Enciclopedia Chilena/Folclore/Tonada, La

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La Tonada
Artículo de la Enciclopedia Chilena

Este artículo es parte de la Enciclopedia Chilena, un proyecto realizado por la Biblioteca del Congreso Nacional de Chile entre 1948 y 1971.
Código identificatorio: ECH-515/31
Título: La Tonada
Categoría: Folclore


Tonada, La.

Folk. Especie musical.

Artículo que carece de sencillez en cuanto a su descripción, lo cual es indispensable en una enciclopedia. La definición de esta voz, por lo confusa, no permite a un lego en la materia formarse un juicio sobre esta especie musical, en cuanto a su temática. Por otra parte, la finalidad que le atribuye al "tono nasal y agudo propio de los cantores" no puede ser la de sobresalir del bullicio general de las reuniones como se asevera.

Al respecto se estima que los cantores y conjuntos que interpretan la tonada, no cultivan la voz nasal es profesamente, sino que más bien es un defecto de escolarización por falta de cultivo y perfeccionamiento de la voz.

En pag. 2 se señala que un distintivo de esta composición musical es el cogollo, lo cual no parece ser cierto por las características diferenciales con la tonada. Es el canto folklórico de mayor práctica y difusión en Chile. Su voz denominadora consulta tres acepciones: la de entonación, que concierne a cualquier melodía; la de forma musical cantada con fines amenizadores, correspondiente al concepto vulgar y generalizado de tonada; la estricta, caracterizada esencialmente por su calidad musical. En ella comprobamos un solo ritmo, por lo general el de 6/8, normalmente determinado por el acompañamiento instrumental rasgueado, diferenciándose de este modo de la canción que lo posee pulsado. El llamado estribillo, por ningún motivo de presencia obligada, no siempre se expresa mediante una figura musical birrítmica, ya que los tocadores a menudo no cambian el ritmo de éste con respecto de las estrofas. Cuando el acompañamiento marca los tiempos débiles, aunque lo común es que recaiga en los fuertes, nos encontramos con la tonada chicoteada. Añadiremos que el ritmo predominante es el binario.

En cuanto a la línea melódica, ella es sencilla y las más de las veces monótona, con reducidos intervalos en su campo interpretativo, si bien es posible encontrar cultores que disponen de repertorio cuyo ámbito llega hasta loa once notas.

Armónicamente, en la tonada aparece el modo mayor. Su acompañamiento instrumental compete principalmente a la guitarra, cuya afinación clásica suele modificarse con el objeto de conseguir mayor facilidad de digitación, acción que se denomina trasportar. En algunas ocasiones el citado instrumento se complementa con el arpa. Esta última usada sola por excepción. Pero en las casas de canto surge el piano, junto a los dos anteriores, además del tormento, una mesilla con cubierta de hojalata y madera, destinada a la percusión manual. No obstante, este recurso rítmico funciona ampliamente gracias al procedimiento de tañar el arpa o la guitarra, procedimiento que consiste en golpear con las manos la cubierta de dichos cordófonos.

Los acordes peculiares son los de tónica y de dominante, ya que el de subdominante se practica escasamente.

Con respecto de la interpretación, se hace cada vez más ostensible la participación masculina, en desmedro del sexo opuesto, cuya preeminencia numérica era rotunda a comienzos del presente siglo. Lo acostumbrado es el canto individual, y si intervienen dos o más personas -casi nunca ocurre que sean de distinto sexo- cantan al unísono o a dos voces, en terceras y ocasionalmente en sextas. El tono nasal y agudo es propio de las cantoras, que podría atribuirse a una impostación espontánea, con el fin de soportar la duración de las reuniones en que intervienen e imponer el canto por encima del bullicio general de aquéllas.

La temática de la tonada comprende asuntos religiosos y profanos, cuya intencionalidad cubre lo satírico, jocoso, costumbrista y didáctico, y su estilo tiene genéricamente un carácter epicolírico.

La métrica abarca una gran variedad de estrofas y metros, complementados por estribillos y muletillas, a los que se suman juegos métricos, como el coleo, consistente en la repetición del texto del último verso de una estrofa en el primero de la siguiente. Pero el verso de arte menor es el mis empleado, dominando el octosílabo, así como las formas estróficas relevantes son el romance, la décima, la quintilla, la cuarteta, la redondilla y la copla.

Un elemento distintivo de la especie musical en cuestión es el cogollo, situado al final de ella, y en el cual se conserva la forma métrica de las estrofas. Está dedicado a una o más personas con fines de alabanza o de burla, si bien pueden mezclarse picarescamente ambos objetivos. He aquí un ejemplo:

Que viva el señor fulano,
cogollito de clavel blanco,
si fuera hermano del burro
no se pareciera tanto.

La verdadera apreciación de la tonada no puede limitarse a sus características particulares, sino que debe extenderse a la función recreadora y amenizadora que cumple en la comunidad sustentadora de ella, con gran fuerza social, integrando los componentes del elemento humano a lo largo de las circunstancias festivas.

La ambivalencia letra música no significa una normativa relación dependiente entre estos factores, ya que puede escogerse a entera voluntad cualquier melodía para el texto de una tonada, de acuerdo con la intención y la capacidad interpretativa de sus cultores, muchos de los cuales sólo conocen una sola melodía para cantar gran cantidad de letras.

Ilustraremos nuestra breve decripción trascribiendo un fragmento musical y su correspondiente texto literario completo, de una de las versiones de la tonada Las perlas de tus ojos.

I
Hermosa niña hechicera,
dueña de mi pensamiento,
pienso en ti cada momento
desde el día en que te viera.

Estribillo
De las perlas de tus ojos
querría hacerme un rosario,
para ponérmelo al cuello
y a todas horas besarlo.

II
Este bello talismán
lo guardaría gozoso,
me brindaría reposo
para tranquilo esperar.

III
Si de engañarme no tratas
no me hagas tanto sufrir;
por tu amor quiero vivir,
si no me miras, me matas.

Contrastando con el léxico cuidado, el asunto amatorio y la tendencia lírica del ejemplo consignado, anotamos otro, de tipo costumbrista, intención jocosa y ambiente campesino.

La tenca

I
Estaba la tenca un día
en una mata de quillay,
pasó el tenquito y le dijo:
Ave María, liray.

II
Estaba el tenco cantando
en una mata de gualtata,
pasé la tenca y le dijo:
cántame en esta otra mata.

III
Estaba la tenca un día
revolcándose en la arena,
pasó el tenquito y le dijo:
qué gorda tienes la pierna.

IV
Estaba el tenco cantando
en una mata de damasco,
pasó la tenca y le dijo:
si te trago no te masco.

La dispersión de la tonada abarca todo el territorio chileno, adquiriendo su mayor fuerza de concentración en la zona comprendida entre las provincias de Aconcagua y Concepción, ambas inclusive. Su vigencia se mantiene con gran fuerza, y la frecuencia de su práctica está asegurada por su inclusión en las ocasiones festivas sobresalientes o vulgares de la existencia humana.

Los elementos lingüísticos, los caracteres formales, tipología de los personajes, la vastedad temática, los resortes estilísticos, y los matices regionales de la tonada, recomiendan su aplicación pedagógica no sólo en los ejercicios interpretativos de la Educación Musical, sino también en todas las asignaturas referentes al hombre y su proyección en la marcha de la cultura chilena, con las consiguientes ventajas de integración de la enseñanza. Por otra parte, el sencillo carácter representativo que la singulariza folklóricamente, se presta para la difusión elemental de las costumbres nacionales en los planos artístico y turístico, siempre que medien adecuados factores de presentación.

Los antecedentes históricos de la tonada presentan serias dificultades en el plano muslcológico, dada la escasez de documentos ilustrativos sobre este particular. No obstante, la hipótesis más valedera indica su introducción en Chile, como tantas otras manifestaciones del folklore musical, a mediados del siglo XVI, época en que debe haberse cultivado de acuerdo con su acepción genérica, según el Diccionario de Autoridades de 1739, esto es "composición métrica a propósito para cantarse". Por lo tanto, no creemos aceptable la derivación de la tonada, en su actual sentido estricto, de ninguna composición literaria o musical a la que pudiera dársele un nombre preciso. La cronología ya citada de su aparición en nuestro país, y con breves diferencias en toda Hispanoamérica, se basa en la conservación evidente de elementos literarios renacentistas y en la frecuente y arcaica supresión de la sexta cuerda de la guitarra en su acompañamiento instrumental, pervivencia de un hecha anterior al siglo XVIII.



Bibliografía

Pereira Salas, Eugenio. "Los orígenes del arte musical en Chile". Cap. XVII, Imp. Universitaria, Stgo., 1941.


Lavin, Carlos. "Panorama musical". Véase Chile, tierra y destino, Ed. Exit, Stgo., 1947.


"Antología del floklore musical chileno", fascículos N°1 y 2, Instituto de Investigaciones Musicales de la Universidad de Chile, Stgo., 1961 y 1962.


Barros, Raquel y Dannemann, Manuel. "Introducción al estudio de la tonada". Revista Musical Chilena.