatro, que son la de La Corufía, Lugo, Pontevedra
y Orense, que tienen por capitales las respectivas ciudades
de su nombre.

P.-¿Cuál es su extensión y cuál
su población?

R.- Su extensión es de 1.032 leguas cuadradas, y su pobla-
ción de cerca de dos millones de habitantes.

P.-¿Cuáles son sus montañas más elevadas?

R.-Las de Cervantes, Cebrero, Courel, Segundera,
Armonda, la Loba, el Bocelo y otras.

P.-¿Cuáles sus ríos más caudalosos?

R.-El Miño, el Sil, el Tambre,el Ulla y el Limia.

P.-¿Qué circunstancias hacen notable al primero
de estos ríos?

R.- El ser uno de los más caudalosos de España, el más
grande de Galicia y el nacer y morir en este antiguo reino.

LECCIóN VII

Una de las más bellas ciudades, no sólo de Galicia, sino de
Espafía, es La Coruña, capital de todo el reino
y de la provincia de su nombre. Efectivamente, el viajero no puede menos de sor-
prenderse a la vista de esta hermosa ciudad, cuyo puerto es de los
más seguros, y su perspectiva, de las más pintorescas.Calles lim-
pias, anchas y cómodas, buenos paseos y unos alrededores siem-
pre floridos la hacen ser preferida entre todas.Reside en ella la
Audiencia, la Capitanía General, el 4.' departamento
de Artillería y tiene un Consulado o escuela de comercio y pilotaje con una
biblioteca, legado del distinguido escritor gallego don Pedro An-
tonio Sánchez, la cual habiéndose aumentado hasta el día, cuenta
ya con ocho mil volúmenes.La población de la ciudad es de
treinta y dos mil habitantes.Compónese la provincia, cuya pobla-
ción es de quinientas setenta y tres mil ciento catorce almas, de
catorce partidos judiciales, entre los que se cuentan el de Santia-
go, antigua capital de Galicia, con veinte y ocho mil habitantes,
célebre por sus numerosos edificios, notándose entre ellos la
Universidad, que es la única de Galicia, fundada a principios del
siglo XVI, la catedral, cuyo arzobispo es cabeza de la iglesia ga-
llega, el hospital, el Sen-únario, el monasterio de San Martín, el
colegio de Fonseca y otros, el de Ferrol, ciudad de un gran por-
venir, con diez y seis n-úl habitantes, y un inmenso arsenal, el pri-
mero en Europa y envidia de todas las naciones marítimas, el de
Betanzos, ciudad un tiempo de alguna importancia, y los de
Puentedeume, cuyo puente es notable por su longitud; Arzúa,
Carballo, con sus aguas minerales; Concubión, Muros, patria del
obispo don Diego de Muros; Negreira, Noya, en donde nacie-
ron Berengario de Noya y don Felipe de Castro, escultor dis-
tinguido del siglo pasado; Ordenes, Padrón, de donde salieron
los dos insignes trovadores Macías y Rodríguez de Padrón y
Santa Marta de Ortigueira.

P.-¿Cuál es la capital de Galicia?

R.-La Coruña, capital al mismo tiempo de la provincia de
su nombre.

P.-¿Cuál es su población y la de la provincia?

R.-Treinta y dos mil almas la de la ciudad, y quinientas
setenta y tres mil ciento catorce la de la provincia.

P.-¿En cuántos partidos judiciales se divide
la provincia y cuáles son?

R.-En catorce, que son: Arzúa, Betanzos, Carballo,
Corcubión, La Coruña, El Ferrol, Muros, Negreira, Noya, Or-
denes, Padrón, Puentedeume, Santa Marta de Ortigueira y S an-
tiago.

P.-¿Cuáles son las principales ciudades de esta
provincia?

R.-La Coruña, por ser la de más población de Galicia;
la de Santiago por su célebre Universidad, y El Ferrol, por el in-
menso arsenal, cuya fábrica es una de las maravillas de este
antiguo reino.

LECCIóN VIII

Las soberbias y elevadas cumbres de Piedrafita sirven de
límite a las provincias de León y de Lugo, cuya ciudad es de las
más célebres y antiguas de Galicia, y su capital en tiempo de
los romanos.Su población es de doce mil almas. Encierra den-
tro de sus antiquísimas murallas una catedral, aunque pequeña,
de preciosa fábrica y notable, por tener expuesto perpetuamen-
te el Santísimo Sacramento, y en sus alrededores se hallaban
las ruinas de los baños romanos y hermosos mosaicos, que ates-
tiguan su antiguo poderío y su riqueza.Tiene seminario conci-
liar, instituto de segunda enseñanza, escuela normal y una bi-
blioteca provincial de más de diez mil volúmenes. En ella se
celebraron Concilios, que fueron de los más célebres en Galicia,
y algunos reyes suevos tuvieron allí su corte.La población de
la provincia es de cuatrocientos cuarenta y seis mil ochocientos
un habitantes, y se halla dividida en once partidos judiciales,
entre cuyas capitales se cuentan Mondoñedo, ciudad con obis-
po y una de las más célebres en la Edad Media; Monforte, con
instituto local de segunda enseñanza en el notable Colegio de
Jesuitas que posee; Rivadeo, con escuela de náutica y comer-
cio; Fonsagrada, Quiroga, Sárria, Becerreá, Chantada, Villalba y
Vivero, con un comercio de lienzos, en otro tiempo bastante nota-
ble, y una fábrica de fundición de hierro y loza en Sargadelos.

P.-¿Cuál es la población de esta provincia
y cuál la de su capital?

R.-La de la provincia es de cuatrocientas cuarenta y seis
mil ochocientas una almas, y la de la capital, doce mil.

P.-¿En cuántos partidos judiciales se divide
la provincia y cuáles son?

R.-En once, que son los de Fonsagrada, Lugo, Mondoñedo,
Monforte, Becerreá, Quiroga, Rivadeo, Sárria,
Chantada, Villalba y Vivero.

P.-.¿Cuáles son las principales ciudades de la
provincia?

R.-Lugo, por ser la capital de Galicia romana, haber tenido
algún tiempo su corte en ella los reyes suevos y por los concilios
que en ella se celebraron.Mondoñedo, por ser su silla episcopal
una de las primeras de Galicia, y Monforte, por su antiguo colegio
de humanidades, que perteneció a la Compañía
Jesús.

LECCIóN IX

De alrededores pintorescos en sumo grado, encerrando den-
tro de sus murallas notables edificios, y orillas del florido Lérez,
se levanta la ciudad de Pontevedra, capital de la provincia de su
nombre, con grandes recuerdos históricos, bajo un cielo
puro y en un clima templado, que hacen más agradables sus encanta-
dos alrededores.Su población es de nueve mil almas; tiene ins-
tituto de segunda enseñanza con una pequeña biblioteca, es-
cuela normal y bellos edificios, entre los que sobresale la igle-
sia de Santa María. El antiguo gremio de mareantes publica la
grandeza marítima de esta ciudad, en donde nacieron los Nodales
y Sarmientos.Se divide la provincia, cuya población es de cua-
trocientos sesenta y cuatro mil novecientas sesenta y nueve al-
mas, en once partidos judiciales, entre los que se cuentan los de
Vigo, cuya capital es uno de los mejores y más seguros puertos
del mundo, hallándose en su ría espaciosa un magnífico lazare-
to, el único en Galicia; Tuy, orillas del Miño, corte del rey godo
Witiza, patria del celebrado poeta Cadavalo Gravio, con cate-
dral, silla episcopal y seminario; Caldas de Reyes, en donde
tuvieron su corte los condes de Galicia don Ramón de Borgoña
y doña Urraca de Castilla, cuyo hijo don Alfonso, que nació en
esta villa, fué más tarde rey de Castilla y León y uno de los más
poderosos monarcas de aquellos tiempos; Redondela, con her-
mosos alrededores; Lama, Cañiza, Tabeirós, Lalín,
Puenteares y Cambados, en donde nació el humanista don
Alonso Alvarez Sotelo.

R-¿Cuál es la población de esta provincia
y cuál la de su capital?

R.-La de la provincia es de cuatrocientas sesenta y cuatro
mil novecientas sesenta y nueve almas, y la de la capital,
de nueve mil.

P.-¿En cuántos partidos judiciales se divide
y cuáles son?

R.-En once, que son: los de Caldas de Reyes, Cambados,
Cañiza, Lalín, Lama, Pontevedra, Puenteareas,
Redondela, Tabeirós, Tuy y Vigo.

P.-¿Cuáles son las principales ciudades de la
provincia?

R.-Pontevedra, notable por la preponderancia que había
logrado su gremio de mareantes; Vigo, por su magnífico puer-
to, y Tuy, por su antigua catedral y por haber sido la corte del
rey godo Witiza.

LECCIóN X

Una de las ciudades de Galicia de mayor porvenir por su
situación topográfico es Orense, capital de la provincia de su
nombre, cuyos recuerdos históricos, como los de casi todas las
ciudades de Galicia, son numerosos. En esta ciudad, situada a
orillas del Miño, sobre el cual tiene un soberbio puente, tuvie-
ron su corte algunos reyes suevos, y en ella hizo su predicación
el célebre San Martín Dumiense.Sus alrededores son hermosí-
simos y la fertilidad de su terreno no conoce igual.El comercio
de vinos constituyó siempre su riqueza.Tiene catedral, obispo,
seminario conciliar, instituto de segunda enseñanza con una
curiosa biblioteca y un museo de pinturas, el único que existe
en toda Galicia.Es notable por sus Burgas.Su población es de
dieciocho mil almas.La provincia, cuya población es de cua-
trocientos seis mil novecientos noventa y cuatro habitantes, se
divide en once partidos judiciales, que son: Celanova, cuya ca-
pital tiene un magnífico monasterio de Benitos, donde acaba de
establecerse un colegio de PP.Escolapios; Rivadavia, capital
del Rivero de Avia, notable por su comercio de vinos y por ser
la patria del célebre teólogo fray Tomás de Lemos; Allariz, en
donde nació el ponderado padre Felipe de la Gándara; Ginzo
de Limia, con una laguna en donde se criaban magníficas san-
guijuelas; Bande, Valdeorras, con buenos vinos; Puebla de
Tribes, Verín, Señorín en Carballino y
Viana del Bollo.En esta provincia se halla la plaza fuerte de Monterrey, cuyo nombre
debe ser eterno, por haberse impreso allí el primer libro que
salió de las prensas de Galicia, en el año de 1494.

P.-¿Cuál es la población de esta provincia, y cuál la de su
capital?

R.-La de la provincia es de cuatrocientas seis mil novecientas
noventa y cuatro almas, y la de la capital, de dieciocho mil.

P.-¿En cuántos partidos judiciales se divide
y cuáles son?

R.-En once, que son: Allariz, Bande, Celanova, Ginzo de
Limia, Orense, Puebla de Trives, Rivadavia, Señorín en
Carballino, Verín, Viana del Bollo y Valdeorras.

P.-¿Cuáles son las principales ciudades de la
provincia?

R.- Orense, célebre por la predicación de San
Martín

Dumiense, por su magnífico puente sobre el Miño, por sus
Burgas y por haber sido corte de los reyes suevos, y Monterrey,
plaza fuerte enclavada en los límites de Galicia y Portugal, en
donde primero se dio a conocer la imprenta en Galicia.



HISTORIA

LECCIóN XI

Utilísimo es bajo todos conceptos para los pueblos, el estu-
dio de la historia patria; nada como él infunde una más alta
dignidad en el individuo, nada le da más severas lecciones res-
pecto a sus deberes como ciudadano, ni nada le enseña mejor
que él cuáles son las virtudes cívicas,
cuáles sus recompensas y cual, en fin, el medio
más acertado de hacerlas concurrir a un
bien común.Los reveses de un pueblo enseñan muchas veces
más que sus victorias; ellos hacen ver cuan frágiles son estas, y
cuanto más acertado es dirigirse por otro camino a la felicidad
y a la tranquilidad de las naciones.La historia nos hace odiar la
guerra, ese tirano cien veces más aborrecible que todos los tira-
nos del universo; nos hace ver cómo allí donde este monstruo
de la humanidad tiene su asiento, allí brotan en torno suyo to-
dos los horrores y todas las desgracias, pero nos enseña tam-
bién que si alguna guerra es santa, es únicamente la que se hace
por defender la independencia de la patria o la preponderancia
de la raza a que se pertenece.Una de las grandes ventajas que
reporta el estudio de la historia es el de hacernos -amar esa pa-
tria, en aras de la que tantas ilustres víctimas se han sacrifica-
do. Cuando las victorias deslumbradoras de nuestro pueblo se
presentan a nuestros ojos, ¡que entusiasmo no sentimos dentro
del corazón!Todos amamos a los héroes, y enseñamos a nues-
tros hijos a bendecir a los grandes hombres. Cuando leemos
con ojos llenos de lágrimas nuestras derrotas, ¡que, deseos no
sentimos de soportar con los desgraciados el peso de sus
infortunios!Por eso la historia es la que más eleva el pensa-
miento del hombre, y el que hace héroes de simples ciudada-
nos. Galicia tiene como todos los grandes pueblos, hermosas
páginas de gloria, en que sus hijos aprendan a ensalzar a su
patria.Niño querido, sigue, lee, y no olvides jamás que las lec-
ciones de valor y de virtud que nos dieron nuestros antepasa-
dos, no deben ser inútiles. ¡Aprende a imitarlos, y enorgulléce-
te de haber nacido en un pueblo que produjo tales héroes!

LECCIóN XII

A uno de los pueblos más ilustres, más grandes y generosos
de la antiguedad, es a quien debe Galicia su primitiva pobla-
ción.Efectivamente los celtas, esa gran nación, cuyos sencillos
monumentos guarda todavía Galicia en medio de sus campos y
orillas de sus mares bravíos fue de los primeros pueblos que
hicieron asiento en nuestra patria.Las costumbres de aquellos
sencillos pobladores, su religión y su lengua, de la que tantas
palabras conservamos todavía, se encarnaron en nosotros, y
podemos decir que los celtas, esos celtas poderosos, de quien
tantas grandes naciones se glorian de descender, fueron los prin-
cipales pobladores de Galicia.Las riquezas de nuestro suelo
atrajeron a Galicia infinidad de pueblos comerciantes, entre ellos
los fenicios, de quienes puede decirse que fue el primer pueblo
verdaderamente comerciante que recorrió nuestros mares. La
explotación del estaño, entre otras, hizo que no abandonasen
tan pronto estas costas que tan familiares les eran y en las cua-
les levantaron para su seguridad los preciosos faros que hoy
llamamos torres de Hércules y lalanzada, que atestiguan cuán
grande y beneficioso era para ellos nuestro comercio, que más
tarde se vieron obligados a ceder a los cartagineses.Ligóse es-
trechamente Galicia con estos últimos, y así los soldados galle-
gos partieron con los de Cartago la gloria alcanzada por ellos
en las célebres batallas de Trassimeno y de Cannas. Caro paga-
ron su adhesión al pueblo cartaginés, pero debemos alegrarnos
de ello, porque entonces fue cuando Galicia enseñó al mundo
como un pueblo puede defender la independencia de su patria.

P.-¿cuál fue el pueblo a quien Galicia debe su
primitiva población?

R.-El celta, uno de los más ilustres de la antigüedad.

P.-¿Qué, cosa nos prueba más claramente
esta población primitiva?

R.-Los muchos y diversos monumentos que existen aún
en nuestros campos y en la costa, y los restos que de su idioma
conserva el dialecto gallego.

P.-¿Qué pueblos vinieron después?

R.-Los fenicios, que hicieron un poderoso comercio con
nosotros, levantando en nuestras costas dos preciosos faros,
de Hércules y la Lanzada.

P.-¿Con cuál de estos pueblos estrechó
más Galicia sus relaciones?

R.-Con los cartagineses, en cuyo ejército sirvieron sus hi-
jos, cabiéndoles parte de la gloria de las célebres victorias de
Trassimeno y Cannas.

LECCIóN XIII

Los romanos no dominaron a Galicia por completo hasta el
reinado de Augusto; conquistaban, es cierto, nuestras tierras,
pero su conquista duraba lo que un breve soplo, y por eso tantas
veces fue atacada por las armas romanas, y tantas veces volvió
a proclamarse libre e independiente de aquellos conquistado-
res, de tal modo, que nuestro país se gloria, y con razón, de
haber sido la última parte de España de que se apoderaron los
romanos.Viriato, general lusitano, cuyo valor probó siempre
venciendo a los soldados de Roma, acaudillaba también a los
gallegos, y por eso sufrió un horrible cerco la ciudad de Erisana,
hoy Bayona, que socorrida por aquel guerrero se vio libre del
enemigo.En el año 132 antes de Cristo fue cuando Galicia tuvo
que sufrir una irrupción romana, cuyo ejército al mando de Decio
J. Bruto, la recorrió y abandonó después, sin haber podido, sin
embargo, establecer aquella dominación de Roma.Julio César,
que vino también a Galicia, no tuvo mejor suerte que el prime-
ro, aunque obtuvo una sangrienta victoria contra los gallegos
en las islas Cíes, o de Bayona, en que los gallegos prefirieron
morir a quedar esclavos.Por último, Octavio Augusto, por medio
de sus lugartenientes Cayo Antistio y P. Firmio, se apoderó de
Galicia, después del horrible desastre del monte Medulio, en
donde los gallegos mostraron bien claro cuán grande era su amor
a la independencia y su odio a la dominación romana.

Cercáronlos sus enemigos en el monte conocido con el nombre
de Cabeza de Meda, y aprisionados con un foso de más de quince
millas cerca de la confluencia del Sil y el Miño, prefirieron
darse muerte antes que entregarse a los romanos, repitiendo
aquel ejemplo célebre en nuestra historia dado por la heróica
Numancia.

P.-¿Desde cuándo dominaron por completo los romanos
en Galicia?

R.-Desde el tiempo del emperador Augusto.

P.-¿Qué conquistadores entraron primero en Galicia?

R.-Serviliano, que estando en guerra con Viriato, sitió a
Erisana, hoy Bayona, pero que tuvo que abandonar porque vino
a socorrerla aquel caudillo Decio Junio Bruto y César.

P.-¿Qué victorias consiguió César
contra los gallegos?

R.-La de las islas Cíes, en donde se defendieron durante
mucho tiempo hasta que el hambre y los nuevos socorros que
recibió el cónsul romano les obligó a
rendirse.

P.-¿Cuál fue el último esfuerzo de los gallegos en favor de
su independencia, y cuál el resultado?

R.-El que tuvo lugar en la campaña que inauguró Octavio
y Augusto contra Galicia y siguieron sus generales Firmio y C.
Antistio: atrincherados los gallegos en el monte Medulio y cer-
cados con un foso de quince millas, prefirieron darse muerte
para no verse esclavos de los romanos.

P.-¿En dónde estaba el monte Medulio?

R.-En el monte denominado Cabeza de Meda.

LECCIóN XIV

Cuatro siglos duró la dominación romana en Galicia, y des-
pués de tomar de nuestros conquistadores idioma, leyes, reli-
gión y costumbres, vivimos tranquilos y connaturalizados con
ellos, quedando reducidos así de nación independiente a una
provincia romana, en donde el arte y la civilización llegaron a
la misma altura en que se hallaban en la metrópoli.Aún con-
servamos en Galicia recuerdos y monumentos que nos hablan
de aquella dominación; el mosaico de Lugo, el monte Furado y
los restos de las grandes vías militares que surcaban su territo-
rio nos dan a entender bien claramente cuán grande era su civi-
lización y su poder.Pero a principios del siglo v, unos pueblos
venidos del Norte de Europa se echaron sobre Roma, como
sobre una gran presa.A Galicia llegaron los suevos y los ván-
dalos, los primeros al mando de Hermenerico y al de Gunderico
los segundos.Ingratos estos a los beneficios que debían al rey
suevo, tomaron contra él las armas y sostuvieron una ruda lu-
cha, hasta que rechazados por los suevos abandonaron a Galicia
y se retiraron al Africa, no sin causar graves daños en nuestras
ciudades, en particular en la de Braga, una de las más ricas y
florecientes de aquel tiempo.Desde entonces la nación de los
suevos quedó dueña de Galicia, no sin una notable oposición
por parte de los naturales.

R-¿Cuántos siglos duró la dominación en Galicia?

R.-Cuatro, en que los gallegos tomaron de los romanos idioma, leyes, religión
y costumbres.

P-¿Qué monumentos existen en Galicia que nos hablen de esta dominación?

R.-Entre otros, el mosaico de Lugo, la perforación del monte Furado y los restos de las vías militares que
aún existen en algunas partes.

P.-¿Quién acabó con esta civilización?

R.-Unos pueblos del Norte, que a principios del siglo V salieron de su territorio y se esparcieron por el resto de
Europa.

R-¿Qué pueblos vinieron a Galicia?

R.-Los suevos y los vándalos, a quienes mandaban
Hermenerico y Gunderico.

P.-¿Quiénes perseveraron como dueños de
Galicia?

R.-Los suevos, pues habiendo los vándalos hecho armas
ingratamente contra sus protectores, fueron vencidos y obliga-
dos a abandonar Galicia, como lo hicieron saqueando a Braga.

P.-¿Se establecieron sin ningún trabajo los suevos
en Galicia?

R.-No, porque al principio les opusieron una tenaz resis-
tencia los naturales.

LECCIóN XV

Aunque los suevos entraron en Galicia en el 409, no empe-
zó su dominación hasta dos años después, en el 411. Después
de vencer a los vándalos, Hermenerico hizo paz con los galle-
gos, con quienes había estado en guerra, y quedó dueño de
Galicia, que entonces era la mayor parte de España.Sucedióle
su hijo Rechila o Rechilan, año 438, que aumentó los dominios
del poder suevo, y fue tan afortunado, que en una campaña de
tres anos recorrió Andalucía, tomó a Sevilla, capital entonces
de toda España, y a Mérida, ciudad rica y populosa; venció a
los romanos, domó los silingos, y puede decirse que ganó po-
sesiones en tres grandes provincias de España: en la Bética,
Lusitania y Cartaginense.Murió en Mérida, en agosto del 448,
y le sucedió su hijo Ricciario, el rey suevo de más grata memo-
ria para nosotros.Convertido al cristianismo, lo mismo que su
pueblo, nada resistió su paso victorioso, y queriendo ensanchar
de nuevo sus dominios, corrió hacia Navarra y saqueó las cam-
piñas de Zaragoza y la mayor parte de Aragón, se adelantó ha-
cia Cataluña, entró en Lérida, y sólo una paz de escasa dura-
ción pudo detenerle en sus conquistas.Rota ésta, vino sobre
Ricciario, Teodorico, rey godo, quien unido con los franceses y
borgofíones, atacó al victorioso rey cerca de Astorga, y le de-
rrotaron en la batalla que dieron a orillas del río Orbigo. Derro-
tado y herido en este desgraciado encuentro, Ricciario huyó y se
embarcó para el Africa, pero una tempestad le arrojó a la ciudad de
Oporto, en donde, hecho prisionero, fue paseado por Galicia por el
vencedor y degollado por fin en el mes de diciembre del 456.

LECCIóN XVI

El objeto de los godos después de la muerte de Ricciario fue
apoderarse de Galicia, pero aunque divididos aquí los ánimos
se procedió a nueva elección de rey, y salieron elegidos Maldras
y Frauta.Reinó cada uno en una parte de Galicia, hasta que
muerto este último se apoderó del reino Maldras, que murió en
el 460, dejando el reino en poder de Frumario y Remismundo.
Encendióse entre ellos la guerra, pero muerto Frumario en el
464, quedó toda Galicia para Remismundo, en cuyo reinado
entró en Galicia la secta de Arrio.De los reyes que le siguieron
no hay noticias, aunque, según parece, en el 470 reinaba
Carriarico, que se convirtió a la religión cristiana, pero no su
gente, hasta que Teodomiro, que empezó a reinar en el 479,
ayudado de San Martín Dumiense, limpió todo el reino de la
secta arriana.Sucedióle su hijo, Miro o Ariamiro, quien mar-
chando hacia Sevilla en auxilio de San Hermenegildo, murió,
ocupando el trono su hijo Hevorico, de que le despojó el trai-
dor Andeca.Contra éste vino el rey godo Leovigildo, quien
haciéndole prisionero le cortó el cabello y se apoderó del reino
de Galicia, que quedó bajo el poder de los godos, en el año 585,
hasta que éstos fueron derrotados por los moros en la batalla de
Guadalete.

P.-¿Qué sucedió después de la'muerte de Ricciario?

R.-Que los godos quisieron apoderarse de Galicia y no pu-
dieron conseguirlo.

P.-¿Por qué?

R.-Porque los gallegos eligieron por reyes a Maldras y
Frauta, quienes reinaron a un mismo tiempo, hasta que por
muerte de este último, quedó Maldras señor
del reino.

P.-¿Quién le sucedió?

R.-Remismundo y Frumario, que reinaron a un mismo tiem-
po.

P.-¿Qué pasó entonces?

R.-Que se encendió entre ellos la guerra hasta que, muerto
Frumario, quedó Remismundo dueño de Galicia.

P.-¿Qué cosa memorable pasó en tiempos
de este rey?

R.-Entró en Galicia el arrianismo.

P.-¿Qué reyes le sucedieron?

R.-No se sabe, sólo se puede decir que en el año 470
reinaba Carriarico.

R-¿Qué cosa notable hizo este rey?

R.-Se convirtió al cristianismo, pero no su pueblo.

P.-¿Quién le sucedió?

R.-El rey Teodomiro, que entró a reinar en el 479, y con ayu-
da de San Martín el Dun-úense hizo católico
todo el reino de Galicia.

P.-¿Quién sucedió a Teodomiro?

R.-Miro, que ocupó el trono después de él, y lo dejó al
desdichado Evorico, último rey de la raza sueva.

P.-¿Por qué dice usted que fue el último
rey de la raza sueva?

R.-Porque habiéndole destronado el traidor Andeca, vino
sobre éste el rey godo Leovigildo, y venciéndole,
unió el reino de Galicia al resto de España.

LECCIÓN XVII

Después de la derrota del poder cristiano en Guadalete, las
dispersas huestes españolas se acogieron al abrigo de las inac-
cesibles montañas de Asturias y Galicia.Unida ésta al resto de
España desde Leovigildo, corrió la suerte de toda la península,
y, como todas las demás provincias, sintió el peso de la desgra-
cia, a la que le habia traído los pasados desaciertos.Corrían los
años 711 cuando los moros entraron en España y desbarataron
al rey godo don Rodrigo y su pueblo.Puede decirse que enton-
ces se vieron dueños de toda la Península y la recorrieron sin
estorbo alguno, i tanto había aterrado a los españoles la derrota de
Guadalete!Acercáronse los moros a Galicia y la ocuparon, no
sin que los molestasen los naturales, pudiendo decirse que aquí
empezó la guerra de la reconquista.Tomó ésta más cuerpo ha-
cia la parte de Asturias, en donde la monarquía goda la conti-
nuaba Pelayo, Favila y los Alfonsos, y por eso, viniendo éstos
con sus ejércitos en socorro de Galicia, así como Galicia había
ido en su ayuda, la libraron del común enemigo, dejando aquí
el rey de Asturias condes feudatarios de la corona. No carece
Galicia, sin embargo, de reyes.Los condes que la gobernaron
fueron bastantes, pero son inciertas las noticias que de ellos
tenemos.Hemos tenido reyes también, y aunque éstos no for-
man en manera alguna dinastía, dan a entender cuán grande era
el poder de Galicia en aquellos tiempos y con cuanta justicia
conserva todavía el título de reino.

P.-¿Qué sucedió a Galicia después
de que el rey Leovigildo incorporó este reino al resto de la península?

R.-Corrió la misma suerte que toda España, y vivió bajo el
poder godo hasta tanto que éste concluyó en la batalla de
Guadalete.

P.-¿En qué año tuvo lugar esta batalla?

R.-En el de 711, en que vencedores los moros, se adelanta-
ron por toda España y la pusieron bajo su yugo.

P.-¿Entraron en Galicia los moros?

R.-Si, señor, pero sin que los gallegos opusiesen seria
resistencia.

P.-¿Cómo se gobernó Galicia después que se vio libre del
poder sarraceno?

R.-Por condes y por reyes, que se titularon condes y reyes
de Galicia.


LECCIóN XVIII

Como acabamos de decir, los reyes de Galicia no formaron
dinastía alguna, y por lo mismo tenemos que hablar de ellos,
según las historias nos los presentan, apareciendo de cuando en
cuando sobre nuestro vacilante trono.Los reyes de Asturias
educaban aquí sus hijos, y aun les daban este reino algunas ve-
ces para que lo gobernasen; así vemos casi siempre como los
reyes de Galicia pasaron a ocupar el trono de Asturias, sin que
jamás el reino gallego lograse consolidarse.El primer rey de
quien nos hablan las crónicas es don Ramiro 1, que más tarde
ocupó el trono de Asturias.Hallamos después noticias de don
Fruela, conde de Galicia, poderoso en riquezas y amigos, quien
durante la menor edad de Alfonso III de Asturias se proclamó rey
en el 886, y adelantándose hasta Oviedo estableció en esta ciu-
dad su corte.Efímero fue en verdad su reinado: muerto a manos
de sus vasallos, dejó el trono al despojado Alfonso III, padre de
los reyes don García y don Ordoño, a quien dio el reino de
Galicia.Gobernóle este último como rey independiente desde el
año 910 hasta la muerte de su hermano don García, año de 914,
en que añadió a sus antiguos estados los del rey finado.Guerre-
ro afortunado y de un valor no común, corrió hacia Andalucía
batallando con los moros, a quienes ganó a Vegel, y más tarde,
entrando por Extremadura con su aguerrido ejército de hijos de
Galicia, puso sitio a Talavera, y sin esperar a que los sitiados se
rindieran, acometió el asalto a la ciudad, y saqueándola, se vol-
vió a su reino cargado de gloria y de riquezas.En el año 927
suena como rey de Galicia don Sancho, en cuyo favor se pusie-
ron los nobles de su reino, moviendo serias alteraciones al rey
don Ordoño III, que subió al trono de Asturias, año de 950.

P-¿Quién fue el primer rey de Galicia?

R.-Don Ramiro I.

R-¿Me dirá usted quién fue don Fruela?

R.-Es el segundo personaje que suena como rey de Galicia,
año de 866.Conde poderoso en estas tierras, se alzó rey duran-
te la minoría de don Alfonso 111, hasta que fue muerto
por sus vasallos en Oviedo.

R-¿A quién dejó don Alfonso 111 el gobierno
de Galicia?

R.-A don Ordoño, quien desde el año de 910 le
gobernó como rey independiente.

R-¿En qué año subió al trono de
Asturias?

R.-En el de 914, por muerte de su hermano don García.

P.-¿En qué se distinguió este monarca?

R.-En sus felices conquistas, pues tomó a Vegel en Anda-
lucía y a Talavera en Extremadura.

P.-¿Tiene usted noticia de otro rey de Galicia?

R.-Si, señor; de don Sancho, que suena como tal rey en el
año de 927, en cuyo favor se levantaron los condes de
Galicia.

E-¿En qué tiempo sucedió eso?

R.-En el año 950, cuando don Ordoño 111 pasó
a ocupar el trono de Asturias.

LECCIóN XIX

Reinando don Ramiro 111 de Asturias, los próceres gallegos
proclamaron rey de Galicia al conde don Bermudo.No vio con
sosiego semejante hecho el monarca asturiano, y para castigar
tal arrojo, juntó un numeroso ejército y vino sobre Galicia y
don Bermudo.Halláronse ambos ejércitos en Portela de Are-
nas, cerca de Monterroso, y trabóse una grande y reñida batalla
en que la victoria quedó indecisa.No fue inútil, sin embargo,
semejantes encuentros, pues cada manarca se retiró a sus Esta-
dos, y suspendiendo las hostilidades continuaron reinando en
sus respectivos dominios, hasta que corriendo el año de 982 y
muerto don Ramiro, fue proclamado rey de Asturias y Galicia
don Bermudo, coronándose en Santiago, en donde tenía su cor-
te, el 15 de octubre de aquel año.El amor que don Fernando I
profesó a sus hijos le obligó a repartir sus Estados entre ellos,
tocándole Galicia a don García Fernández. La ambición de su
hermano don Alfonso le privó del trono, que, a pesar de su
corta edad, había mostrado merecer en la célebre batalla de
Pertalin (el 18 de enero de 1072), en que derrotó y mató al
conde Nuño Méndez, que se había sublevado contra él. Ence-
rrado en el castillo de Luna, por su hermano, murió en su pri-
sión, dejando a aquél su reinado de Galicia.El último de nues-
tros reyes fue don Alfonso VII, hijo del conde don Ramón de
Borgoña, que fue proclamado rey por los nobles de este reino y
recibió la corona de manos del célebre arzobispo don Diego
Gelmirez, en la catedral de Santiago, aunque después, here-
dando los Estados de su madre doña Urraca, unió este reino a
los de Asturias y León, y desde entonces ningún otro monarca
ocupó el solio de Galicia.

P.-¿Quién sucedió a don Sancho?

R.-Don Bermudo, a quien los condes gallegos le procla-
maron rey en tiempo del monarca asturiano don Ramiro III.

P.-¿Gozó tranquilamente de su reino?

R.-Sí, señor, pues aunque don Ramiro 111 vino con un ejér-
cito a Galicia, como quedase indecisa la victoria, en la batalla
de Portela de Arenas, retiróse cada uno a sus Estados, y no
salieron a molestarse más.

R-¿Quién sucedió a don Bermudo?

R.-Don García, que en la batalla de Pertalin venció y mató
al conde portugués Núño Méndez, que se había levantado con
sus parciales.

R-¿Duró mucho su reinado?

R.-Siete años, desde el 1065 a 1073, en que su hermano don
Alfonso lo aprisionó en el castillo de Luna, en donde murió.

P.-¿Quién fue el último monarca de Galicia?

R.-Alfonso, hijo del conde don Ramón dc Borgoña, a quien
los gallegos aclamaron por rey.

P.-¿En dónde fue coronado?

R.-En la catedral de Santiago, por mano del ilustre don Diego Gelmírez.

LECCIóN XX

Corría el siglo xv y cerca de tres siglos habían pasado sobre
Galicia sin que las estériles luchas entre algunos de sus grandes
señores, y las guerras civiles en que varias veces ardió el reino,
le trajeran la menor felicidad, ni adelanto material alguno.En-
tonces fue cuando una nueva guerra estalló poderosa entre to-
das las cuatro provincias.Ardía España en la guerra civil, dis-
putándose los derechos a la corona dos infantas, de las cuales
una era la celebrada doña Isabel la Católica, que ocupaba el
trono.Sucedió que uno de los más valientes señores de Galicia
tomó partido por doña Juana, a quien llamaban la Beltraneja.
Este noble fue el conde de Camiña.Aprestábanse a la lucha los
de uno y otro partido cuando vino a sorprenderlos la rebelión
del pueblo, que aborreciendo a los señores feudales de uno y
otro bando, se aprovechó de su división y acometió
contra los nobles y sus fortalezas.Fue'entonces cuando se vio lo grande
y terrible que era el poder de aquella hermandad, que arrasando
castillos y talando los campos de sus señores, amenazaba de
este modo no dejar el menor vestigio de su amarga y pesada
dominación.Ante el peligro se unieron los nobles y recupera-
ron lo perdido, mas aun cuando vencieron a los hermandiños,
no les fue posible acabar con ellos para siempre.Aquella fue la
época más triste que atravesó Galicia.Los señores volvieron
unos contra otros las armas, y jamás la perfidia, el egoísmo y el
interés privado se vieron en más preponderancia.Para terminar
tan tristes desórdenes, los Reyes Católicos enviaron algunas
tropas a Galicia, que sujetando a los nobles y a las hermanda-
des, envolvieron en un mismo castigo a los nobles y a los
hermandiños, llevando al cadalso al mariscal Pardo de Cela, en
diciembre de 1483, y extrañando del reino una porción de los
alistados en las filas de la gran Hermandad.

P-¿Qué noble llevó en Galicia la voz por doña Juana la
Beltraneja, cuando ésta disputaba la corona a doña Isabel la
Católica?

R.-El conde de Caiáña, llamado vulgarmente Pedro
Madruga.

P.-¿Quién sucedió cuando ambos partidos
se preparaban para la lucha?

R.-Qué se levantó la gran Hermandad del pueblo, y derri-
bó las fortalezas de sus señores y les taló
sus campos.

P.- Sabrá usted decirme cuántas fueron las fortalezas des-
truidas?

R.-Más de sesenta.

P.-¿Podría usted decirme si fueron vencidos?

R.-Lo que se sabe es que unidos los nobles, los batieron y
recobraron sus tierras, aunque no los vencieron por completo.

P.-¿Qué sucedió después?

R.-Que habiendo estallado una cruel guerra entre los seño-
res feudales, los Reyes Católicos enviaron tropas a Galicia, y su-
jetaron a los nobles y a los hermandiños.

P.-¿Fueron castigados?

R.-Si, señor, el mariscal Pardo de Cela fue degollado en
Mondoñedo, y extrañaron del reino a muchos soldados
de la Hermandad.

LECCIóN XXI

Cuando se quiere hacer mención de los gloriosos hechos de
que con razón puede envanecerse Galicia en los tiempos mo-
dernos, hallamos entre los muchos que guarda la historia en sus
páginas, tres grandes victorias, debidas únicamente
al heróico valor de sus hijos, y que como otras tantas estrellas radiantes
brillan en el cielo de nuestra patria.Es el primero por su orden
cronológico, el de la memorable defensa de La Coruña, contra
los ingleses que la atacaron el año de 1589.Puede decirse que
la lucha dio principio el día 4 de mayo en que se avistaron las
naves enemigas, y que duró hasta el 19, en que rechazados,
desengañados de lo infructuoso de su tentativa y contando con
graves pérdidas en su ejército, se dieron a la vela. Sangrientos
fueron los ataques que el enemigo, en número de 12.000 hom-
bres, dio a la ciudad, apenas defendida por las escasas fuerzas
de que disponía su gobernador, el marqués de
Ceralvo. Sin embargo, el valor suplió el número y los ingleses fueron recha-
zados muchas veces, a pesar de que, dueños del arrabal de la
pescadería, intentaron tomar por asalto la ciudad.El
día 14 de aquel mes, tuvo lugar el último.Los ingleses desplegaron
todas sus fuerzas, y abierta una brecha pudieron subir a la muralla y
pelear mano a mano con los ínclitos defensores de La
Coruña.

Dos horas duró el asalto, pero en aquel encarnizado combate
fueron rechazados y vencidos por el valor de una mujer, ilustre
desde entonces en la historia patria.Había plantado el inglés su
bandera sobre un cubo de la muralla, y la defendió con valor,
pero María Pita, acercándose al alférez que tenía la bandera, se
la arrancó de las manos y le dejó tendido sobre el cubo. Con
esta hazaña decidió la heróica matrona la suerte del combate.
Desanimados desde entonces los enemigos, no pensaron ya más que
en abandonar el sitio, y después de varias escaramuzas de escasa im-
portancia se embarcaron y dieron a la vela el día 19 de aquel mes.

P.-¿Sabrá usted decirme en qué año atacaron los ingleses
La Coruña?

R.-En el de 1589, que en número de 12.000 hombres des-
embarcaron en aquellas playas.

P.-¿Cuánto tiempo duró el sitio?

R.Quince días, desde el 4 de mayo hasta el 19 del mismo mes.

P.-¿Tuvieron lugar muchos asaltos?

R.-Bastantes, pero el del día 14 fue el más reñido: recha-
zado el enemigo, no pensó desde entonces más que en embar-
carse de nuevo.

P.-¿Quién se distinguió más en
tan memorable ocasión?

R.-Una mujer, llama María Pita, que con su valor decidió
la suerte de la ciudad.

P.-¿Cómo lo logró?

R.-Arrancando la bandera inglesa de manos del Alférez
que la había clavado sobre el suelo como en señal
de victoria.

P.-¿Quién mandaba las tropas inglesas y quién las de la
ciudad?

R.-Sir Enrique Morris, las primeras, y las segundas, el marqués de Cerralvo.

LECCIóN XXII

Otro gran triunfo alcanzó Galicia a principios del presente
siglo.Conmovía el mundo el estrépito de las armas con que
Napoleón alcanzó tantas victorias.Parecía que había llegado el
día de los grandes combates, y que toda Europa debía tomar
parte en la lucha.Le tocó a España, ser antes que enemiga de la
Francia, su más sincera aliada: durante una y otra situación,
Galicia mostró ser digna de sus gloriosos recuerdos.El día 25
de agosto de 1800, se presentó en la costa de Ferrol la escuadra
inglesa compuesta de 109 buques al mando del almirante Waren,
quien habiendo desembarcado sus tropas en la costa, fue batido
en los montes de la Graña, y tuvo que retroceder y renunciar a
su proyecto.Pero cuando España, víctima de la perfidia france-
sa, se vio con una nueva dominación impuesta a fuerza de sol-
dados, y acometió la más noble y admirable empresa de recha-
zar semejante dominación y semejantes tropas, no fue Galicia
de las que menos se distinguieron en tan heroica lucha, y más
sacrificios hizo por la independencia de la patria.Testigo de
ello, el sitio de la Coruña, que tuvo lugar en enero de 1809, a
que siguió la capitulación de esta ciudad en 19 del mismo mes;
la toma de Vigo ocupada por los franceses, que tuvo lugar el 27
de marzo del mismo año, y la memorable batalla del puente
San Payo, cuyo glorioso recuerdo será eterno en Galicia.Aquel
tenaz combate empezó el 7 de junio de 1809, y el 9 del mismo
mes, el mariscal Ney tuvo que emprender la retirada, vencido y
derrotado por fuerzas indisciplinadas que arrollaron por com-
pleto a los vencedores de Italia.De otros sucesos gloriosos po-
díamos hablar aqui, pero ellos no entraron todavía bajo el do-
minio de la historia: porque la pasión humana ciega demasiado
al hombre para que se pueda tener fe en sus palabras.Conclui-
mos, pues.

P.-¿Cuál fué el primer suceso militar de que puede gloriar-
se Galicia en el presente siglo?

R.-La defensa del Ferrol, en que fué batido en los montes
de la Graña el ejército inglés y obligada a abandonar la ría la
escuadra que mandaba el almirante Waren, compuesta de 109 buques.

P.-¿Qué nuevos sucesos tuvieron lugar en Galicia después
de haber estallado en España la guerra de la independencia?

R.-Entre otros muchos la heroica defensa de la Coruña, a
que siguió su capitulación en 19 de enero de
1809.

P-¿No puede usted hablar de otros, sucedidos en el n-úsmo
año?

R.-Si, señor, la toma de Vigo, ocupado por los franceses,
que tuvo lugar el 27 de marzo, y la heróica acción del puente
San Payo, en 7 de junio, que serán inolvidables para todo buen
hijo de Galicia. Las tropas francesas fueron obligadas a retro-
ceder ante huestes indisciplinadas y bisoñas.

BIOGRAFíAS

LECCIóN XXIII

Santa Marina

Hija de nobles padres fue la hermosa doncella, a quien los
cielos guardaron para el martirio, adorada Santa Marina, a quien
la Iglesia cristiana celebra como una de sus inmaculadas virge-
lles.Nació esta santa en la villa de Ginzo de Limia y la crió en
el cristianismo su nodriza, que después la adoptó por hija, de
modo que la descendiente de una ilustre estirpe se ocupó gozo-
sa en las labores del campo y en cuidar de un rebaño que le
tenían encomendado.Desde niña dio muestras de que el cielo
la miraba con ojos propicios: un día, no pudiendo ir a misa,
pues quedaba el fruto en la era y los pájaros podían comerlo,
les ordenó que se recogiesen en un establo, en donde les tuvo
encerrados hasta que se volvió de misa, saliendo ellos entonces
llenos de alegría y regocijo.Pero hacia los años 124 después de
Jesucristo, vino de Gobernador a Galicia el pagano Olibrio, que
empezó una cruel persecución contra los cristianos en Ginzo
de Limia. Pasaba un día el feroz gobernador por cerca de la
torre de Sandianes, al tiempo que la santa doncella pastaba su
rebaño.Nunca belleza más celestial se presentara ante sus ojos,
y Olibrio se prendió de la santa pastorcita, y ordenando que se
apoderasen de ella la llevó en su comitiva.Mas esto nada valía
para el gobernador, que, a pesar de sus ruegos y amenazas, no
consiguió ni su cariño ni que abandonara la religión de Cristo.
Irritado Olibrio, sintió tornarse en cólera su amor y encerróla
en un oscuro calabozo, después de azotarla cruelmente. No cal-
mó esto su ira, antes bien la encendió de nuevo, y la mandó
atormentar, quemándola con teas y echándola después en un
baño de agua.Habiendo salido milagrosamente sin lesión algu-
na del agua y del fuego, ordenó la degollasen, volando enton-
ces el alma de aquella paloma inocente al seno del Señor, que
la había escogido para su gloria.

P.-¿En dónde nació Santa Marina?

R.-En Ginzo de Limia, en donde su nodriza la crió en el
cristianismo y la adoptó por hija.

P.-¿Desde cuándo dio señales de santidad?

R.-Desde muy niña, en que deseando ir a misa, y teniendo
que guardar el fruto que estaba en la era, mandó a los pájaros
que entrasen en un establo y ellos obedeciéndola entraron, y
dejándolos encerrados se fue a misa.

P.-¿En qué año padeció martirio?

R.-Hacia el año 124, en que vino de Gobernador a Galicia
el pagano Olibrio.

P-¿Puede usted decirme algo de su martirio?

R.-Sí, señor; la santa rechazó las promesas del gobernador
y encerrándola éste en un calabozo oscurísimo después de
haberla azotado, y viendo que ni las teas con que habían que-
mado sus carnes, ni el agua en que pretendieron ahogarla, ha-
bían hecho mella en su divino cuerpo, mandó degollarla.

LECCIóN XXIV

San Pelayo

Era cuando los moros, dueños de la mayor parte de España,
inquietaban a los cristianos y movían contra ellos crueles gue-
rras.Gobernaba la iglesia de Tuy el santo Obispo Hermoigio,
quien salió con sus soldados en defensa de la patria y la religión
contra el feroz Abderramen; mas favorecido éste por la suerte,
derrotó a los cristianos en la batalla de Val de Junquera, e hizo
prisionero al Obispo.Tenía este ilustre varón un sobrino, insig-
ne en santidad, aunque muy joven en años, que se llamaba
Pelayo.El hermoso cielo que cubre la ciudad de Tuy le había
visto nacer y criarse en la pureza y en el amor de Dios; por eso
cuando supo que su tío se hallaba en poder de moros, corrió
hacia Córdoba, a la corte de Abderramen, y se prestó en rehe-
nes del Obispo.Prendóse el rey moro del mártir niño e intentó
hacerle abjurar de Jesucristo, pero Pelayo resistió siempre, y
vio con animo sereno que se acercaba la hora de padecer el
más cruel martirio antes de negar su fe y manchar su pureza.

Encerrado en grandes prisiones, el santo niño elevó su alma al
Señor, hizo grandes penitencias.Cansado Abderramen de su
entereza, mandóle atormentar con tenazas de hierro, siendo
despedazado miembro por miembro y consumado su glorioso
martirio el día 26 de Junio del año 925, en que la Iglesia cele-
bra su festividad.

P.-¿En dónde nació el santo niño Pelayo?

R.-En la ciudad de Tuy, en donde era obispo su tío llamado Hermoigio.

P.-¿Cómo cayó en poder de Abderramen?

R.-Habiendo sido los cristianos derrotados por este rey en
la batalla de Val de Junquera, cayó prisionero su tío Hermoigio.

Al saberlo el santo niño corrió a Córdoba y se ofreció en rehe-
nes por su tío.

P.-¿Cómo sucedió su martirio?

R.-Habiendo querido, en vano, Abderramen hacer vacilar
su fe y su pureza, lo encerró en estrechas prisiones, en donde el
santo niño se entregó a la penitencia, y después lo mandó matar
atenazándolo.

R-¿En qué tiempo tuvo lugar su martirio?

R.-En el año de 925, a 26 de junio.

LECCIóN XXV

Don Diego Gelmírez

Uno de los hombres políticos de más talento que produjo
Galicia en todos tiempos fue el célebre arzobispo de Santiago
don Diego Gelmirez, que ocupó aquella sede durante los amar-
gos días de la minoridad de Alfonso VII.En esta época puede
decirse que él fue el personaje más grande, más influyente y
principal de todos cuantos tomaron parte en aquellos sangrien-
tos disturbios. Casada la reina Doña Urraca con un rey de
Aragón, de quien se separó más tarde porque le unían a él lazos
de consanguinidad, fue desposeída de sus estados por el mo-
narca vencedor, y la reina buscó un auxilio en Galicia, en don-
de se criaba su hijo Alfonso de Borgoña.Los próceres de Galicia,
a cuya cabeza se hallaba el ilustre obispo, opusieron al invasor,
el legítimo rey de Galicia, León y Castilla, coronado en la igle-
sia de Santiago por Gelmirez, a pesar de su corta edad.Conocía
muy bien el obispo, que el reino pertenecía a Doña Urraca y a
ella fue a quien restituyó el solio tan pronto como el aragonés,
hallando en Galicia una resistencia tenaz, tomó a sus estados.

Don Diego, pues, fue el que salvó a la monarquía castellana,
que, merced a sus esfuerzos, no cayó en manos de los monar-
cas de Aragón, fue quien verdaderamente dirigió la nave
del Estado en días tan borrascosos, el que dio a España un
monarca como Alfonso VII, el más grande de los Alfonsos, el

que elevó al más alto grado de esplendor la iglesia compostela-
na y el que más hizo por la gloria y esplendor de Galicia.El
hombre no está exento del error; si don Diego los ha cometido,
cúlpese más bien a lo rudo de los tiempos y no al hombre de
más temple y de más grandeza de miras que han producido aque-
llos siglos.

P.-¿Quién ha sido don Diego Gelmirez?

R.-Uno de los hombres de Estado más principales de su
siglo y el primero entre todos los que produjo el reino de Galicia.

P.-¿En qué tiempo vivió?

R.-Por los anos de 1100, en que, gracias a sus esfuerzos, la
iglesia de Santiago fue erigida en metrópoli.

P.-¿Cuáles fueron los principales sucesos en que ha tenido
participación?

R.-En la coronación de Alfonso VII de Borgoña y en la
resistencia que opusieron los castellanos y en especial los ga-
llegos al dominio aragonés.

P.-¿Qué más se puede decir de él?

R.-Que dirigió la nave del estado en aquellos días de tur-
bulencias, que levantó la iglesia de Santiago al mayor grado de
esplendor y que trabajó por la gloria y engrandecimiento de
Galicia.

P.-¿En qué año murió?

R.-En el de 1130.

LECCIóN XXVI

El padre Feijoo

El nombre de este ilustre sabio es tan conocido como su sa-
biduría, que fue grande.Apenas hay nación en
donde no sea admirado y en donde no se rinda a su inmenso talento aquel
respeto que no halla nunca el poderoso después de su
muerte.

Nació el célebre P. Fr.Benito Gerónimo
Feijoo en la aldea de Casdemiro, en la provincia de Orense, el 8 de octubre de 1676;
no parece sino que la suerte se complació en poner la cuna del
más grande español de su tiempo, en una de las más ocultas al-
deas de Galicia.Desde niño dejó ver su prematuro talento y su
afición a la soledad, al estudio y a la meditación, los tres gran-
des e inseparables amigos del filósofo.Acogióse al claustro y a
la vida contemplativo; allí fortaleció con la oración su alma crea-
da para las grandes luchas y su vasta inteligencia, con un estu-
dio más vasto todavía, saliendo armado de la santidad, de la
virtud y de la sabiduría, para combatir el error con la verdad de
su palabra.El, sabio, abatió la falsa sabiduría, él, cristiano,
maldijo los fariseos y los arrojó del templo; él, ejemplo raro de
constancia y modestia, ensalzó la virtud y abatió el pecado.Mu-
chas son sus obras; bajo el título Teatro crítico, abarcó todos los
conocimientos del hombre, y valiéndose de la forma más senci-
lla los puso al alcance de todas las inteligencias. Su lucha con-
tra el error fue larga y encarnizada; sus Cartas eruditas comple-
taron los grandes trabajos que había emprendido cuando por pri-
mera vez lanzó a los ojos atónitos de sus adversarios su palabra
de verdad.Veinte años de contínuos trabajos bien valían el triun-
fo que alcanzó sobre todos ellos, triunfo cuyo ruido llegó hasta
nosotros y pasará a los que nos sucedan, porque si el hombre es
perecedera cosa y su vida breve soplo, sus obras, gracias a la
sublime invención de la imprenta, durarán tanto como el mun-
do, cuando estas obras son como las del P. Feijoo. Una santa
ancianidad, una conciencia limpia, una inteligencia siempre clara
y una fama imperecedera, he aquí la que dejó en la tierra al su-
bir a la celeste morada a recibir allí de Dios la inmarcesible co-
rona de su gloria.

R-¿En dónde nació el P. Feijoo y en qué
año?

R.-En Casdemiro, aldea de la provincia de Orense, el 8 de
octubre de 1676.

P.-¿Podrá usted decirme algunas particularidades
de su vida durante la juventud?

R.-Dióse a conocer desde niño por su talento e inclinación
al estudio, entrando en el claustro el año de 1688 y dedicándose
a los estudios eclesiásticos.

P.-¿Qué obras publicó?

R.-En el año de 1726, el primer tomo de su Teatro crítico,
que no es más que una preciosa encliclopedia, cuyo trabajo en-
sanchó con la publicación de las Cartas eruditas.

P.-¿No puede usted decirme algo más?

R.-Sí, señor; su fama fue universal y durante
su vida fue objeto de las mayores deferencias de los sabios de su tiempo,
y aun el rey Fernando VI le distinguió con su aprecio.

P.-¿Cuando murió?

R.-El día 26 de abril de 1764, a los ochenta y siete
años de edad.


LECCIóN XXVII

Don Felipe de Castro

Gemían las bellas artes españolas en el más
triste estado de
abatimiento cuando nació en la villa de Noya, y en el
año de 171 1, un niño que andando el tiempo debía ser
el que levantase la escultura de la postración en que había caído.El
genio se da pronto a conocer; es como brillante chispa que anuncia el cer-
cano incendio, y por lo mismo el ilustre artista no tardó
mucho en ser saludado como una hermosa esperanza que debía reali-
zarse.Conociendo estrecho el pequeño círculo
de su pueblo natal, vuela en busca de nuevas impresiones, abandona España
y visita Italia, esa tierra clásica de los grandes artistas.A
la vista de los sublimes monumentos del arte debió inflamarse
su alma, la inspiración debió llamar a su corazón
con más fuerza,
debió sentir entonces todo el poder de su imaginación creado-
ra. En Roma es vencedor en los certámenes artísticos; las Aca-
demias italianas se apresuran a recibirle en su seno, y cuando
tomó a su patria vino como un triunfador cargado de laureles.

Para él estaba guardada la suerte de volver en España a su anti-
guo esplendor el divino arte que hizo inmortal el nombre de
Miguel Angel y sus obras que le proclaman como el artista más
ilustre de su patria en el pasado siglo, no desmienten en nada la
justicia con que sus antepasados arrojaron a sus pies las coro-
nas de laurel y los sinceros aplausos.

P.-¿En dónde y en qué año nació don Felipe de Castro?

R.-En la villa de Noya, año 171 1.

P.-¿Por qué se ha dado a conocer?

R.-Por sus magníficas obras de estatuaria y por ser el que volvió
a la escultura española, que se hallaba en un lamentable atraso, a
la pasada grandeza de sus días de apogeo.

R-¿Ha sido apreciado por sus contemporáneos?

R.-¿Sí, señor; obtuvo el primer premio de la Academia de
Roma, y fue recibido en todas las academias artísticas de Italia.
En España, el rey Felipe V le señaló una pensión.

P.-¿Qué más sabe usted de él?

R.- Que Femando VI y su esposa le honraron con las mayores atenciones, y que
fue director de la Academia de San Femando.

P.-¿En qué año murió?

R.- Cargado de honores y de laureles, falleció el 25 de agosto de 1775.

P.-¿Se conserva en Galicia alguna obra suya?

R.-Sí, señor: el San José, del convento del Carmen, en Padrón.

FIN