El Anti-Maquiavelo (1854)
de Federico II el Grande
Capítulo I
Nota: Se respeta la ortografía original de la época.


EL ANTI-MAQUIAVELO.

Exámen.

Antes de dar cuenta de los diferentes estados o gobiernos, hubiera debido Maquiavelo, en mi opinion, examinar su orijen y averiguar las razones que pudieron inducir a los hombres, libres por su naturaleza, a sujetarse voluntariamente al dominio de sus primeros señores.

Tal vez no hubiera sido conveniente en un libro en que su autor se propuso dogmatizar el crimen y la tiranía, revelar verdades que hubieran destruido su objeto. No era Maquiavelo quien debía declarar que, si los pueblos tuvieron príncipes, fué porque creyeron necesario nombrar juezes que compusieran sus diferencias, protectores que defendiesen sus bienes contra la rapiña y la violencia, soberanos, en fin, que reuniesen sus intereses individuales en un solo interés comun; y que, con solo este objeto, elijieron de entre ellos mismos aquellos que tuvieron por mas discretos, mas imparciales, mas desinteresados, mas humanos y mas valientes, para que los dirijieran y gobernaran.

Segun esto, la justicia debe ser el verdadero objeto del príncipe; debe sobreponer a toda clase de intereses el interés de sus gobernados; y lejos de ser el soberano absoluto, no es mas que el primer majistrado de la republica.

Este oríjen de los príncipes hace que la usurpacion del poder sea mas atroz aun de lo que sería si solo considerásemos la violencia de sus actos; «puesto que huellan aquella ley primera que hicieron los hombres al elejir un gobierno que los protejiese, ley hecha precisamente contra los usurpadores [1].» No hay mas que tres medios lejítimos para hacerse dueño de un pais: o por sucesion, o por eleccion del pueblo, o por derecho de conquista, cuando se emprende una guerra justa y se toma posesion del territorio enemigo.

He aquí el eje sobre que han de jirar todas mis reflexiones en el curso de este libro.




  1. Lo comprendido entre comillas indica las correcciones que hizo Voltaire a instancias de Federico II.

El Príncipe de Maquiavelo, precedido de la biografia del autor y seguido del anti-Maquiavelo o exámen del Príncipe, por Federico, el Grande, rey de Prusia, con un prefacio de Voltaire, y varias cartas de este hombre ilustre al primer editor de este libro, no publicado hasta ahora en España. Imprenta de D. Jose Trujillo, Hijo. 1854.

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