A Lord Wellington
de Juan Nicasio Gallego


 A par del grito universal que llena   
 de gozo y gratitud la esfera hispana,   
 y del manso, y ya libre, Guadiana   
 al caudaloso Támesis resuena;   
 

 tu gloria ¡oh Conde! a la región serena  
 de la inmortalidad sube, y ufana   
 se goza en ella la nación britana;   
 tiembla y se humilla el vándalo del Sena.   
 

 Sigue; y despierte el adormido polo   
 al golpe de su espada; en la pelea  
 te envidie Marte y te corone Apolo;   
 

 y si al triple pendón que al aire ondea   
 osa Alecto amagar, tu nombre solo   
 prenda de unión, como de triunfo, sea.