El cielo de Leopardi

El cielo de Leopardi
de Ramón de Campoamor


    ¡Genio infeliz! En su postrer momento
    a su amiga la muerte le decía:
    -Dame la nada, esa región vacía
    en que no hay ni placer ni sufrimiento.

    Donde se halla la vida está el tormento.
    Dame la paz en la nada -repetía-
    y mata con el cuerpo el alma mía,
    esta amarga raíz del pensamiento.

    Al oírle implorar de esta manera,
    consolando al filósofo afligido,
    la muerte le responde: -Espera, espera;

    que, en pago de lo bien que me has querido,
    mañana te daré la muerte entera
    y volverás al ser del que no ha sido.