Elenco
La devoción de la misa
de Pedro Calderón de la Barca
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Dentro cajas y trompetas a una parte y a otra música y, después de las primeras voces, salen luchando EL ÁNGEL y LA SETA DE MAHOMA
ALMANZOR

(Dentro.)
A sangre y fuego la lid
publicad.

TODOS

Arma, arma, guerra.

(La caja.)
GARCÍA

(Dentro.)
Con lágrimas y suspiros
moved del cielo la esfera.

MÚSICA

Ten de nosotros, Señor,
(La música.)
misericordia y clemencia.

ALMANZOR

Haced alto hasta que el día
a estos montes amanezca.

(La caja.)
GARCÍA

No dejen toda la noche
de clamar las voces vuestras.

(La música todo junto, arma y música.)
TODOS

Arma, arma.

MÚSICA

Piedad, piedad,
favor, favor.

TODOS

Guerra, guerra.

ALMANZOR

Todo sea horror.

GARCÍA

Sea todo
(Él y música.)
misericordia y clemencia.

UNOS

Piedad, piedad.

OTROS

Arma, arma.

(Salen el ÁNGEL y la SETA luchando.)
UNOS

Favor, favor.

OTROS

Guerra, guerra.

ÁNGEL

Deja esta tierra.

SETA

¿Por qué,
habiéndome dado de ella
el derecho de las armas
posesión en mi primera
invasión, cuyo dominio
después el tiempo hizo herencias,
pues ha ya quinientos años
que en ella mis gentes reinan,
contra la prescripta acción
de uno y otro fuero, intentas,
¡oh, tú, que no sé quién eres,
bien que al verte el alma tiembla!,
(Desásese dél.)
de ella arrojarme?

ÁNGEL

Porque
contra el derecho que alegas
hoy de las armas y contra
los cinco siglos que cuentas
hay ley de que no prescriba
quien con mala fee posea
y tu siempre loco error,
bárbara religión ciega,
nunca con buena fee pudo

poseer.
SETA

Detén la lengua
que siendo yo como soy
hija del mayor profeta
de Alá, descendiente ilustre
de Ismael, cuya nobleza
desde Abraham, por Agar
y Sarra el nombre conserva
de ismaelitas, agarenos
y sarracenos, me niegas
injustamente la acción
de la buena fe.

ÁNGEL

Tú mesma
contra ti mesma litigas,
si de tu origen te acuerdas,
pues no me podrás negar,
ya que de Ismael desciendas,
el ser de la idolatría
hija espúrea, pues su ofensa
de la casa de su padre
le desterró a las desiertas
montañas de Farán donde
después de una y muchas vueltas
que dio el sol, le halló en sus hijos
del vil, el pseudo profeta
la bárbara religión
que tú en sombras representas,
diabólicamente horribles,
tanto que sin que merezcas
nombre de ley, con el nombre
de seta (que se interpreta
seguido dogma) hasta hoy
te has conservado.

SETA

Aunque pueda
responderte con razones
no quiero, porque me enseña
esa misma ley que agravias,
ese mismo honor que afrentas
que antes que la voz la arguya,
el acero la defienda.
Y supuesto que al acero
de su Alcorán la severa
cuestión remite, hable él dando
sus aplausos la respuesta.
¿Qué ley, qué culto, qué rito,
sea dogma o no lo sea,
hoy en el orbe contiene
más trofeos? Asia llena
de sus séquitos lo diga.
Dígalo África cubierta
de sus familias; y cuando
no baste decirlo ellas
dígalo también Europa
no tanto porque diadema
de su oriental frente altiva
Constantinopla se ostenta,
cuanto porque aun no cabiendo
en márgenes tan estrechas
saliendo de sí, hasta España
sus avenidas revienta.

SECTA

De mis arábigas güestes
las andaluces riberas
inundadas lo publiquen
desde el día que sangrienta
la campaña de Jerez
rompiendo el Tarif sus presas,
sus presas rompiendo el Muza
vio mis medias lunas llenas
del honor de sus vitorias
y el dolor de sus tragedias.
Acuérdate de las ruinas,
las desdichas, las miserias,
las lágrimas, los lamentos,
calamidades y penas
en que quedó de Rodrigo
la pompa, con tan deshecha
fortuna que aun en cenizas
su tumba no nos le acuerda.

SETA

Acuérdate que con él
viudas sus más ricas fembras,
muertos sus más nobles héroes,
sus infantes sin defensa,
sin consejo sus ancianos,
quedó España tan sujeta
que ya establos sus altares,
ya mezquitas sus iglesias,
cautiva en su patria no hubo
desde el Guadalete al Ezla,
(ese río que divide
las dos montañas soberbias
de León y de Castilla)
al impulso de mi diestra
o ciudad que no se rinda
o gente que no perezca,
capitulando al mirar
arboladas mis banderas
la esclavitud o la fuga,
siendo el que huye y el que queda
o mistiárabe cautivo
o racional bruto de esas
rústicas montañas, donde
al abrigo de sus breñas
forajidas las más nobles
godas reliquias se albergan.

SETA

Pues siendo así que triunfante
más la ley de mi profeta
que la del profeta Cristo
vive, ¿quién duda, quién niega,
que tanto favor de Alá
y tanto castigo sean
argumento de que no
está en mis ritos su ofensa
sino en los suyos, pues siendo
su suma piedad inmensa
claro está que al que castiga
quiere menos que al que premia?

ÁNGEL

En las padecidas ansias
que el hombre en su culpa engendra,
los ceños de Dios no son
castigos, sino clemencias,
pues nunca llega el castigo
adonde la culpa llega,
y para que lo conozcas
un ejemplo te convenza:
el padre castiga al hijo
no porque al hijo aborrezca
sino porque le ama, pues
cuando le hiere, le enmienda.

ÁNGEL

Así Dios, padre piadoso,
con el hijo que más precia
por enmendarle le aflige
sin que por eso se entienda
que quiere más al azote
que al hijo, cuya evidencia
lo es para que consideres
que en las merecidas penas
de su pueblo, de quien es
el que tú presumes necia
su profeta su Dios mismo,
no es la aflicción consecuencia
de enojo, sino de amor,
de ira, sino de clemencia,
pues le oprime en esta vida
para premiarle en la eterna;
y así el darte a ti vitorias
y a él desdichas, a ti empresas
y a él ruinas, a ti trofeos
y a él ansias, a ti grandezas
y a él afliciones, solo es
argumento de que sea
él el hijo que ama y tú
la vara que le escarmienta.

ÁNGEL

Y siendo así que no hay vez
que el padre el amago mueva
que no haga el amor que el golpe
antes que le dé, le sienta
¿qué extrañas que llegue el día
en que del hijo se duela
y lastimado el enojo
a sus cariños le vuelva?
El gran príncipe de Asturias,
Pelayo, testigo sea,
de que en él terminó el ceño
y empezó el halago, en prueba
de que España vinculadas
sus felicidades vea
en los Príncipes de Asturias,
pues de todas sus tristezas
tendrá alivio siempre que
príncipe en Asturias tenga.

ÁNGEL

Desde su primer vitoria
continuadas las proezas
de Covadonga lo digan
y pues continuándose a ella
una y muchas ven León
y Castilla de su opresa
cerviz sacudido el yugo,
tanto que en libertad puestas
van restituyendo altivas
a su dominio las fuerzas,
a su religión las aras,
y a su culto las iglesias,
a cuya causa, yo que
titular inteligencia
soy de Castilla, (pues nadie
ignora que su ángel tengan
no las repúblicas sólo,
mas las especies diversas
de frutos y de animales
como doctores asientan
difiniendo esta custodia
con nombre de presidencia)
a cuya causa (otra vez
digo) yo que inteligencia
soy de Castilla a quien tuvo
por tantos años sujeta
el inescrutable juicio
de la ciencia de las ciencias;
a intimarte tu destierro
me dejo hoy ver porque veas
que día que tus caudillos
con cajas y con trompetas
la amenazan y ella en himnos
llenos de lágrimas tiernas
responden clamando al cielo
está su vitoria cierta.
Y porque mejor lo digas,
oye esas voces diversas
con que unos dicen altivos.

UNOS

Arma, arma, guerra guerra.

(La caja.)
ÁNGEL

Y otros humildes.

MÚSICA

Señor,
misericordia y clemencia.

SETA

Pues, ¿cómo (no puedo hablar)
es (enmudece la lengua)
posible (la voz se pasma)
que tú (el aliento se hiela)
quieras (la razón delira)
arrojándome (qué pena)
violentamente (qué ansia)
abreviar (el alma tiembla)
plazos (volcán es el pecho)
que el tiempo (el corazón Etna)
concede al valor (qué ira)
para que invencible venza?
Y pues al principio dije
que no ha de argüir mi lengua
sino la espada mi ley,
dejando argumentos, deja
obrar las segundas causas.
Veamos si piadosa esa
religión que tanto ensalzas,
cristiandad que tanto aprecias
en fee de sus sacrificios
más triunfante a verse llega
que yo en fee de mi valor
y mis armas.

ÁNGEL

Norabuena,
y pues a segundas causas
se remite la experiencia
haciendo de la historial
alegórica materia
atiende y atiendan todos
para que nada se pierda.
Castilla, afligido pueblo
de Dios por causas secretas
que él guarda en sí, signifique
a la primitiva Iglesia
retraída por los montes.
Garci Fernández en ella
o Conde o comes que es
ser compañero en sus penas,
haciendo el nombre anagrama,
pues con mudarle una letra
el que dice García dice
gracia, su caudillo sea
que de la Iglesia la Gracia
siempre es la mayor defensa.
Tú, que de la venenosa
hidra de siete cabezas
la principal eres, siendo
de siete cuellos compuesta,
pues en ti la idolatría
y gentilidad se encierran,
judaísmo, apostasía,
y paganismo, soberbia
serás quien la guerra la haga
y el hombre quien la defienda.

SETA

Pues ya que tan misterioso
lo historial quieres que sea
alegórico, ¿qué hombre
de cuantos la historia cuenta
sin que le añada el ingenio
circunstancia que no tenga
representará en común
el que a dos luces intentas
introducir?

(Dentro PERNIL como llamando.)
PERNIL

¡Pascual Vivas!

ÁNGEL

El aire dio la respuesta
pues un soldado que llama
a otro, no sin providencia,
articuló nombre en quien
cobre el sentido más fuerza.

SETA

¿Más fuerza el sentido?

ÁNGEL

Sí.

SETA

Por si es posible le entienda,
oiré otra vez.

(Dentro PERNIL.)
PERNIL

¡Pascual Vivas!

SECTA

Pascual Vivas dijo. Sepa
en qué el misterio consiste.

ÁNGEL

En que dijo el real profeta
«sea el hombre de tu pascua
víctima, Señor»; y llega
casi a frisar el sonido
de Pascual Vivas que aquella
voz dijo con ser pascual
víctima de Dios y ofrenda.

SETA

Yo convengo en el sentido
y aun me güelgo de que sea
Pascual Vivas en quien hoy
fundar tu razón pretendas
porque le conozco y sé
de sus costumbres perversas
que está en pecado.

ÁNGEL

Eso hará
la metáfora más cierta
si sobre estar en pecado
alguna virtud le enmienda.

SETA

Pues aunque en García y Pascual
varios sentidos penetras,
yo sin buscar más sentidos
que militar en tu ofensa
mis esperanzas pondré
en Almanzor que es quien reina
hoy en Córdoba y quien hoy
estas campañas infesta,
que de la antigua Numancia
ruinas son, cuyas trompetas
apenas oyó Castilla
cuando a su opósito intenta
su Conde salir, haciendo
de armas plaza en Santisteban
de Gormaz, en cuyo campo
casi a la vista las tiendas
están esperando al alba.

ÁNGEL

Pues ¿qué aguardas? Pues ¿qué esperas?
Ve a conducirle sus tropas.

SETA

Ve tú a tratar sus defensas.

ÁNGEL

Sí haré, y pues no se da tiempo
ni lugar en las ideas
alegóricas, verás
cómo desde aquí le alienta
la dulzura de mi voz.

(Apartándose los dos.)
SECTA

También en esa acción mesma
verás cómo desde aquí
de la mía el horror llega
a sus oídos porque
mi fuego su fuego encienda.

(Cantando hacia un carro.)
ÁNGEL

Conde ilustre de Castilla.

(Representando hacia otro.)
SECTA

Rey de Córdoba la bella.

ÁNGEL

Invicto Garci Fernández,
godo Atlante de la Iglesia.

SECTA

Grande Almanzor africano,
Alcides de la ley nuestra.

(Ábrense los dos carros que serán dos tiendas de campaña y vese en el uno el CONDE GARCI FERNÁNDEZ, viejo venerable, armado de todas armas, sentado durmiendo y en el otro ALMANZOR durmiendo también sentado en otra silla.)
(En sueños.)
GARCÍA

¿Quién me nombra?

ALMANZOR

¿Quién me llama?

(Cantando.)
ÁNGEL

Despierta a mi voz.

SETA

Despierta
a mi acento.

(En sueños.)
GARCÍA

¿Quién, quién eres
divina inspiración bella
que iluminas mis sentidos
en las pardas sombras negras
de la noche?

ALMANZOR

¿Quién, quién eres
caduca sombra funesta
que en las fantasmas del sueño
nueva pesadez aumentas?

(Cantando.)
ÁNGEL

De tu fe y tu religión
espíritu soy que alienta
con los suaves acentos
de dulces cláusulas tiernas
tu valor, para que acudas
a la piadosa defensa
de la honra de Dios cuidando
de los triunfos de su Iglesia.

SETA

De tu espíritu valiente
alma soy, que altiva intenta
con las horrorosas voces,
idiomas de mi soberbia,
encender tu pecho en iras
porque en rencorosa ofensa
del crucificado Cristo
a Castilla a cobrar vuelvas.

(Cantando.)
ÁNGEL

¡Al arma, al arma Castilla,
pues Dios sus gentes te entrega!

SETA

¡Al arma, al arma Almanzor,
que Alá su valor te presta!

(Yéndose cada uno a su carro.)
ÁNGEL

Lidia, pues, clamando al cielo
diciendo en lágrimas tiernas....

SETA

Lidia, pues, diciendo al son
de cajas y de trompetas....

(Las cajas.)
ÁNGEL Y MÚSICA

Ten de nosotros, Señor,
misericordia y clemencia.

(La música.)
SETA

A sangre y fuego la lid
proseguid.

(Las cajas.)
TODOS

Arma, arma, guerra.

Música y cajas junto.)
MÚSICA

Piedad, piedad.

TODOS

Arma, arma.

MÚSICA

Favor, favor.

TODOS

Guerra, guerra.

(Vanse los dos y despiertan GARCÍA y ALMANZOR.)
GARCÍA

Espera, oye, escucha, aguarda.

ALMANZOR

Aguarda, oye, escucha, espera.

GARCÍA

Nueva luz de mis sentidos.

ALMANZOR

Nuevo horror de mis tinieblas.

GARCÍA

¿Mas qué lumbre...

ALMANZOR

¿Mas qué sombra...

GARCÍA

...mi fe anima...?

ALMANZOR

...mi ira alienta...?

GARCÍA

Pero, ¿qué dudo que el cielo
mis deseos favorezca
con sus auxilios, si es
mi fee mi mayor empresa?

ALMANZOR

Pero, ¿qué extraño que el alma
que no duerme y siempre vela
dicte a mi vida dormida
los rencores de despierta?

GARCÍA

Y así, pues que ya amanece
del opósito la vuelta
marche el campo.

ALMANZOR

Y así, pues
ya la aurora su luz muestra,
en sus términos mis güestes
la anciana Castilla sienta.

GARCÍA

Diciendo con quien me inspira....

ALMANZOR

Diciendo con quien me alienta....

GARCÍA Y MÚSICA

Ten de nosotros, Señor,
misericordia y clemencia.

(Las cajas.)
ALMANZOR Y TODOS

Arma, Arma.

GARCÍA Y MÚSICA

Piedad, piedad,
favor, favor.

TODOS

Guerra, guerra.

(Con la música, cajas y trompetas, se cierran las dos tiendas y sale por una parte PERNIL, soldado ridículo, y por otra, PASCUAL, soldado galán.)
PERNIL

¿Pascual Vivas?

PASCUAL

¿Qué andas loco
pregonándome?

PERNIL

No seas
tú cosa perdida y no
te pregonaré. Si apenas
empieza la blanca aurora
a desvanecer las negras
sombras de la noche, cuando
de la barraca te ausentas
dejando a Aminta y a mí
con la precisa sospecha
de que uno de tantos riesgos
como te amenazan sea
causa de que de ella faltes
y hasta mediodía no vuelvas,
¿qué extrañas que con su susto
y el mío a buscarte venga?

PASCUAL

Pues dime, ¿qué riesgos yo
tengo?

PERNIL

¿Ah, sí? ¡No se me acuerda
de que eres un angelito!
Perdona, que pensé que eras
un amo que allá en León,
asturiana patria nuestra,
dio la muerte a cierto hidalgo
celoso de la belleza
de una Aminta a quien por no
dejar en riesgos que de ella
resultaron de su casa,
a pesar de las ofensas
de su padre y sus hermanos,
robada se trujo.

PASCUAL

Deja
locuras que aunque es verdad
que deudos el muerto tenga
y hermano y padre la dama,
no hay por qué unos ni otros tema,
que sabe que arriesga mucho
quien a buscarme se arriesga,
mayormente cuando estoy
a sombra de la grandeza
del Conde Garci Fernández,
que obligado a la fineza
con que en todas ocasiones
he servido, estima y precia
mi valor, bien que con puestos
ni me adelanta ni premia
ofendido de saber
que conmigo a Aminta tenga.
Pero esto ahora no es del caso.
Salir antes que amanezca
fue porque en ese convento
que en las despobladas quiebras
del monte los monjes tienen
de Benito, cuya iglesia
a san Martín dedicada
está, vi a la luz primera
tocar a misa del alba
a oírla fui; no tan apriesa
salió como pensé; hube
de esperarla y bien pudieras,
pues en tantas cosas malas
sabes que tengo esta buena
de oír las más que puedo, haberme
allí buscado.

PERNIL

Si fuera
ermita de San Martín
y ya que ermita no sea
fuera, ya que iglesia es,
San Martín de Valdeiglesias,
cuya capa abriga más
hacia dentro que hacia fuera,
ten por sin duda que yo
te hubiera buscado en ella
aunque temiera por puerco
que mi san Martín me venga.
Mas déjame que me ría.

PASCUAL

¿De qué?

PERNIL

De que hacer pretendas
el adagio del ladrón
y de la otra buena pieza
que sin decirse se entiende
verdad, pues como él y ella
no te faltan devociones.

PASCUAL

Por malo que un hombre sea,
no ha de vivir olvidado
tanto de Dios que no tenga
alguna luz de cristiano,
fuera de que si advirtiera
el peor cuánto el misterio
de la misa incluye y cierra
desde la primera edad
del mundo hasta la postrera
edad del mundo en que Dios
por fuego a juzgarle venga,
no habría olvido tan rebelde,
no habría voluntad tan ciega
que no fuera su devoto.

PERNIL

¿Cómo es eso que contenga
desde el principio del mundo
hasta el fin?

PASCUAL

Desta manera:
oye en tanto que llegamos
donde Aminta nos espera.

PERNIL

Muy bien viene uno con otro.

PASCUAL

¿Qué quieres? Uno es flaqueza
y otro es fee.

PERNIL

Atención que el diablo
predica.

PASCUAL

Verdades ciertas
no se atienda a quien las dice,
sólo a que lo son se atienda.
La ley natural, en quien
Adán su culpa lamenta,
cuando en él comprometida
toda la naturaleza
la dejó por mayorazgo
de su miserable herencia
que pan de dolores coma
y agua de lágrimas beba,
en la confesión que hace
el preste se representa
cuando fuera del altar
nos dice que el hombre fuera
de su feliz primer patria
viador gima, llore y sienta.

PASCUAL

Compadece a Dios su llanto
y viendo que al hombre sea,
siendo como es infinita
por el objeto la deuda,
imposible que por sí
alcance a satisfacerla,
determina su bondad,
su amor, su poder, su ciencia
que hombre y Dios la satisfaga.
Dios hombre, para que tenga
lo infinito en lo infinito
conforme la recompensa.
A este fin elige el pueblo
de Israel, para ascendencia
a quien de esclavitud saca
y en Sinaí la ley le entrega
escrita, significada
en la sumisión primera
con que entra el preste al altar
que es decir que el pueblo entra
ya en tierra de promisión
con que en el introito empieza
la escrita, cuando besando
la ara el preste al misal llega
porque como ley escrita
explique que lo es el leerla.

PASCUAL

De ella y de la natural,
patriarcas y profetas
teniendo del cielo tantas,
tan infalibles promesas,
de que había de llover
su rocío el alba bella,
de que había de cuajar
el blanco vellón sus perlas,
de que habían de medir
ángeles la escala excelsa,
siendo el hombre cuando suban
y el verbo cuando desciendan,
y en fin, que había de enviar
Dios su salud y la tierra
producir su salvador,
en dulces lágrimas tiernas
al cielo clamaron, cuyas
voces desde las tinieblas
del seno de Abraham repiten
los quiries y así se alternan
una y más veces pidiendo
misericordia y clemencia.

PASCUAL

Vuelve Dios compadecido
a oír sus ansias, que no cierran
nunca a músicas de llanto
sus piedades las orejas
con que en fee de la esperanza
que ya va cumpliendo suena
consecutiva a los quiries
la gloria, cantando llenas
de angélicas armonías
una y otra dulce esfera
gloria a Dios en las alturas
y paz al hombre en la tierra.
Nace, pues, Cristo encarnado
en las siempre puras, bellas,
entrañas de Virgen Madre
antes del parto doncella,
doncella en el parto y
después del parto; y aunque esta
señal prometida a Acaz
de que una intacta pureza
fecunda y virgen sería
trujo tan claras las señas
de la ley de Gracia, no
por eso la escrita cesa
que ha de vivir aunque nazca
Cristo hasta que Cristo muera.

PASCUAL

Y así la epístola dice
lo que de vida le resta,
que es el tiempo que durando
su predicación, la ciega
sinagoga ni la admite,
ni la estima, ni la precia
con que pasar el ministro
el misal de la siniestra
mano a la diestra, es decir
que por no recebir ella
la evangélica ley, pasa
a la gentilidad; esta
es la causa porque el coro
en la epístola se sienta
y en el evangelio en pie
se pone, bien como en prueba
de que ya la anciana ley
caduca, yace y flaquea
y la nueva ley está
y ha de estar siempre en pie atenta
al credo, que al evangelio
sucede, porque no fuera
bastante al fiel el oírla
sin protestar el creerla.

PASCUAL

Y como ya entre las sombras
de luz fallecida es fuerza
haber luces, los ciriales,
con luz encendida llegan
al diácono y al credo
sigue el ofertorio en muestra
de que ya sus sacrificios
no han de ser como antes eran
de sangre de reses, siendo
en cumplimiento a la eterna
orden de Melquisedech
de pan y vino la ofrenda.
Pónese la Hostia en el ara
y en fee de que presto sea
carne y sangre de Dios hombre,
el vino y el agua mezcla
la preparación del cáliz,
significando la inmensa
divinidad en el vino
y en menos noble materia
la humanidad en el agua.
Por esto, al vino no se echa
bendición y al agua sí,
mostrando que una se eleva
por la hispostática unión
de las dos naturalezas,
y otra aunque se abata, siempre
bendita está por sí mesma.

PASCUAL

Al ver aquí el preste al pueblo
que ore le absorta y le alienta;
oye el judaísmo absorto
la proposición y ciega
su obstinación se espavece
confundido de que pueda
ser que caribe de Dios
el hombre su sangre beba
y su carne coma, andando
su incredulidad tan fuera
de sí que prevaricada
en preguntas y respuestas,
tal vez maquina calumnias
y tal vez previene fiestas.

PASCUAL

Dígalo el prefacio, pues
para darle muerte fiera
al quinto día le aplaude
diciendo «bendito sea
el que en nombre del Señor
viene» y a sus plantas puestas
olivas, palmas y ropas
una y mil veces vocea
santo, santo, santo; aquí
entorpecida la lengua
no se atreve a proseguir
que el respeto y reverencia
de los misterios que incluye
cada ápice, cada letra
de sacro canon me turba
sin que a articular me atreva
que el memento es la oración
que hace al padre, en que encomienda,
segundo Adán de la Gracia,
toda la naturaleza
también en él comprehendida
en fee de cuya obediencia,
refiriendo las palabras
de la sacramental cena,
el preste obra el sacramento
que Él obró con la suprema
delegada potestad
que Dios a Pedro le entrega
y Pedro a sus sucesores,

PASCUAL

vicedioses de la tierra,
para que comunicada
a los obispos se extienda
a sus sacerdotes, dando
a cinco palabras fuerza
tan superior que a sus manos
baje Dios. ¡Oh!, aquí enmudezca
otra vez sin que pronuncie
que la consagración hecha
es el levantar la Hostia
levantar la cruz y en ella
pendiente de tres escarpias
puesto Dios a la vergüenza;
con la diferencia solo
(si en Dios se da diferencia)
que allí fue cruenta oblación
y aquí oblación incruenta.

PASCUAL

Vuelva, pues, a enmudecer
sin que ni aun a pensar vuelva
que es la sangre que derraman
sus rotas heridas venas
la que alza el cáliz, corriendo
en agua la sangre envuelta
de su costado los siete
sacramentos de su Iglesia;
que el partir después la Hostia
es el dividirse aquella
divina alma del humano
cuerpo, siendo la pequeña
partícula que da al cáliz
significación perfecta
de que la divinidad
en el sepulcro se queda
unida al cuerpo y unida
al alma, quedando entera,
también va entera a romper
de los infiernos las puertas;
que volver las dos mitades
a unirse en la Hostia postrera
es volver a unirse cuerpo
y alma en la suma, en la excelsa
resurrección suya, siendo
el quitarse allí la hijuela
que al cáliz cubre quitarse
de su sepulcro la piedra;
con que el consumirle haciendo
que a la vista desparezca
es subirse al cielo donde
por siglos de siglos reina.

PASCUAL

Y pues no puedo atreverme
yo a tan sagradas materias,
baste decir que el hacer
que el ministro el misal vuelva
a su primero lugar,
es decir que en la postrera
edad la predicación
volverá para que sea
sólo un pastor y un rebaño
el que todo el orbe tenga,
el día que el evangelio
último en que Juan empieza
que en el principio era el verbo
y acaba en que el verbo sea
carne, confesemos todos
que hombre y Dios será el que venga
en la última bendición
a juzgarnos. De manera
que continiendo la misa
la ley que culpas confiesa,
la que preceptos escribe,
la que méritos aumenta,
siendo el nombre de misal
traducido de la hebrea
frase «hacimiento de gracias»
y de la latina lengua
misa «enviada oblación»
del Hijo al Padre en ofrenda.

PASCUAL

El no oírla cada día
no solamente es tibieza
del perezoso, sino
descortesía grosera
que se hace a Dios, pues de veinte
y cuatro horas que le entrega
de vida cada día, aún no
le sabe volver la media.

PERNIL

Bueno es eso para mí
que si la oigo un día de fiesta
es solamente pensando
si se alarga o si se abrevia.
Las cajas dentro a marchar
Pero, ¿qué novedad hay
en el campo?

PASCUAL

En orden puesta
la gente marcha, no sé
a qué fin.

(Sale AMINTA vestida de mujer a lo soldado.)
AMINTA

Yo sí, que apenas
te vi cuando vengo a darte
de lo que sucede cuenta.
El Conde don García,
de quien el cielo sus aplausos fía
tanto que si dijera
Gracia en vez de García no mintiera
equívoca mi voz, aunque al abrigo
de Santisteban quiso al enemigo
esperar, hecha frente de banderas
la fortificación de las trincheras
que contra la campaña
le delineó ingeniera la montaña,
habiendo dado al sueño
esta noche el pequeño
espacio que permite su cuidado,
de no sé qué esplendor iluminado
despertó, según dicen, dando voces
que, a un mismo tiempo graves y veloces,
mudaron el motivo
mandando que del eco fugitivo
inspirado el metal y herido el parche,
el ejército marche
la vuelta de Almanzor y aunque en aprestos
al designio importantes,
como no estaban antes
para tan no pensada acción dispuestos,
formando escuadras y ocupando puestos
consumió su mejor edad el día,
con todo sin temor que de la fría
noche la tez, ni el hielo ni la escarcha
los tránsitos le impidan de la marcha
del espíritu instado que le lleva,
manda que todo a buen compás se mueva.

(La caja.)
PASCUAL

Pues ven, Aminta mía,
al puesto que tocó a mi compañía;
no vea el Conde que de ella
falto en esta ocasión.

PERNIL

Mal podrás vella
sin que él te vea, que acaso
destribuyendo órdenes al paso
sale.

PASCUAL

Allí te retira;
aunque el semblante con que ya me mira
da a entender que te vio.

(Retírase AMINTA a un lado, tocan las cajas y sale el CONDE y SOLDADOS y mirando a PASCUAL y a ella da a entender que la ha visto con la acción quedando PASCUAL entre los dos como turbado.)
PERNIL

¡Cuál se ha quedado!
Mas, ¿qué mucho que absorto y que turbado
esté si cuando recatar intenta
a Aminta, que es su culpa, representa,
viendo su superior contra él airado,
al hombre entre la gracia y el pecado?

GARCÍA

¿Cómo a vuestra obligación
faltáis, Pascual, este día
y de aquella compañía
que ha de ser vuestra opinión,
lustre, honor, fama y blasón
el batallón no seguís
y desmandado venís
tan por otra parte que
aunque conozca la fee
con que tal vez me servís,
no os puedo premiar al ver,
cuando me dais que sentir,
que servís para servir
y no para merecer?

PASCUAL

Yo, señor....

GARCÍA

No, no hay que hacer
cargos en vuestra disculpa.

PASCUAL

¿Tanto una culpa me culpa
en que caí por desgracia?

GARCÍA

Sí, que no puede en mi gracia
estar quien está en su culpa.
Id y enmendaos, que yo
daré como os enmendéis
ocasión en que cobréis
el mérito que os faltó.

PASCUAL

La fee con que os sirvo....

GARCÍA

No,
no basta.

PASCUAL

¿Por qué?

GARCÍA

Porque
aunque vuestra fee se ve
en hazañas tan altivas
son obras muertas, no vivas
a que no basta la fee.
Y porque lleguéis a ver
si os deseo reducir,
daros quiero en qué servir,
no puedo en qué merecer
que eso vos lo habéis de hacer.
Y así para que sigáis
mejor senda que lleváis,
en busca del enemigo
voy. Y aunque su busca sigo
con la prisa que miráis
no tengo bastante día
para la batalla que
darle intento, y así habré
de hacer esta noche fría
alto; en ella de vos fía
mi justa satisfacción
el peso de la facción,
pues quiero que en la vanguardia
esta noche estéis de guardia
poniéndoos en ocasión
de que el valor que os desvela
logréis, sin dudar jamás
ser de mi campo la más
avanzada centinela.

GARCÍA

(Háblale al oído yéndose.)
María es el nombre en vela;
esperad la luz del día,
que apenas veréis que envía
sus rayos luciente el alba,
cuando su primera salva
mi militar armonía
sea tocando a embestir.
Id, pues, a ocupar el puesto
que de vos fío.

PASCUAL

Dispuesto
en tu servicio a morir
estoy.

GARCÍA

Esto es advertir
que si un afecto cruel
postra al que creyendo fiel
yerra, toca en tal desgracia
darle su auxilio a la gracia
pero aprovecharle a él.

(Vase el CONDE y SOLDADOS y vuelve AMINTA.)
PERNIL

Cuerdamente te ha reñido
y aún poniéndote en aprieto,
castigado a lo discreto
sin darse por entendido.

PASCUAL

Favor, no castigo, ha sido
el ponerme en ocasión
que acuerde mi obligación.

AMINTA

¡Ay, de quien ha de quedar
luchando con el pesar
de tu peligro!

PASCUAL

Estos son
lances a que siempre está
expuesto, Aminta, el soldado.
Y pues ves cuán empeñado
todo el ejército va
buscando a Almanzor, será
ya que mi vida aventure
bien que la tuya procure,
pues sentiré más tu susto
que mi riesgo, y así es justo
como pueda le asegure.

AMINTA

¿Y qué seguridad, di,
hay que a mi vida resuelvas?

PASCUAL

Que a Santisteban te vuelvas.

AMINTA

¿Y esa es seguridad?

PASCUAL

Sí.
Mejor estarás allí
que en los trances estarás
de una batalla.

AMINTA

Eso más
es darme que padecer
que asegurarme, que el ver
que tú hacia el peligro vas
no es quitarme dél a mí,
que va en tu vida mi vida
tanto menos defendida
cuanto más lejos de ti.

PASCUAL

¿Ahora lágrimas? No así
me aflijas, Aminta bella.
¡Pernil!

PERNIL

¿Señor?

PASCUAL

Tú con ella
irás.

PERNIL

Aqueso haré yo
de muy buena gana.

AMINTA

¡No
sé qué quieres de mi estrella!

PASCUAL

No tan hermosos despojos
eches, Aminta, a perder.

AMINTA

Déjame, ¿pues, no han de ver
que sirvan de algo los ojos?

PASCUAL

Porque alivies tus enojos
seguro voy.

AMINTA

¿Cómo así?

PASCUAL

Como hoy misa, Aminta, oí
y el nombre que se me fía
es el nombre de María.

(Vanse cada uno por su parte y salen, como que acechando han oído lo que han hablado, LELIO y el DEMONIO, vestidos de soldados.)
DEMONIO

¿Haslo oído todo?

LELIO

Sí,
y pues sabemos que va
donde solo le hallaremos
y el nombre también sacamos
con que a él llegar ¿quién podrá
defenderle?

DEMONIO

Claro está.

LELIO

Pues porque no le perdamos
de vista, tú entre estos ramos
te queda a saber cuál fue
el puesto, entre tanto que
yo, porque escapar podamos
en matándole, a hacer voy
que prevenidos estén
dos caballos.

DEMONIO

Dices bien.

LELIO

Adiós, pues.

(Vase LELIO.)
DEMONIO

¡Infiernos! Si hoy
muerte a Pascual Vivas doy,
de mi mayor enemigo
el mayor triunfo consigo,
pues cogiéndole en pecado
de su devoción vengado
quedaré, a cuyo fin sigo
en humana forma, siendo
como soy aborrecido
espíritu, al que ofendido
en ira y cólera enciendo
disimulando y fingiendo
que un deudo que estaba ausente
soy, que atrevido y valiente
para ayudar a vengalle
ha venido a acompañalle
sabiendo cuán fieramente
a su hermano le mató,
y pues para que le asista
y en él mi furor revista
licencia el cielo me dio,
ya que por mi mano no
puedo matar a un tirano,
veré si por otra gano
este triunfo, en testimonio
que el impulso del demonio
está mortal en tu mano.

DEMONIO

Y pues ya la noche baja,
envolviendo obscura y fría
el gran cadáver del día
en su lóbrega mortaja
y por esta parte ataja
a hacer la posta Pascual,
invocando mi mortal
saña, espíritus que son
del aire perturbación,
cegaré a ese celestial
Argos los ojos serenos
para darle más desmayos
con relámpagos que a rayos
deslumbren bramando a truenos,
(Dentro terremoto.)
porque teniendo así menos
que temer a instancia mía
de Lelio la alevosía,
vea de qué le sirvió
ni la misa que hoy oyó,
ni el ser el nombre María.

(Vase y sale PASCUAL con una pica como con asombro y prosigue el terremoto.)
PASCUAL

¡Qué medrosamente horrible
la noche de un punto a otro
ha convertido la hermosa
serenidad en asombro!
Las derramadas estrellas,
en quien como espejo roto
se había quedado el sol,
brillando en menudos trozos
empañados del tupido
velo de nubes, no solo
a la luna asisten, pero
ni aun ella su temeroso,
trémulo semblante deja
que puedan humanos ojos
penetrar del manto de humo
la brújula del embozo.
(El terremoto.)
¡Jesús mil veces! ¡Qué fiero
el trueno gemido es ronco
con que el embrión del rayo
siente la nube el aborto!
Pero, ¿qué me atemoriza?
¿De cuando acá generoso
mi espíritu le vio al miedo
la pálida tez del rostro?

PASCUAL

(El terremoto.)
¿Yo espanto? ¿Yo horror? ¿Yo susto?
Mas, ¡ay!, que si a hacer me pongo
discursos que siempre vagos
dictaron soledad y ocio,
no sin causa temo, pues
al ver ese obscuro globo
desquiciado de sus ejes,
desplomado de sus polos
que sobre mí titubea
imagen me reconozco
del primero padre, cuando
arrojado del hermoso
centro suyo le asaltó
de la noche el pavoroso
escándalo, que a su culpa
(El terremoto.)
le fue el retrato más propio.
Y si del concepto, ¡ay, triste!
toda la paridad corro,
no solamente en mi culpa
la imagen que soy supongo,
pero en que comprometido
está aquese numeroso
campo en mí, pues en mí estriba
o su blasón o su oprobio,
supuesto que si yo agora
nigligente o perezoso
faltara a aqueste precepto,
en mí peligraran todos.

(Dentro la música y sale el ÁNGEL cantando y responde la música dentro a sus finales.)
ÁNGEL

Pues, vela Pascual.

CORO 1º

Vela.

CORO 2º

Vela.

ÁNGEL

Que alguien cuidadoso

MÚSICA

Que alguien cuidadoso.

ÁNGEL

Velará por ti
cuando tú por otros.

(El terremoto y la música juntos.)
DEMONIO

Porque no le cobre el canto,
(Dentro.)
seguid el terror vosotros.

ÁNGEL Y MÚSICA

Pues, vela Pascual,
vela,
que alguien cuidadoso,
vela,
velará por ti
cuando tú por otros.

PASCUAL

¡Qué nueva confusión, cielos,
quiere hacerme creer que oigo,
entre tanto horrible espanto
de rayos y truenos como
perturban el aire ecos
que dulcemente sonoros
sirviéndoles de instrumento
el rumor del terremoto,
persuaden a que a la vela
no deje de acudir pronto
diciéndome cuando digo
que en mí peligraran todos!

(Otra vez terremoto y música.)
ÁNGEL Y MÚSICA

Pues, vela Pascual,
vela, vela,
que alguien cuidadoso,
vela, vela,
velará por ti
cuando tú por otros.

PASCUAL

Que es ilusión no lo dudo
pero con muy poderoso
afecto, pues que me deja
helado, mudo y absorto.

(Arrímase a la pica y sale LELIO con un ballestón y el DEMONIO con él.)
DEMONIO

Este es el puesto y la noche
tan favorable a nosotros
que para matar y huir
parece que yo la formo.
Llega, allí está.

LELIO

Ya a la luz
de un relámpago que sordo
vino a alumbrar sin el trueno
le miro y le reconozco,
mas porque en la obscuridad
no yerre el tiro, oye el modo
con que hemos de llegar; tú,
pues con el nombre es forzoso
que le asegures, has de ir
delante y sin ver que somos
dos, detrás de ti podré
de más cerca el venenoso
arpón dejar de su pecho
en la aleve sangre rojo.

(Llegando los dos, el DEMONIO delante y LELIO detrás.)
DEMONIO

Sígueme, pues.

PASCUAL

¿Quién va?

DEMONIO

Amigos.

PASCUAL

¡El nombre!

DEMONIO

(Quiere pronunciarle y no puede.)
Ma..., ma..., ¡qué asombro!
Mar.... No puedo pronuncialle.
¡Oh tú, nombre misterioso!
Sirve a un rigor un día, pues
sirves a una piedad todos.

PASCUAL

El nombre digo o el pecho
al primer bote le rompo.

DEMONIO

Mar..., mar....

LELIO

¿Por qué no le dices?

DEMONIO

Porque con huir respondo,
que no hace a traiciones nombre
que está hecho a favores solo.

(El DEMONIO se retira como asombrado. Queda LELIO descubierto y al disparar quita el ÁNGEL el arpón de la ballesta, yéndose con él.)
LELIO

¿Agora tiemblas y huyes?
Mas yo a mí sin ti me sobro.
¡Muere traidor!

ÁNGEL

Eso no,
que así yo su muerte estorbo
cuidando yo de él, pues él cuida de otros.

PASCUAL

¡Ah, traidor! No solo callas
el nombre, pero alevoso
me ha dicho el tiro que erraste
quién eres.

(Huyendo LELIO.)
LELIO

Fortuna, ¿cómo
pude errarle de tan cerca?

PASCUAL

Espera, aguarda.

LELIO

Forzoso
es que huya de aquí.

(Vase.)
PASCUAL

Aunque quieran
seguirle valor y enojo,
no puedo dejar el puesto.

DEMONIO

Ya que ha embarazado el logro
de mis iras de ese campo
el presidente o custodio,
¡espíritus que del aire
alteráis los terremotos
desmandad de tantos rayos
uno contra el que os invoco!

(Dentro el terremoto y voces como en el aire.)
UNOS

No podemos.

OTROS

No podemos.

DEMONIO

¿Pues a quién teméis vosotros?

TODOS

Al socorro que hoy consigo
tray.

DEMONIO

¿Consigo hoy, qué socorro?

TODOS

El que en la misa que oyó
al oír lo prodigioso
de que fue hecho carne el verbo,
se postró humilde y devoto.

DEMONIO

¡Oh, María, y oh misterio
que en tu virgen claustro hermoso
pudo obrarse cuanto amparo
el hombre tiene en vosotros!

(Vase.)
PASCUAL

Toda la noche es prodigios,
pero yo se los perdono
que aunque traidor enemigo
me busque y caliginoso
rayo me amenace, no
iguala el pavor al gozo
que aquel acento que oí.
¡Oh si volviera dichoso
a escucharle por si acaso
puedo engañarme a mí propio!
Adonde sonó, el oído
aplico.

(Dentro a lo lejos AMINTA.)
AMINTA

¡Cielos piadosos!
¿No hay quién ampare mi vida?

PASCUAL

De Aminta es la voz que oigo.
¡Oh, qué poco a un infelice
le duran los alborozos,
pues va a buscar un halago
y encuentra con un sollozo!

AMINTA

¡Piedad, cielos!

PASCUAL

¿Cómo, ay triste,
escucho tan lastimoso
acento sin que tras él
vaya? Mas, ¡ay de mí! ¿Cómo
seguir podré aquel acento,
si es lo que me dijo el otro...?

MÚSICA

Vela, Pascual, vela,
que alguien cuidadoso
velará por ti.

AMINTA

¿Nadie hay que me dé socorro?

(Al irse, vuelve a la MÚSICA.)
PASCUAL

¡Sí hay, Aminta!

MÚSICA

Vela, vela.

PASCUAL

¿Mas, cómo puedo si noto
que me acuerda mis empeños
quien me olvida tus ahogos?

AMINTA

¡Favor, cielos piadosos!

MÚSICA

Alguien cuidadoso
velará por ti,
mientras tú por otros.

PASCUAL

Acero de dos imanes
soy llamado a un tiempo propio.
¿Quién vio igual pena, igual duda?

(Sale PERNIL como cayendo.)
PERNIL

¿Hiciera más el demonio?

PASCUAL

¿Quién va, quién es?

PERNIL

¿Hay tal dicha
amo mío de mis ojos?
tu voz conozco y....

(Al irle a abrazar le pone la pica a los pechos.)
PASCUAL

¡Detente!,
porque yo a nadie conozco;
¡el nombre!

PERNIL

Pernil.

PASCUAL

No des
más paso, si riguroso
no quieres te rompa el pecho.
¡El nombre digo!

PERNIL

¿Estás sordo?
¿No he dicho Pernil?

PASCUAL

El nombre
vuelvo a decir.

PERNIL

No tengo otro.
Pernil soy, señor, que yendo
con Aminta el tenebroso
nublado perdió el camino
y dimos en lo fragoso
de ese monte, en una inculta
emboscada de rabiosos
canes blancos, de quien fue
Aminta sola despojo,
que como pernil debieron
de codiciarme a mí poco,
de suerte que huyendo pude,
rodando de un risco en otro,
haber llegado a tus plantas;
y puesto que en ellas logro
la dicha de hallarte junta
tus camaradas y en cobro
de Aminta ven, que allí quedan
porque en lo inculto del soto
cuerpo es de guardia que está
avanzado.

PASCUAL

¡Rigurosos
hados! ¿Quién se vio en el mundo
en empeños tan forzosos?

PERNIL

¡Hay tal flema! ¿Hasme oído?

PASCUAL

Sí.

PERNIL

Pues, ¿cómo te estás ocioso?

PASCUAL

Como dejar este puesto
no puedo.

PERNIL

Que debe noto
de ser gran gusto ver uno
su dama en poder de moros.
Mira que dice....

AMINTA

¡Ay de mí!

PASCUAL

¿Qué importa si dicen otros...?

MÚSICA

Vela cuidadoso.

PASCUAL

¡Oh, si ya, pues el aurora
descubre sus rayos rojos,
rompiera el nombre la salva
sola esta vez en mi abono!
(Las cajas.)
Vi al acaso.... Y pues las cajas
ya el nombre han dejado roto
y yo retirarme puedo
con reputación airoso,
traime un caballo.

PERNIL

Volando
voy por él.

(Vase.)
PASCUAL

Verás si expongo
la vida en su amparo, bien
que haré en aventurar poco
una vida que aborrezco
por una beldad que adoro.

PERNIL

Ya aquí caballo y pavés
están.

(Vuelve PERNIL con un pavés y unas riendas en la mano, arrimado al carro como que tiene el caballo.)
PASCUAL

Muestra. ¿Mas qué oigo?
(La caja.)
(Dentro.)
¡Arma, arma, guerra, guerra!

PERNIL

Es que el Conde valeroso
apenas vio que del día,
árbitro el señor Apolo,
la primera luz rayaba,
cuando el vado de ese arroyo
que llaman del Cascajal,
esguazar manda con todo
el grueso, cuyo pasaje
por impedirle de esotro
margen Almanzor avanza
sus tropas.

(Las cajas.)
PASCUAL

Ya de ambos cotos
la línea parten. ¿Quién vio
batallas de tierra en golfos?
(Dentro.)
¡Arma, arma, guerra, guerra!

PASCUAL

¡Ay de mí, que ya es forzoso
que allí acuda, no se diga
de mí que amante abandono
por ganar lo interesable
a la censura lo heroico!
¡Ay honra, alhaja del siglo,
que tenida importas poco
y perdida importas mucho!
Mas así acudiré a todo;
llega el caballo y vea el mundo
si el estribo una vez cobro,
el fuste ocupo, el pavés
embrazo y el freno tomo,
que no hay alarbes en quien
no sepa vengar mi oprobio.
Llega pues. ¿Pero, qué es esto?

(Tocan la campana en el carro del templo y ábrese la escala que caerá sobre el tablado quedando lo demás cubierto de una cortina.)
PERNIL

¿Qué ha de ser? Los religiosos
que abren y tocan a misa
porque militantes todos,
mientras los unos pelean,
estén orando los otros.

PASCUAL

En mi vida el eco oí
de este metal, que sonoro
clarín de la fee es, que no
le respondiese piadoso
si no es hoy. ¿Pero qué mucho
si oigo al tiempo que le oigo...?
(Campana y cajas.)
(Dentro.)
¡Arma, arma!

PASCUAL

¿Qué he de hacer?
Mas vamos a lo forzoso
del honor, que nunca el mundo
toma en cuenta lo devoto.
Pero, ¡ay, con qué desconsuelo
voy! ¡De cuán temporal rompo
devoción de tantos días
(La campana.)
por un pundonor! Ya torno
a ti, caja de la fee.
(La caja.)
¡Arma, arma!

(Dentro.)
PASCUAL

Y a ti y todo,
campana de la fortuna.

PERNIL

Pareces criado bobo
de aquellos que no hacen nada
por querer hacerlo todo.
¡Resuélvete pues!

PASCUAL

Sí haré.

PERNIL

¿En qué?

PASCUAL

En que si vitorioso
de mi amor quedó mi honor
no de mi fee, y en el corto,
breve espacio de una misa,
¿qué falta haré?

PERNIL

Según como
se esté el monje.

PASCUAL

Aquí me espera
teniéndome al salir prontos
caballo, lanza y pavés;
y cuando se pierda todo
allí Aminta, allí la fama,
allí el gusto, allí el decoro,
no se pierda aquí la fee
con que el sacrificio adoro
de la misa: ¡Honor y vida,
Señor, en tus manos pongo!

(Subiendo la escala, se entra. Éntrase en el carro del templo, dejando a PERNIL con pavés, lanza y rienda.)
PERNIL

«Dame el caballo. Verás
si voy, si vengo, si torno,
si hago, si digo, si mato...»
y viene y pónese en cobro.
Eso, señor Pascual, yo
lo hiciera con ser un tonto.
Pero, bueno.... Me ha dejado
a puertas del suntuoso
templo con caballo, lanza
y pavés. Pero ¿qué ignoro
que haya de quedar por puertas
el simple que sirve a un loco?
(Las cajas.)
Mas, ¡cuál anda la batalla
repitiendo unos y otros!

UNOS

¡Arma, arma!

OTROS

¡Guerra, guerra!

GARCÍA

¡Viva España!

ALMANZOR

¡Mueran todos!

(Dase la batalla dentro y sale la SETA con espada y bengala.)
SETA

Desde que hicimos porfía
para el fin de esta vitoria
que haya de tener la historia
vislumbres de alegoría,
nunca de vista perdí
a aqueste soldado, en quien
las esperanzas se ven
de quien lidia contra mí;
y sabiendo que aquí estaba
de posta, vengo a impedir
que pueda al empeño ir
de la lid más fiera y brava
que vio el sol desde su esfera.

SETA

 (Mirando dentro.)
Mas poco tendré que hacer
en impedirle si al ver
que allí el peligro le espera,
veo que en el templo ha entrado,
pero aunque lo sea, no puedo
persuadirme a que sea miedo
el que le haya retirado
y así he de ver en qué agora
se detiene; suba, pues,
sus gradas.

(Empieza a subir las gradas y sale por la cortina el ÁNGEL sin correrla.)
PERNIL

Sin duda es
buena cristiana esta mora,
pues por oír misa ha dejado
la batalla.

ÁNGEL

¿Dónde vas,
fiera? ¿No sabes que estás
negada a entrar en sagrado?

SETA

Como esos sagrados yo
no tan solamente entré,
pero ultrajé y profané.

ÁNGEL

Pues este, enemiga, no,
que si por secreto juicio
de Dios tuviste licencia,
no fue nunca en la presencia
del inmenso sacrificio
que celebrándose está
y si has venido por ver
cómo puede, aleve, ser
que te dé cuidado allá
el que por caudillo mío
en la cuestión elegí,
estando escondido aquí
porque veas que dél fío
no en vano mi honor, dispongo
mostrar cómo su valor
desde aquí lidia.

(Corre el ÁNGEL la cortina y vese PASCUAL VIVAS hincado de rodillas delante de un altar que estará pintado con su retablo en el foro del carro.)
PASCUAL

Señor,
mi vida en tus manos pongo
y pues la misa acabó,
(Levántase.)
ahora a la batalla iré
que tan trabada se ve.
Pero otra misa salió
(Mirando dentro.)
sin quien la llegue a ayudar;
a ella vaya, no me note
el mundo que a un sacerdote
dejé solo en el altar.

(Éntrase por dentro del carro y el ÁNGEL vuelve a cubrir la cortina.)
SETA

Aunque por darme disgusto
me le has dejado ver, yo
lo tengo a placer, pues no
me da ni temor ni susto
que orando lidie y porque
veas si lidia o no, mira
(Las cajas.)
si tu gente se retira
cuyo alcance seguiré
hasta que aquesta campaña
dejen y de mi cuchilla
esclava otra vez Castilla
se retire a la montaña.
(Vase.)

ÁNGEL

Ve, fiera, que también yo
(Bajando al tablado.)
en tu oposición iré.
Hombre en quien pudo la fee
más que honor y fama no
dejes de tu devoción
el impulso soberano
que primero es ser cristiano
que caballero; blasón
más heroico has de ver que halla
la fama que has de lograr
en el ara del altar
que en el fin de la batalla.
Y pues tú en el sacrificio
de la misa que salió
mi oficio has tomado, yo
tomaré también tu oficio;
troquemos los dos y así
será igual nuestra divisa:
ayuda por mí esa misa
que yo lidiaré por ti,
que es Dios tan honrado que
al ver que tú dél te acuerdas
aun no permite que pierdas
la honra humana, y así, en fee
de ese afecto, porque asombre
al infierno su poder,
hombre el ángel se ha de ver
ya que se ve ángel el hombre.
(Vase.)

PERNIL

De una mora que subió
y un no sé quién que ha bajado,
bien la plática he escuchado
pero entendídola no
y sean quien fueren, no es bueno
que tan despacio se esté
mi amo. Lo que hace veré
por si es que de temor lleno
no osa salir; ato aquí
el caballo y subir quiero
al templo a acecharle; pero....
¡Ay desdichado de mí
que el caballo echa a correr!
Ir tras él será mejor.
(Vase, dejando el pavés y lanza en el suelo. Suena dentro las cajas y ruido de batalla.)
(Dentro.)
¡Vitoria por Almanzor!

GARCÍA

¡Fieles, morir o vencer!

ALMANZOR

¡Morir o vencer valientes
africanos que el día es nuestro!

SETA

Pues ya rotos se retiran,
¡A ellos, Almanzor!

ALMANZOR

¡A ellos!

TODOS

¡Arma, arma, guerra, guerra!

(Salen LELIO y el DEMONIO.)
DEMONIO

Entre el militar estruendo
que lo peor da a Castilla,
pues roto, herido y deshecho
el Conde va retirando
su gente, a buscar te vengo.

LELIO

¿Para qué, si has de dejarme
como anoche en el empeño
que solicito, que es
ver si en la batalla encuentro
a este traidor para darle
muerte?

DEMONIO

Disculpar no quiero
las turbaciones de anoche,
pues te pasó a ti lo mesmo,
que si yo erré el nombre, tú
el tiro. Lo que pretendo
es enmendarlas agora
con decirte que no atento
a tu venganza en la lid
busques a ese traidor, puesto
que yo, que nunca de vista
le he perdido, sé de cierto
que no está en ella.

LELIO

¿Pues dónde
está?

DEMONIO

En aqueste convento
donde el temor le ha tenido
escondido todo el tiempo
de la batalla; conmigo
sube. Solo está en el templo
(Sube el DEMONIO como mirando dentro de la cortina.)
donde el fin de tu venganza
logres. (Y aun tres fines, puesto
que él muere y cometes tú
homicidio y sacrilegio).

LELIO

Y aun por eso no le hallaba
yo.

DEMONIO

¿No le ves?

LELIO

Ya le veo.

(Corre el DEMONIO la cortina y vese hincado de rodillas en la ación que se vio PASCUAL primero, una estatua que sea retrato de bulto suyo con el mismo vestido lo más semejante que se pueda.)
DEMONIO

¿Pues, qué esperas? ¿Pues, qué aguardas?
Sube esa grada y resuelto
dale la muerte.

LELIO

Sí haré.
Mas ¡ay que al pisarla tiemblo!

DEMONIO

¿De qué?

LELIO

No sé, porque solo
sé que embargado el aliento
ni aún a respirar me animo,
quebrado dentro del pecho
el corazón.... Hombre a quien
ampara, sin duda, el cielo
yo te perdono, no vibres
más rayos contra mí.

(Vase.)
DEMONIO

Infiernos,
agora de vuestras iras
la saña me falta; huyendo
dél aun más que del contrario
que al Conde retira haciendo
que a las fortificaciones
intente cobrar los puestos
sin proseguir su venganza
con todos la espalda ha vuelto.
 (Esto dice sin bajar de la grada ni correr la cortina.)
Más consuéleme, si puede
haber para mí consuelo
que ya que este fin no logro,
logro el de ver que cayendo
en la retirada el Conde
de su caballo de muerto
o prisionero no puede
escapar.

(Sale el CONDE como cayendo y sobre él ALMANZOR y la SETA y MOROS.)
GARCÍA

¡Válgame el cielo!

ALMANZOR

Date a prisión o la vida.

GARCÍA

La vida importara menos,
pues he de morir matando.

SETA

Es desesperado intento.
La vida o la libertad
escoge.

ÁNGEL

Monstruo soberbio,
ni la libertad, ni vida
que yo una y otra defiendo.

(Con estos versos que dice dentro el ÁNGEL, baja en un caballo PASCUAL y apeándose dél como dicen los versos, sube en él el CONDE y desaparece. Todos embisten con PASCUAL y él los retira huyendo de su vista.)
PASCUAL

Sube, Conde, en mi caballo
mientras yo a lidiar me quedo
en tu defensa.

GARCÍA

A tu lado
Pascual sabré quedar muerto.

DEMONIO

¿Qué es esto? ¡Ay de mí! ¿Pues cómo...
pues cómo un alma en dos cuerpos
allí orando, aquí lidiando,
puede hallarse a un mismo tiempo?

PASCUAL

Más a la Iglesia le importas
vivo. Ve donde poniendo
en orden la gente vuelvas
a la lid que yo te ofrezco
la vitoria.

GARCÍA

No sé qué
dominio, no sé qué imperio,
Pascual, hay hoy en tu voz
que forzado te obedezco.

(Pónese en el caballo y desaparece.)
PASCUAL

Cobra el caballo seguro
que yo tu vida defiendo.

ALMANZOR

Bárbaro, que contra tantos
temerariamente opuesto
piensas guardarle y guardarte.
¡Muere a mis manos!

(Pelean contra él y él los retira.)
PASCUAL

No puedo
morir yo.

SETA

De cuantas flechas
se disparan a su pecho,
ninguna le hiere y todas
se vuelven contra los nuestros.

ALMANZOR

Rayo de acero es su espada
a cuyas vislumbres ciego
he quedado al ver que esgrime
en cada golpe un incendio.

GARCÍA

(Dentro.)
Volved a la lid, soldados,
pues yo os animo y aliento.

TODOS

¡Arma, arma, guerra, guerra!

PASCUAL

¡A ellos, Conde invicto!

TODOS

¡A ellos!

(Salen todos.)
ALMANZOR

Soldados, a retirar,
pues el Conde componiendo
sus güestes contra nosotros
vuelve con mayor esfuerzo.
(Dase la batalla y retíranse los MOROS.)
Al amparo deste asombro,
este horror, este portento,
a cuya vista me pasmo
y a cuyo semblante tiemblo.

(Vanse todos peleando.)
DEMONIO

¡Ay de mí, que bien conozco
que no es posible que un cuerpo
en dos lugares asista,
si no es en el sacramento
de quien él es tan devoto!
Y así han querido los cielos
con señas suyas premiar
su devoción y su afecto.

(Vase y córrese la cortina y vuelven a salir peleando la SETA y PASCUAL.)
PASCUAL

¿Cómo huyendo todos, tú
no huyes también?

SETA

Como tengo
yo más raíces que todos
y por más que sea tu acero
corva segur, deste tronco
podrá atrevido y resuelto
cortar sus ramas, mas no
arrancarlas de su centro.

PASCUAL

Sí podrá, pero no agora
porque hay superior decreto
para que aquesas raíces
se arranquen en otro tiempo,
y así hoy quedarás vencida
si no arrancada.

SETA

Primero
que ese tiempo llegue, yo
entre mis brazos pretendo
hacerte pedazos.

(Arroja la espada y al irse a abrazar con él se pone en la peana de un torno que dando vuelta tendrá a las espaldas al ÁNGEL de suerte que yendo a abrazarse con PASCUAL se halle abrazada luchando con el ÁNGEL.)
PASCUAL

Pues
si te atreves, llega a ellos.
Verás quién soy y que no
te será fácil vencerlos.

SETA

¿Cómo no?

ÁNGEL

Como son míos.

SETA

¿Qué es esto, ay de mí, qué es esto?

ÁNGEL

Esto es que desde allí orando
el hombre está aquí venciendo
para que conozcas, fiera,
si son armas los afectos,
mayormente cuando son,
si a la metáfora vuelvo,
de Pascual víctima y gracia
en orden al sacramento,
sacrificio que en la misa
se celebra a cuyo efeto
mira de su devoción
(Las cajas a marchar.)
los soberanos trofeos,
pues el Conde vitorioso
con Almanzor prisionero
y libres cuantos cautivos
había en estos montes hecho,
en hacimiento de gracias
viene acercándose al templo.

SETA

¡Oh, quién antes que lo viera
cegara para no verlo!
Pero como dije, aunque
hoy me venzas, por lo menos
no me arrojas de tu patria.

ÁNGEL

También yo respondí a eso
que habrá tiempo en que la dejes.

SETA

Pues dile que corra al tiempo.

ÁNGEL

Él se lo tendrá en cuidado.

(La caja.)
SETA

Pues, entonces nos veremos,
que por no ver este triunfo
me aparto, mas no me ausento.
 (Vase.)

ÁNGEL

¿Qué importa si donde quiera
que vayas has de ir oyendo...?
(Vase.)
(Tocan las cajas y trompetas y salen por lo bajo del tablado PERNIL y por lo alto {{Pt|PASCUAL| VIVAS después de las voces que dirán dentro.)

TODOS

¡Viva el Conde don García!

}}
GARCÍA

Mejor dirá vuestro acento,
¡Viva Pascual Vivas!, que es
a quien yo la vida debo
(Dentro.)
y vosotros la vitoria.
Y puesto que él de modesto
no aparece, dalde voces,
llamalde todos diciendo,
¡Pascual Vivas!

TODOS

¡Pascual Vivas!

PERNIL

Cobrado el caballo, vuelvo
 (Sale.)
a ver si sale mi amo,
que pues se ha pasado el riesgo
ya, ¿qué tiene que esperar?

PASCUAL

Una a otra sucediendo
(Sale.)
tantas misas nunca tuve
para dejarlas aliento.
¡Pernil! Caballo, pavés
y lanza me da.

PERNIL

¡A buen tiempo!

(Alza el pavés lleno de flechas.)
PASCUAL

¿Quien aquí estas flechas puso?

PERNIL

Yo me le dejé en el suelo
yéndose el caballo y alguien
por burla las habrá puesto.

PASCUAL

Y aun teñídome con sangre
de la lanza el asta y yerro.
Yo responderé al baldón
en la batalla. No puedo
quitarlas dél.

PERNIL

Ya acabada,
¿sales agora con eso?

PASCUAL

¿Y quién venció?

TODOS

(Dentro.)
¡Pascual Vivas!

PERNIL

Pascual Vivas dice el viento.
 (Haciendo burla.)
Tú debes de haber vencido,
si no es que está de bureo
desparramando ironías.

TODOS

¡Pascual Vivas!

PASCUAL

¡Vive el cielo!
Que todos me buscan y es
sin duda que echado menos
en la ocasión querrá el Conde
prenderme y sobre el desprecio
que harán de mí, quizá darme
la muerte para escarmiento
de otros. Di que no me has visto
mientras yo esconderme intento.

(Al irse como huyendo, salen al encuentro don GARCÍA, ALMANZOR, prisionero, y otros MOROS, AMINTA y SOLDADOS y entre ellos LELIO y el DEMONIO.)
TODOS

Aquí está.

PASCUAL

Ya no es posible.

GARCÍA

Pascual Vivas. ¿Vos huyendo?

PASCUAL

¿Yo, señor...?

GARCÍA

¿...De la ocasión
de más honor que los cielos
pudieron daros?

(Turbado.)
PASCUAL

No es
huir faltar por....

GARCÍA

Ya os entiendo.
Claro está que no es huir
faltar, porque humilde y cuerdo
no queréis que os dé las gracias
de la vitoria que os debo:
¡que valiente habéis andado!

PERNIL

¡No está malo el cordelejo!

GARCÍA

Castilla os debe su honor,
yo la vida.

PERNIL

¡Bueno es esto!

ALMANZOR

Y yo, en mi ruina, ser vos
quien me venza es mi consuelo.

PERNIL

¡Hasta el moro está de gorja!

AMINTA

Dichosa yo que te veo,
mayormente cuando sé
que estoy de mi cautiverio
libre por ti.

PERNIL

¡Y aun Aminta
también!

PASCUAL

De vergüenza muero,
cuando de sus alabanzas
se componen mis desprecios.

LELIO

Si yo en el templo le vi,
¿cómo es suyo el vencimiento?

DEMONIO

¡Oh, quién pudiera ocultar
la verdad deste misterio!

GARCÍA

Llegad, llegad a mis brazos,
honor, blasón, lauro y premio
de León y de Castilla.

PASCUAL

(De rodillas.)
Señor, baste el fingimiento
y si me has de dar la muerte
que por mi culpa merezco,
cójame en mejor estado.
La mano a Aminta le ofrezco
que es propósito que hice
de enmendar pasados yerros,
si a verla libre volvía
en las misas que hoy oyendo
he estado por quien falté
de la lid.

GARCÍA

Eso no entiendo
¿Vos faltado de la lid?
¿Pues, yo no os vi en ella siendo
quien su caballo me dio
y se quedó en el empeño?
Las plumas de aquesas flechas
que en vuestro pavés advierto,
¿no son con las que la fama
ha de escribir vuestros hechos,
siendo la tinta esa sangre
en los anales del tiempo?

PASCUAL

Todo aqueso es afrentarme,
cuando yo, señor, confieso
mi culpa a voces.

DEMONIO

Porque
aun no falte este pequeño
rasgo de la alegoría,
con la confesión que ha hecho
y propósito a la enmienda,
bien con la gracia se ha puesto,
pues ella le da los brazos.

GARCÍA

Otra vez a dudar vuelvo.
¿Por qué negáis haber sido
de tan gran vitoria dueño?

PASCUAL

Porque no he sido, señor,
yo quien tanto honor merezco.

GARCÍA

¿No le vistis todos?

TODOS

Sí.

PASCUAL

Pues no fui yo.

PERNIL

No seas necio.
Déjate honrar mentecato,
que no serás el primero
que se deje dar las gracias
de cosas que no haya hecho.

GARCÍA

¿Vos no fuistis?

PASCUAL

No.

GARCÍA

¿Quién pudo
ser?

ÁNGEL

Yo responderé a eso,
(Las chirimías y en el carro primero donde en lo bajo se vio la tienda de campaña del Conde, se abre en lo alto una nube donde aparece el ÁNGEL con una pirámide en que sube el sacramento en su remate.)
pues quiere el cielo que quede
público al mundo este ejemplo.
Yo fui quien en su lugar
peleaba por él, al tiempo
que estaba él por mí ayudando
las misas que estaba oyendo;
y porque veáis que el día
que el hombre adora en el suelo
en este gran sacrificio
al divino sacramento
de la Eucaristía, hacen fiesta
los ángeles en el cielo,
volved los ojos. Veréis
en pirámides del viento
como le adoran postrados
en altas voces diciendo.
¿Cómo puede en dos partes estar un cuerpo?

(Cantando.)
MÚSICA

Solo Dios en la Hostia del sacramento.

ÁNGEL

¿Pues cómo hoy en dos partes Pascual se ha visto?

MÚSICA

Como uno era su imagen que no era él mismo.

TODOS

Porque el cielo quiso premiar su valor
con vislumbres y rasgos de su devoción.

DEMONIO

Aunque el cielo le ha premiado,
ya que yo sufrir no puedo
la cárcel de aquesta humana
forma, a tus triunfos opuesto
me vengaré, pues no pude
en su vida, en sus aumentos,
pues nuevamente juntando
alarbes tropas mi incendio
el rey de Sevilla, Azarque
y Alimaimón de Toledo
en venganza de Almanzor,
haré que infesten soberbios
los términos de Castilla,
porque nunca falte de ellos
la arábiga seta.

ÁNGEL

Ya
respondí otra vez a eso:
que habrá tiempo en que de España
expulsa salga.

DEMONIO

¿Qué tiempo?

ÁNGEL

El que viniendo del Austro
el señor, según el verso
del cántico de Habacuc,
vea el castellano imperio
que reina el Austria en España,
generosamente uniendo
la melena del León
al águila de dos cuellos,
siendo aquesta devoción
culto, devoción y celo
del sacramento, el mejor
patrimonio de sus reinos.
Y porque desde hoy lo sientas,
mira en las sombras y lejos
de aquella antevista luz
al gran Felipe tercero
hollar de esa injusta fiera
la cerviz.

(Las chirimías y ábrese otra nube en el carro donde se vio primero ALMANZOR en su tienda, y vese en ella retratado en estatua Felipe tercero a caballo y a sus pies la SETA.)
SETA

Yo diré eso,
porque inficionado el aire
del tósigo de mi aliento
pueda persuadirme a que
con respirarle me vengo.
Este héroe generoso,
a cuyas plantas me veo,
agora en sombras será
que realmente sucediendo
siglos a siglos, arranque
del campo de sus imperios
de mis últimas raíces
los mal arraigados feudos,
porque ese misterio que hoy
en tanta ruina me ha puesto
continuado en su justicia,
piedad, religión y celo
es quien desta primer causa
logrará el postrer efeto
con la expulsión que ha de hacer
de mí en todos sus imperios
para que el cuarto Felipe,
gloriosamente heredero,
de su celo, su piedad,
su fee y religión, teniendo
esta misma devoción
por patrimonio que el cielo
vinculó en España al Austria,
goce feliz sus aumentos
dejando para después
que reine siglos eternos
por sucesor suyo.... Aquí
ni puedo, ¡ay de mí!, ni quiero
proseguir porque la voz
desmaya y falta el aliento.

GARCÍA

Dichoso vos por quien hoy
en rasgos y visos veo
esta dicha.

PASCUAL

De Dios es,
no mío el merecimiento.

LELIO

Ya perdonado, no sólo
vuestro amigo, esclavo vuestro
seré.

AMINTA

¡Qué gozo!

ALMANZOR

¡Qué agravio!

PERNIL

¡Qué ventura!

DEMONIO

¡Qué tormento!

ÁNGEL

Pues para que más lo sea
tuyo y de todos aliento
tener el Austria en España
este patrimonio inmenso,
todos aplaudid su triunfo
una y otra vez diciendo
los unos para castigo,
los otros para consuelo....

TODOS Y MÚSICA

¿Cómo puede en dos partes estar un cuerpo?
Solo Dios en la Hostia del sacramento.
¿Pues cómo hoy en dos partes Pascual se ha visto?
Como uno era su imagen que no era él mismo,
porque el cielo quiso premiar su valor
con vislumbres y rasgos de su devoción.