La muerte de una cuñada

Nota: En esta transcripción se ha respetado la ortografía original.


La muerte de una cuñada.

Vino al encuentro del rey D. Alonso un caballero, llamado Luis Puche, cubierto de luto, y con el aire de hombre muy triste; el rey le preguntó:

— ¿Por qué vienes tan triste y tan cubierto de luto?

— Señor, ha muerto mi cuñada.

— Antes me parece que debias estar alegre por su muerte; porque muriendo tu cuñada, resucita tu. hermano, y se levanta de los muertos.