Elementos de gramática castellana dispuestos para uso de la juventud: 04

Elementos de gramática castellana dispuestos para uso de la juventud (1875)
de D. Lorenzo Alemany
Parte primera. De la analogía. Capítulo Segundo. Del nombre
CAPÍTULO SEGUNDO.


Del Nombre.


P. ¿Que es el nombre?

R. Una palabra que sirve para significar los objetos y los atributos que les son peculiares.

P. ¿En que se divide el nombre?

R. En sustantivo y adjetivo. Sustantivo es el que sirve para significar las cosas, como Dios, hombre, árbol. Adjetivo es el que sirve para calificar sus cualidades, como justo, alegre, grande.

P. ¿Que significan estas denominaciones?

R. Estas denominaciones dan á entender que el sustantivo puede substituir por si solo en el discurso, como tierra, agua. Y que el adjetivo no puede sustituir en el discurso sin ir junto con el sustantivo, como tierra llana, agua caliente. Ademas los sustantivos espresan la idea total del objeto; y los adjetivos alguna de las parciales que le componen [1]

P. ¿En que se distingue el sustantivo del adjetivo?

R. En que á este se le puede anteponer la palabra cosa, y á aquel no; asi es que se dice cosa llana, cosa caliente; y no puede decirse cosa tierra, ni cosa agua.


I.


DEL NOMBRE SUSTANTIVO.

P. ¿Cuántas divisiones se hacen del nombre sustantivo?

R. Tres, á saber: por su naturaleza, por su especie y por su significacion.

P. ¿En que se divide el sustantivo por su naturaleza?

R. En comun, propio, primitivo y derivado. Nombre comun es el que conviene á una porcion de objetos de una misma especie, como papel, pluma, libro. Nombre propio es el que conviene particularmente á un solo objeto, como Dios, Madrid, Europa. Nombre primitivo es el que no se deriva de ninguna palabra como agua, oro. Nombre derivado es el que se deriva de otra palabra, como aguador de agua, leccion de leer.

P. ¿En que se divide el sustantivo por su especie?

R. En corpóreo é incorpóreo, y el corpóreo en animado é inanimado. Corpóreo animado es el que se refiere á seres vivientes, como hombre, caballo, pulga. Corpóreo inanimado es el nombre que se refiere á los objetos visibles que carecen de vida, como piedra, pluma, libro. Nombre incorpóreo ó abstracto es el que se da á las cosas invisibles, como alma, virtud, temor.

P. ¿En qué se divide el sustantivo por su significacion?

R. En colectivo, aumentativo y diminutivo. Nombre colectivo es el que espresa una coleccion ó muchedumbre de objetos como regimiento, que espresa la reunion de muchos soldados, rebaño, que espresa la reunion de muchas reses, etc,. Nombre aumentativo es el que aumenta la significacion de un objeto, como hombron, hombrazo, hombrote, que aumenta el significado de hombre. Nombre diminutivo es el que disminuye la significacion de un objeto, como hombrecito, hombrecillo, hombrecico, hombrezuelo, que disminuyen el significado de hombre.

II.
DE LOS AUMENTATIVOS Y DIMINUTIVOS


P. ¿Cómo se forman, los aumentativos?

R. Cambiando la vocal final en on, azo y ote para los masculinos, y en ona, aza y ota para los femeninos; v. g. de gallo, gallon, gallazo, gallote; de madre, madrona, madraza, madrota. Y si el nombre acaba en consonante se le añaden a su final las mismas terminaciones v. gr. de papel, papelon, papelazo, papelote; de mujer, mujerona, mujeraza, mujerota.

P. ¿Cómo se forman los diminutivos?

R. Del mismo modo que los aumentativos, pero con las terminaciones ito, illa, ica y uelo [2], para los masculinos, ita, illa, ica y uela para los femeninos: v. gr. de gato gatito, gatillo, gatico, gatuelo; de reja, rejita, rejilla, rejica, rejuela.

P. ¿Qué hay que observar en la formacion de los diminutivos?

R. Que los nombres acabados en e, n y r, y los femeninos en el admiten una c ó z antes de estas terminaciones, como de hombre, hombrecito; de desvan, desvanci­co; de mujer, mujerzuela; de miel, mielecilla [3].

P. ¿Tienen todos los nombres aumentativos y diminutivos?

R. Solo los tienen los sustantivos corpóreos. Los abstractos como carecende estension material, no son susceptibles de aumento ni diminucion: aunque pueden suplirse los aumentativos en los nombres que representan objetos invisibles anteponiéndoles las palabras mayor ó menor: v. gr. mayor virtud, menor humildad, etc.
III.
DEL GÉNERO DE LOS SUSTANTIVOS.


P. ¿Varian de género los sustantivos?

R. El género en los nombres sustantivos no puede variar como el de los adjetivos, porque estos tienen que amoldarse al género que tenga el sustantivo á que se refieren, como por ejemplo el adjetivo piadoso, pues se dice un hombre piadoso, una mujer piadosa; al paso que los sustantivos hombre, mujer permanecen invariables cada uno en su género.

P. ¿Son variables pues los Sustantivos?

R. Todos los sustantivos corpóreos ó materiales son invariables pos significar en todos los casos, objetos y cosas que tienen marcado el género por la naturaleza y por el uso; pero entre los nombres abstractos varían todos aquellos que denotan clases ó dignidades, como rey, marqués, prior, cuyos femeninos son reyna, marquesa, priora.

P. ¿Hay en estos alguna excepcion?

R. Entre los nombres abstractos que denotan clases, dignidades ó cantidad, hay tambien algunos que son invariables, y deben referirse al género del otro sustantivo que les antecede ó se supone antecederles, como el testigo, la testiga, el mártir, la mártir, los dos, las dos, etc. donde se sobrentienden los sustantivos hombre, mujer, etc.

P. ¿Pueden calificar estos sustantivos?

R. Esta clase de sustantivos no califican como parece en cierto modo, sinó que clasifican al otro sustantivo á que se refieren, y por tanto es imposible confundirlos con los adjetivos: así es que los adjetivos: modifican haciendo existir la cualidad en el objeto: v. gr. pared blanca; y estos sustantivos modifican haciendo existir el objeto en determinada clasificacion: v. gr. pared maestra.

P. ¿Hay regla para conocer el género de los nombres?

R. Para conocer el género de los sustantivos han dado los gramáticos muchas reglas fundadas en las letras finales; pero tienen tantas escepciones que es casi imposible encomendarlas á la memoria, y ademas no son del todo exactas. De consiguiente se conocerá el género de un nombre valiéndose del artículo: v. gr. cumbre es femenino, porque admite el artículo femenino la; valor es masculino, porque admite el masculino él.

P. ¿Cómo se distinguirán los femeninos que toman el artículo él?

R. Se deben poner en plural, en cuyo caso toman el artículo que les corresponde: v. gr. agua es femenino porque su plural aguas toma el artículo femenino las.

P. ¿ Qué anomalías hay en el género de los sustantivos?

R. I. Que algunos nombres de animales comprenden en su denominacion ambos sexos, y es necesario para distinguirlos añadir el nombre del sexo diciendo: la perdiz macho, el raton hembra, etc.

II. Que otros nombres se usan por los autores ya como masculinos, ya como femeninos: v. gr. el órden, la órden, etc., sobre cuya diferencia hablaremos en otro lugar.


IV.


DEL NÚMERO DE LOS SUSTANTIVOS.

P. ¿Cómo varian de número los sustantivos?

R. Tomando una s para formar el plural: v. gr. dice el singular hombre, cosa, mano, el plural será hombres, cosas, manos.

P. ¿Hay alguna excepcion?

R. Exceptúanse los nombres acabados en vocal aguda ó en consonante que hacen el plural en es: v. gr. de biricú, biricúes; de temor, temores; de compás, compáes. Sin embargo mamá, papá, sofá, y los nombres terminados en é acentuada como corsé, tupé, solo añaden una s para formar el plural: v. gr. sofás, corsés, tupés. [4].

P. ¿Hay mas excepcion?

R. Los nombres terminados en s, acentuados en la penúltima sílaba no varian de singular á plural: v. gr. el mártes, los mártes, el éstasis, los éstasis; lo mismo sucede a los apellidos terminados en z: v. gr. los Rodriguez, los Perez, etc., aunque de Ruiz se dice los Ruises, como los demás nombres no propios: v. gr. de alferez, alfereces.

P. ¿Que anomalías hay en el número de los sustantivos?

R. I. Que en algunos no hay diferencia de singular á plural, como un cortaplumas, unos cortaplumas, un pararayos, unos pararayos, etc. en cuyo caso se hallan todos los nombres compuestos de un verbo ó preposicion y de un plural.

II. Que otros no tienen plural, como sol, luna, y los nombres propios de artes, ciencias, metales, reinos, rios, montes y vientos, etc. v. gr. teología, plata, Luis, América, Tajo, Sierra-Morena.

III. Finalmente hay otros que no se usan en singular como albricias, puches, tijeras, etc.


V.


DEL ADJETIVO.


P. ¿Que variaciones tiene el adjetivo?

R. Las mismas que el sustantivo que le acompaña: v. gr. en este ejemplo, madre buena, el adjetivo esta en femenino porque el sustantivo madre, es femenino; en este otro ejemplo, padres buenos, el adjetivo esta en plural porque el sustantivo padres es plural.

P. ¿Cómo varian de género los adjetivos?

R. I. Los acabados en o, ele, ole cambian la vocal final en a para la terminacion femenina: v. gr. de ciego, ciega; de famoso, famosa; de regordete, regordeta; de altote, altota.

II. Los acabados en a, e, i, l, r y z, sirven para ambos géneros: v. gr. costumbre persa, niña amable, seda carmesí, madre cruel, forma regular, mujer feliz, etc. Esceptúanse español, que hace española, y andaluz, andaluza.

III. Los acabados en an, es, y or, admiten despues una a, v. g. de holgazan, holgazana, de montañes, montañesa; de preguntan, preguntona; de hablador, habladora. Los adjetivos cortés, ruin y algun otro sirven para ambos géneros.

P. ¿Cómo se forma el plural en los adjetivos?

R. Del mismo modo y con las mismas terminaciones que en los sustantivos (V. pág. 16).

P. ¿Que anomalías hay en los adjetivos?

R. I. Que los adjetivos bueno, malo, primero, postrero y tercero pierden la o final antes de un sustantivo masculino v. gr.: buen padre, postrer dia.

II. Que el adjetivo grande pierde la última sílaba antes de un sustantivo que empiece con consonante: v. gr. gran cena, gran caballo, etc.

III. Que el adjetivo santo pierde la sílaba to delante de los nombres propios que determina: v. gr. san Fernando, y únicamente la conserva en los siguientes: santo Tomás, santo Domingo, santo Tomé y santo Toribio [5].

P. ¿Tienen los adjetivos aumentativos y disminutivos?

R. No pueden tenerlos á no denotar magnitud, modo ó extension v. gr. de grande, grandon, grandazo, grandecito, etc. pero los demás pueden espresar mas ó menos las cualidades que representan segun sus diferentes grados.


VI.


DE LOS GRADOS DEL ADJETIVO.


P. ¿Cuántos son los grados del adjetivo?

R. Tres: ­

I. Positivo, cuando simplemente califica à un objeto, v. gr. hombre prudente, hombre imprudente.

II. Comparativo, cuando califica á un objeto con relacion á otro: v. gr. hombre mas prudente, menos prudente que ó tan prudente como.

III. Superlativo, cuando espresa el mayor grado de calificacion: v. gr. hombre muy prudente ó prudentísimo.

P. ¿Tienen los adjetivos estos grados?

R. No todos, y únicamente los tienen aquellos que espresan cualidades relativas, como virtuoso, amable, astuto. Pero los que espresan cualidades absolutas, como infinito, eterno, mortal, no pueden aumentar ni disminuir su significacion; asi es que no se dice mas infinito, ni eternísimo, ni menos mortal, etc.

P. ¿Qué hay que observar en los comparativos?

R. Que los comparativos mayor, mejor, menor y peor nunca pasan á superlativos, y pueden ser doblemente comparativas anteponiéndoles el adverbio mucho: v. gr. Pedro es mucho mayor que su hermano, que es como si quisiera decirse es mayor ó mucho mayor, cuyas locucio­nes imperfectas acostumbran á decir los niños y las personas nada instruidas.

P. ¿Qué mas puede observarse?

R. Que tampoco tienen comparativo ni superlativo nombres jentílicos, como castellano, español, francés etc.; y asi cuando se dice: Pedro es mas español que Juan, ó es muy español, se denota que es mas afecto á los usos y costumbres de los españoles. El superlativo muy nulo equivale á sumamente incapaz ó inepto.

P. ¿Que anomalías hay en los grados del adjetivo?

R. Que alguno de ellos forman el comparativo y superlativo, segun se ha dicho, de un modo irregular, y son los siguientes;


Positivos.
Acre
Alto
Bajo
Bueno
Célebre
Grande
Malo
Pequeño
Sabio

Comparativos.

Más acre
Superior
Inferior
Mejor
Más célebre
Mayor
Peor
Menor
Más sabio

Superlativos.

Acérrimo [6]
Altísimo ó superior
Bajísimo ó infinísimo
Bonísimo ú óptimo
Celebérrimo
Grandísimo ó máximo
Malísimo ó pésimo
Pequeñísimo ó mínimo
Sapientísimo

VII.


DE LOS ADJETIVOS POSESIVOS.


P. ¿Que son adjetivos posesivos?

R. Los que espresan la cualidad de pertenecer á determinadas personas. Tales son los siguientes:

Los que indican pertenencia á una sola persona son: mi, mis, tu, tus, su, sus (de él ó de ella), ó mio, mia, mios, mias, tuyo, tuya, tuyos, tuyas, suyo, suya, suyos, suyas [7].

Los que indican pertenencia á varias personas son: nuestro, nuestra, nuestros, nuestras, vuestro, vuestra, vuestros, vuestras, su, sus, ó suyo, suya, suyos, suyas, (de ellos ó de ellas).


VIII.


DE LOS NOMBRES NUMERALES.


P. ¿Que son nombres numerales?

R. Los que se refieren á los números. Los nombres numerales se dividen en cardinales, ordinales, colectivos y partitivos.

P. ¿Qué son nombres cardinales?

R. Los que sirven de raiz y de orígen á los demas, y se conocen en que responden á la pregunta ¿cuántos? v. gr. seis, ocho, diez, ciento [8].

P. ¿Qué son nombres ordinales?

R. Los que espresan el órden con que suceden las cosas; y responden á la pregunta ¿cuál? v. gr. el sexto, el octavo, el décimo y el centesimo. Estos son unos verdaderos adjetivos y se forman de los cardinales: de seis, sexto; de diez, décimo, etc. [9].


P. ¿Que son nombres colectivos?

R. Los que espresan una coleccion ó conjunto de cosas, como una docena de naranjas, una veintena de plumas, etc.


P. ¿Que son nombres partitivos?

R. Los que espresan parte ó partes de un entero, como la mitad de una naranja, el diezmo de mi renta, etc. Los colectivos y partitivos se forman de los cardinales; pero verdaderamente son tambien unos sustantivos como ellos.

  1. Entre las varias razones que se alegan para haber adoptado las denominaciones de sustantivo y adjetivo, la que parece mas plausible es la que sigue. No conociendo nosotros la esencia de las cosas, suponemos haber en ellas algo, que es donde existen las cualidades, y es como su sustentáculo; de consiguiente este algo es el sustantivo el cual espresa la idea total del objeto donde existen las cualidades. Pero estas cualidades deben considerarse como partes de aquel todo, y en este caso están como sobrepuestas, pagadas, añadidas (abjeta en latin) á aquel algo ó sustentáculo que nos dá la idea total del objeto. De consiguiente, esta parte añadida es el adjetivo.
  2. Los diminutivos en uelo y uela, pueden decirse que en general son signos despreciativos, como hombrezuelo, mujerzuela, etc., y los en ito, ita son la espresion del cariño: v. gr. hijito, mujercita, etc.
  3. Son tantas las anomalías que se observan en los diminutivos (de que apenas han tratado nuestros gramáticos) que no pueden reducirse á reglas fijas: por ejemplo de mano hay manita, manecita y manezuela; de rey, reyezuelo; de libro, librito, librejo: de papel, papelito, papelejo, papelucho; de animal, animalito, animalejo; de vicho, vichin, avechucho.
  4. Maravedí hace maravedís, maravedies, y maravedises, lord (pa­labra tomada del inglés) hace lores; val (palabra anticuada) hace valles, y flámen (siguiendo la declinacion latina) hace el plural flamines.
  5. (I) Para que los adjetivos que se han incluido en estos tres párrafos pierdan la vocal ó sílaba que se ha dicho, es indispensable que se hallen inmediatamente delante del sustantivo, pues si se interpone otra palabra cualquiera ó están despues del sustantivo, ya no debe omitirse la letra ó sílaba final. Por ejemplo se dice: El primer y octavo capítulo; era el dia tan malo; fué grande la concurrencia; el rey Fernando III era santo etc.
  6. El superlativo acérrimo ha llegado ya á usarse comunmente como un adjetivo positivo, y suele decirse mas acérrimo, menos acérrimo,etc. volviendo á formar un comparativo.
  7. La diferencia que hay entre las últimas terminaciones y las primeras consiste en que estas se usan siempre que precedan al sustantivo: v. gr. mi padre, tu hermano, su amigo, y aquellas siempre que van despues del sustantivo: v.gr. padre mio, amigo tuyo, amigo mío. A veces suelen tambien omitirse los adjetivos mí, tu, delante de los sustantivos padre, madre, diciéndose por ejemplo: padre no ha venido, en vez de mi padre no ha venido, ó tu padre no ha venido; pues entre los dos interlocutores puede suplirse el positivo, y es mas cariñoso el prescindir de él.
  8. Cuando el numeral ciento no vá precedido de un cardinal pierde la última sílaba delante de otro sustantivo: v. gr. cien hombres, cien mujeres, pero si está precedido de otra cardinal no solo la conserva, sinó que varia de género y de número: v. gr. doscientos caballos, trescientas arroba.
  9. Aunque los adjetivos ordinales toman su formacion de los nombres cardinales análogamente con la lengua latina, segun acaba de decirse, con todo, luego que se pasa del duodécimo se usa con mas frecuencia de las cardinales en vez de los ordinales., v. gr. se dice capítulo cuarenta y tres mejor que capítulo cuadrajésimo tercero; en cuyo caso el sustantivo cuarenta y tres, clasifica al capítulo, asi como el adjetivo cuadrijésimo tercero le calificaba en el órden ó série numeral de los demas capítulos.