Elegía a Carriego


ELEJIA A CARRIEGO


Se rompió el organillo de Evaristo Carriego...
El silencio se duerme en el suburbio largo
I lloran como nunca los ojos de aquel ciego
Que aguardaba en la puerta con un aire amargo.

Cómo te habrán sentido el triste, el vagabundo,
Con qué pena tan grande te habrán llorado; acaso
Ahora se encuentra solita en el mundo
La costurerita que dio aquel mal paso.

Quién sabe si parada junto a su puerta, alguna
Muchachita se acuerda de cuando tú pasabas
I fija sus miradas llorosas en la luna,
Recordando el encanto con que tú la mirabas.

Cuando tú te alejaste lloró la sensiblera
La linda vecinita que consolabas tú,

La que hacían llorar los chicos de la acera
Cantándole el «Mambrú».

Las casas del suburbio cuchichearon su pena,
Lloraron los faroles sus lágrimas de luz,
Tu alma para todo era una madrecita buena,
Tus versos bendecian i amaban cual Jesus.

Cuando tú te alejaste una flor pueblerina
Lloró, lloró la luna hasta quedarse marchita
I entre las cuerdas dulces de una mandolina
Se suicidó una blanca vidalita.