Al Duque de Rivas
de Juan Nicasio Gallego


 Tú a quien afable concedió el destino,   
 digna ofrenda a tu ingenio soberano,   
 manejar del Aminta castellano   
 la dulce lira y el pincel divino.   
 

 Vibrando el plectro y animando el lino,  
 logra Saavedra, con dichosa mano,   
 vencen las glorias del cantor troyano,   
 robar las gracias del pintor de Urbino.   
 

 Lógralo, y logre yo, si más clemente   
 se muestra acaso la áspera fortuna  
 que hoy no me deja en blando son loarte,   
 

 tejer nuevas coronas en tu frente   
 ya esclarecida por tu ilustre cuna,   
 ya decorada del laurel de Marte.